¡Si ella supiera…!

¡Si ella supiera que en ese Corazón vive el suyo!

No me enfada, me entristece. Me apena que intentando ser más libre solo acabe siendo todo lo contrario, esclava de sus palabras y presa de sus agravios. Una pena que la televisión pública de todos disfrace de progreso la exclusión del sentir religioso de muchos. Yo quiero la igualdad, sin duda, pero me encantaría sentirme dentro de ella. La peor de las bromas es la aberrante moda de abanderar la tolerancia a golpe de burla.

Si ella supiera que ese Sagrado Corazón la ha perdonado antes de que abra la boca…

Si ella supiera que ese Sagrado Corazón almacena cada una de sus heridas dispuesto a sanarlas

Si ella supiera que ese Sagrado Corazón late amándola

Si ella supiera que ese Sagrado Corazón la esperará hasta el final sin pedir cuentas de nada…

Si ella supiera que en el bombeo de ese Sagrado Corazón vive un Hombre que la quiere como nadie la ha querido

Lo sé, seguramente los cristianos no seamos lo que ella espera. Habrá olvidado que la Iglesia no es un museo de santos sino un hospital de pecadores. Eso sí, vivimos luchando porque nuestro corazón se parezca más al de Aquel que abraza sus mofas y su escarnio con su mirada de ternura infinita.

Sólo podemos pedir que el Sagrado Corazón de Jesús ablande el suyo. Será más feliz y más libre respetando al otro que atrincherándose en el recurso mísero de la ridiculización y el desprecio.

¡Tras su puerta, sin un solo reproche, estará el Señor del Corazón grande y las manos abiertas deseando abrazarla!

Tomado del perfil de Facebook del sacerdote Ignacio del Rey.