Hace años, leía un artículo que decía: “Ya sea escrita o audiovisual, la prensa se autocensura y adopta a su vez todos los eslóganes de los grupos de presión homosexuales… En varias organizaciones psiquiátricas, les está hasta prohibido a los facultativos mencionar que han podido permitir a algunos sujetos cambiar de orientación sexual pasando de la homosexualidad a la heterosexualidad gracias a la psicoterapia. Nos encontramos, pues, ante una paradoja: se admite pasar de la heterosexualidad a la homosexualidad, pero se niega que se pueda producir lo inverso”.
El problema por tanto es: ¿un homosexual puede llegar a ser heterosexual? La conclusión de que no fue tras una votación en 1973 de la Asociación de Psiquiatras americanos con el siguiente resultado: No, 5816; Sí, 3817. No cuento los votos en blanco ni las abstenciones, que creo fueron bastante numerosas. Es decir, la comunidad psiquiátrica está dividida y muchos piensan que lo que se ha conseguido con ello es privar a los homosexuales del tratamiento que desean, pues hay bastantes psiquiatras que no se atreven a iniciar la terapia por miedo a ser tildados de homófobos, incluso si sus pacientes se lo piden.
A pesar de ello, en agosto de 2009 la Asociación de Psiquiatras Americanos ha autorizado a sus terapeutas a tratar la homosexualidad, permitiéndoles que ayuden a los homosexuales a rechazar o controlar sus impulsos, con una nueva terapia basada en la fe y en la identidad sexual. Para los que así piensan, la homosexualidad no es una condición óptima, ni puede ser presentada como un ideal en materia de sexualidad, no pudiendo tampoco ser reconocida como una alternativa a la heterosexualidad. La propia anatomía humana apunta a la heterosexualidad. Estos psiquiatras tienden a ver la homosexualidad como una interrupción o bloqueo en el desarrollo psicosexual del individuo.
Para éstos, entre otros Richard Cohen, que también fue bastantes años homosexual, Joseph Nicolosi, Gerard van der Aardweg y Aquilino Polaino, nadie nace con una orientación homosexual, ni existen datos científicos que indiquen una base genética para las atracciones hacia personas del mismo sexo, sino que esta atracción es el resultado de traumas sin resolver que conducen a una confusión de género. Afirman también que el salir de la homosexualidad es posible y que han logrado llevar a algunos pacientes hasta la heterosexualidad, y recordemos en este punto la famosa frase: “Contra el hecho no valen argumentos”, si bien para tener éxito el tratamiento requiere el convencimiento de que es posible cambiar y una gran motivación personal con un profundo deseo de hacerlo, jugando aquí un papel muy importante la fe cristiana.
El tema de la ideología de género es un tema muy candente. Durante mi estancia en Medjugorge un sacerdote italiano me recomendó la lectura de un libro, que por cierto no encuentras en las grandes librerías de Italia, como tampoco puedes encontrar en España en las librerías importantes, los libros de Richard Cohen, por la censura del lobby gay. Este libro se llama Ero gay [Yo fui gay] de Luca di Tolve, que llegó a ser Mister Gay en Italia en 1990. Su recorrido fue bastante típico de muchos homosexuales. Sus padres se separaron y creció con la ausencia de una figura masculina que sirviera de contrapeso. Sus dotes organizativas, montando cruceros para gays, le hicieron una figura bastante conocida. Con ayuda de Nicolosi y de su fe recuperada, logró salir de su homosexualidad. Actualmente está casado y junto con su mujer ha fundado una organización llamada Lot para ayudar a los homosexuales a llegar a la heterosexualidad, así como a las familias, tanto padres como hijos que sufren como consecuencia de esta problemática, ayudando a prevenir o evitar el empeoramiento de las heridas de identidad sexual de los chicos. Pero mucho me temo que una organización así no estaría permitida en España
En su libro escribe: “El mío no es un caso aislado. Conozco muchísimas personas con tendencia homosexual ya no deseada que, gracias a la ayuda psicológica, consiguen desarrollar su propio potencial heterosexual”. Un médico de mi localidad me dijo que él había logrado llevar dos homosexuales hasta la heterosexualidad, por lo que creo que intentar evitar que un homosexual pueda llegar a la heterosexualidad es como intentar poner puertas al campo. Es decir, una tarea inútil, porque cada día serán más los que lo consigan.
Evidentemente, quien ha logrado llegar a la heterosexualidad puede contraer matrimonio. Un exhomosexual casado decía de sí mismo: “Durante muchos años he creído ser gay, pero al final entendí que era un heterosexual con un problema de homosexualidad”.