Suele decirse que el sentido común es el menos común de los sentidos, lo cual se realiza plenamente en la ideología de género. Es lo políticamente correcto, e incluso cuenta con leyes a su favor, pero no deja de ser una gran majadería. Esta ideología es totalitaria, pues no admite la disidencia, como muestra lo que le está ocurriendo al cardenal Cañizares, y, además, conduce a graves aberraciones morales, pues, salvo el caso de la violación, en todo lo demás se opone radicalmente a la moral católica, por lo que es incompatible con el Catolicismo y ha sido condenada por los tres últimos Papas, incluido el actual.
En España la ideología de género cuenta con aprobación legal desde la Ley Orgánica 2/2010 de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo, más conocida como la Ley del Aborto. Varias Comunidades Autónomas han promulgado leyes en el mismo sentido y en nuestra Comunidad Autónoma de la Rioja desde el 5 de Abril hay una Proposición de Ley de Igualdad Social y no Discriminación por motivos de Identidad de Género, que espera su próxima aprobación.
En la Exposición de motivos leemos: “En la persona imperan las características psicológicas que configuran su forma de ser y se ha de otorgar soberanía a la voluntad humana sobre cualquier otra consideración física. La libre autodeterminación del género de cada persona ha de ser afirmada como un derecho humano fundamental, parte imprescindible de su derecho al libre desarrollo de la personalidad”.
Y en el artículo 3.1 se dice: “Identidad sexual y/o de género, concepto relativo a la vivencia íntima y propia del género, de la persona que se identifica como hombre o mujer, siendo libre la decisión de cada persona, sin que deba ser definida por terceros. La identidad sexual se desarrolla de acuerdo a unos parámetros concretos a partir de la aceptación interna, pudiendo coincidir o no con el sexo asignado en el momento del nacimiento, y pudiendo involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal, mediante procesos farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea libremente escogido”.
En pocas palabras esta Ley afirma y además lo considera derecho humano fundamental, que cada cual puede decidir libremente cuál es su sexo o género, pudiendo definirnos como hombres, mujeres u otras variantes. ¿Es esto verdad?
Según el relato bíblico de la Creación, el haber sido creado por Dios como hombre o mujer pertenece a la esencia humana. En cambio, en la ideología de género el sexo ya no es un dato originario de la naturaleza, sino que somos nosotros, prescindiendo de nuestra naturaleza, quienes hemos de decidir sobre esto.
La Asociación de Pediatras españoles declaró en el 2003: “Un núcleo familiar con dos padres o dos madres es, desde el punto de vista desde el punto d vista pedagógico y pediátrico, claramente perjudicial para el armónico desarrollo y adaptación social del niño” (La Razón, 4-VI-2003): En la misma línea se posicionan los pediatras italianos.
En Estados Unidos, la clínica que acogía los experimentos de ideología de género, la Johns Hopkins de Baltimore, decidió investigar a cincuenta tratados en ella, para llegar a la conclusión que ninguno había obtenido beneficios.
El Colegio de Pediatras de Estados Unidos ha dado a conocer una declaración, firmada por su presidenta y su vicepresidente, titulada “la ideología de género hace daño a los niños”. En ella urgen a "educadores y legisladores" a "rechazar todas las políticas que condicionen a los niños para aceptar como normal una vida de suplantación química o quirúrgica de su sexo por el sexo opuesto". "Son los hechos y no la ideología", afirman, "quienes determinan la realidad", esto es, que "la sexualidad es un rasgo biológico objetivo".
Resumiendo, el que uno pueda decidir libremente su sexo, es una estupidez, no un derecho humano fundamental. Por muchos tratamientos hormonales y quirúrgicos que den a un chico para que sea chica, no creo que de mayor le operen de cáncer de matriz, sino de próstata, y al revés.
Pedro Trevijano
Publicado en Pueblo de Dios (La Rioja)