Hay una regla que dice que la riqueza de una familia dura tres generaciones. La primera generación es lista y laboriosa (o creativa o despiadada) y construye una fortuna. La segunda generación ve cómo sus padres trabajan y luchan y aprende a crear riqueza, así que suele incrementar la fortuna. La tercera generación solo conoce la riqueza y los privilegios y crece resentida por el éxito que hizo su vida tan fácil. Eso la convierte en objetivo perfecto para la izquierda, que la convence para que financie agendas políticas a las que las generaciones anteriores, más sabias, no habrían dado ni un céntimo.
Esto viene a cuento de Abigail Disney, sobrina-nieta de Walt y nieta de su hermano y socio Roy Disney. Heredera de una fortuna calculada en más de cien millones de dólares, Abigail Disney es también una destacada activista social que ha hecho documentales izquierdistas y financia diversas causas.
Abigail Disney ha sido noticia con su diatriba en Twitter contra el periodista Christopher Rufo, quien difundió las impactantes imágenes filtradas de una reunión de Disney por Zoom en la que ejecutivos de alto nivel alardeaban de su empeño en introducir la mayor cantidad posible de propaganda LGBTQ en los dibujos animados infantiles. Puedes verlo en este enlace.
Pincha aquí para leer lo que dijo Latoya Raveneau, productora ejecutiva de Disney, en esta confesión de los objetivos ideológicos LGBTQI de la compañía en sus producciones infantiles.
A Abigail Disney la enfurece que quienes ella caracteriza como “fascistas de derechas” se atrevan a desafiar los valores impulsados por Disney. Curiosamente, ella cree que somos nosotros quienes amenazamos a la gente y la insultamos. Pidió a las grandes corporaciones que dejen de financiar a “la derecha”. (¿Y qué grandes empresas son ésas? ¿Twitter? ¿Google? ¿Microsoft? ¿Apple? ¿Disney?) Alega que somos “una minoría”, aunque las encuestas muestran una clara mayoría de ciudadanos de Florida, incluyendo votantes demócratas, que apoyan la prohibición de enseñar sexo e ideología de género en las escuelas públicas a niños menores de ocho años. Y presumió de que corporaciones como Disney tienen el poder de aplastar a advenedizos impertinentes como Rufo que osan exponer la verdad sobre ellos. (Espera… ¿no éramos nosotros quienes amenazábamos a la gente?)
Vale la pena leer ese hilo de Twitter, no porque vayas a aprender nada de ella, Dios no lo quiera, sino porque te abre una ventana a la retorcida cosmovisión de alguien que nació entre mucho dinero y muchos privilegios y vive en una burbuja de hierro de ideología izquierdista. Es casi como leer las últimas noticias de Mundo Bizarro.
Y si tienes algo de tiempo libre y quieres disfrutar viendo cómo alguien confronta ese hilo con la realidad, tuit a tuit, mira la respuesta de Brad Slager en Red State.
Por cierto, resulta extraño que Abigail describa Disney como el icono de la virtud que todos debemos obedecer, cuando tan recientemente como en 2020 ella misma criticaba a la compañía por pagar a su presidente un sueldo obsceno mientras los empleados del aparcamiento estaban tan mal pagados que tenían que rebuscar en los basureros para comer. “Disney", dijo, "ha obtenido grandes beneficios con la idea de que las familias son algo mágico, de que el amor es lo importante, de que la imaginación importa. Por eso te da un vuelco el estómago si te digo que Cenicienta puede estar pasando las noches en su auto”.
La verdad es que estoy de acuerdo con ella: su presidente debería pasar las noches en su auto. Y a juzgar por la forma en la que dirige la compañía, tal vez pronto tenga que hacerlo.
Pero adivino que si las actuales ideas de Disney de adoctrinar a nuestros niños con mensajes sexuales inapropiados nos causan un vuelco en el estómago, no nos está permitido decirlo. Para gozar de ese privilegio tendríamos que haber seleccionado mejor a nuestros padres, eligiendo unos más ricos.
Por cierto: mientras Disney ataca a Florida por no ser lo bastante woke, la compañía acaba de anunciar la expansión de Disney+ a nuevos países, entre ellos Argelia, Egipto, Libia, Marruecos, Omán, Palestina, Qatar, Arabia Saudí, Túnez y Yemen. En todo ellos la homosexualidad es ilegal, con castigos que van desde multas y prisión a la castración química y la pena de muerte.
Publicado en el portal del autor con el título Disney se expande a países que prohíben la homosexualidad.
Mike Huckabee fue gobernador de Arkansas (1996-2007) y aspirante a la nominación republicana para las elecciones presidenciales de 2008 y 2016.
Traducción de Carmelo López-Arias.