En el comunicado que D. Federico realiza en su blog señala, en el punto tres, que: “según Coronel la COPE desearía que yo siguiera en la casa y me ofrece compartir La Linterna con César, él dirigiéndola de 8 a 10; y yo, de 10 a 12 de la noche”. No creo que D. Federico vaya a aceptar la propuesta de Coronel de Palma. Y con la salida de D. Federico irá la de D. César y, posiblemente, la de algunos fieles que trabajan con ellos. Tras estas salidas ¿en qué quedará la COPE?. Para responder a esta pregunta debemos hacer un poco de historia Cuando era niño recuerdo que mi abuela encendía la radio para escuchar la COPE con la que rezaba el Ángelus y seguir los eventos del Papa. Seguidamente cerraba la radio. Así era la COPE, una pequeña cadena devocional, que no molestaba a ningún poder político, económico, social, cultural. Y… que apenas era escuchada por “cuatro abuelitas” que encendían la radio a las 12 del medio día para rezar el Ángelus. Porque entonces el Ángelus se recaba bien, con los Avemaría enteros y teniendo como música de fondo el Avemaría de Schubert. Ahora, cuando llega las 12 del medio día suena una sintonía y comienza Ángelus, que es recitado como por obligación y rápidamente, a ver si “enllestím” (acabamos) y pasamos a otra “cosa mariposa”. Y por su puesto, por ningún lado aparece rezado el Avemaría. Vamos, que esto no es el Ángelus ni “ná de ná”. Y eso que la COPE está dirigida con los tan píos “Coroneles de Palmas” (miembros de ACdP). Poco tiempo después llegó mi adolescencia y juventud. Y mis amigos y yo, pese a ser católicos, pasábamos de COPE, ni siquiera oíamos hablar de esta emisora. Recuerdo que surgió una nueva cadena de radio llamada Antena 3 y ahí encontramos lo que tanto buscábamos mis amigos católicos y yo: una emisora que pusiera verdes a los socialistas y progres, que llevaban tanto tiempo gobernando y estafando al pueblo y atacando las libertades. Buscábamos una emisora de denuncia social y política, una emisora que sacase los trapos sucios y corrupciones del gobierno socialista y de todos los partidos políticos y que, además, nos transmitiera una visión de la vida desde el punto cristiano y católico. Después surgieron los canales privados de tv y ahí estaba Antena 3 y detrás de la pantalla del televisor estábamos mis amigos y yo. Y mientras tanto ¿qué era la COPE? Pues seguía siendo una cadena devocional que ya no la escuchaban ni las abuelitas -entre ellas mi abuela- porque por aquel entonces mi querida abuela pasó a mejor vida. Estoy seguro que Dios la tiene en su Gloria con mi abuelo. Ante esta situación poco a poco la COPE fue dejando atrás la devoción y el rezo del Ángelus -como es debido- y se interesó más por “las cosas de este mundo”. Pese a estos cambios la emisora no acababa de arrancar. Pero en esto, el Sr. X se cargó el grupo Antena 3 y sus principales comunicadores desembarcaron en la COPE. Este fue el punto de arranque de la COPE. Con el tiempo la COPE se convirtió en nuestra cadena, y acabó siendo sinónimo de radio. Comenzamos a decir “Voy a encender la COPE”, y aún lo seguimos diciendo. Y esto es lo que los tan píos “Coroneles de Palmas” quieren destruir. ¿Por qué? La COPE actual molesta a la izquierda, molesta a los progres y molesta a la derecha que se avergüenza de ser derecha y prefiere la SER. Y molesta a algunos católicos que están al frente de ciertas instituciones y medios de comunicación católicos, incluso algunos pertenecen o se codean con los rondeles de la masonería. Son paniaguados y bizcochables con el poder político que se dicen católicos pero que no son capaces -ni se atreven- a emitir el Ángelus “como Dios manda” y debe ser correcto. Católicos paniaguados y bizcochables con el poder que nunca están en las manifestaciones contra el aborto ni salen a los medios de comunicación a exteriorizar su posición contra el aborto o contra los que miran hacia otro lado. No se mueven de los sillones de sus despachos. Y pese a todo echan en cara a D. Federico no ser católico y de apoyar el aborto. Esos mismos individuos palmeros y genoveses también echan en cara a D. César el ser protestante ¡Qué hipocresía! Esos individuos han ganado la guerra que desde hace mucho tiempo estaban dando en la COPE, en las instituciones católicas y en ámbitos políticos. Y ya tienen diseñada la nueva COPE: una emisora cuya función principal será la devocional, pero devoción no como la de antes -con el Ángelus rezado como es debido- sino la devoción blanda y de rápido consumo para “abuelitas modernas”. Pero resulta que para cadena devocional -de devoción “fetén” y “como Dios manda”- los católicos ya tenemos Radio María, a la cual ¡Dios proteja! Así que ¿en qué quedará la COPE? De la noche a la mañana –y lo digo literalmente- se quedará sin cientos de miles de oyentes de sus más de 2 millones. Seguidamente intentará aguantar tal pérdida quizás con Ignacio Villa, Cristina López Schilling, Faustino Catalina y alguno más, quizás Alfonso Merlos, Abellán. Pero a la riada de oyentes que saldrán corriendo le seguirá la riada de publicidad que perderá la COPE. Y ya saben que “la pela es la pela” por lo que comenzarán las cesantías, los abandonos, los despidos de trabajadores. A lo mejor a la Dirección se le ocurre contratar a algún comunicador en un intento desesperado de dar un giro a la penosa situación, alguien tipo Carlos Herrera, por ejemplo. Desde luego la nueva línea COPE no sacará los trapos sucios del políticamente traidor Rajoy. Traidor a los millones de católicos que le hemos votado, traidor a los principios que él proclamaba antes de las Elecciones Generales. ¿A cambio de qué?, ¿qué pasó en los 15 días -después de las Elecciones Generales- en los que Rajoy estuvo callado y en México? ¡México, el país de la masonería! Tuvo esto algo que ver con su supuesto accidente de helicóptero. ¿Con quién habló o se reunió Rajoy y qué le dijeron? La cuestión es que 15 días después de las Elecciones Generales volvió Rajoy transformado en otro Rajoy. Y esta es la realidad visible y palpable. Mientras todo esto sucederá en la COPE, tendremos a D. Federico y D. César en otra emisora y medio de comunicación –posiblemente por Internet- “dando caña” todos los días y a todas horas. Y esta vez a lo mejor no callarán. Pondrán al descubierto las puñaladas traperas y la guerra sucia que se ha hecho contra la línea actual de COPE y contra ellos. Y la COPE seguirá perdiendo oyentes y publicidad y… acabará quebrada. Un buen día -quizás no muy lejano- veremos la COPE dividida y, finalmente, disuelta. Precedentes hay. Antonio Ramón Peña Izquierdo