Imprescindible. Tienes que verla sí o sí.

Empiezo así, ante una película que me ha dejado totalmente tocado, en estado de shock. De hecho, al terminar de verla no sabía si aplaudir o llorar. Hay películas buenas, películas que te emocionan… y muy pocas películas que puedan llegar a impresionarte tanto que no te las puedas quitar de la cabeza. Anoche, después de verla, no pude dormir.

Y diréis, ¿tan fuerte es? La respuesta es: sí. Creo que es la película más dura que he visto nunca. Sin salir ninguna escena de sexo o de violencia, tuve que cerrar los ojos en varios momentos. Aun así, con todo, hay que verla y hay que llevar a todo el mundo a verla. Es necesario concienciar y ponernos a actuar contra esta terrible lacra de nuestra sociedad.

La película está basada en hechos reales. Nos cuenta la historia de Tim Ballard, ex policía estadounidense del departamento de detención de pedófilos, que acaba entregando su vida al rescate de niños secuestrados y explotados sexualmente.

Todos sabemos que la explotación y la pederastia existen, pero ¿sabías que cada año más de dos millones de niños son explotados sexualmente? ¿Sabías que el tráfico de niños mueve ya más dinero que el tráfico de armas o de drogas? Hay un dato que me ha estremecido: es más rentable el tráfico de niños que el de drogas, porque la cocaína la consumes una sola vez, a un niño lo puedes utilizar de 5 a 10 veces en un día, durante 10 años. Nunca en la historia ha habido tanta esclavitud como en este momento, ni siquiera cuando era legal.

Sound of freedom es brillante, es una obra maestra en todos los sentidos. El guion te engancha desde el minuto un hasta el final y te hace estar con el corazón encogido todo el metraje. La fotografía, la banda sonora, los planos, la interpretación… Se merecería varios Oscars… lo cual en el Hollywood de hoy es impensable, entre otras cosas porque existe la sospecha de que el mundo de la industria del cine es uno los mayores consumidores de este crimen organizado. De hecho, la película ha tenido muchos problemas para salir a la luz…. y aun así, ha llegado a ser nº1 en Estados Unidos y en muchos países de Latinoamérica.

Es una película para ver en el cine, en la pantalla grande. Esos primeros planos, esas miradas… Me parece magistral ese momento en el que el protagonista analiza en su ordenador un video pedófilo y en un primerísimo primer plano de su retina se reflejan las imágenes que está viendo y una lágrima que corre de sus ojos…

La banda sonora es magnífica. Me quedo con el momento final, la canción de Shakira: Pienso en ti. Creo que es de las escenas más bellas que he visto en el cine. Hoy me he puesto la canción varias veces, con los ojos cerrados, y me siguen viniendo al corazón los rostros de los niños y junto a ellos, sufriendo a su lado, Jesús Crucificado.

Sí, no puedo quitarme de la cabeza los rostros de esos niños salvajemente destrozados. Pero, ¿cómo hoy en día puede suceder algo así ante nuestros ojos, a nuestro lado? ¿Cómo es posible tanto mal, tanto dolor, tanto horror? ¿Quién puede hacer algo así a un niño inocente? No hay nada más precioso, más frágil, más necesitado de todo que un niño… ¿Quién puede hacerle daño? No me entra en la cabeza. Los niños de Dios no se tocan, no están a la venta. Es algo realmente satánico. El demonio existe, y el infierno está ya presente en la tierra.

Y, ¿qué podemos hacer? Precisamente por eso hay que ver la película. En primer lugar, concienciarnos de la existencia de esta monstruosidad, tristemente más frecuente en nuestra sociedad de lo que nos podamos imaginar. Y, después, pedir luz al Señor. A mí me han entrado muchas ganas de ser santo para contrarrestar así el poder del enemigo.

A pesar de todo lo que he dicho, la película no te deja mal. Por eso recomiendo verla. Creo que no es una película para ver con niños, quizás sí con adolescentes que empiezan a enterarse de las cosas y a moverse por internet (pero en esto los padres deben tener en cuenta cómo son sus hijos, porque la película es realmente dura). Y al ser una película que no es explícitamente religiosa, invitaría a mis amigos, a gente que no cree. Estoy convencido de que se van a abrir muchos debates, muchos temas para hablar. Y al final, creo que, ante un mal tan evidente, tienes que plantearte el sentido del bien, de la esperanza, del amor, en definitiva, de Dios. Solo Dios.

Publicado por la Delegación de Familia y Vida del arzobispado de Toledo.