Quiero pedir disculpas a los lectores del Blog por no haber escrito en estos días y por haber dejado, bien a mi pesar, que algunos rumores, tan malintencionados como siempre, pero, cosa rara, bastante bien informados esta vez, suplieran con el chisme la falta de datos. La razón de este silencio era obligada por las razones que voy a exponer. 1.- Durante estas últimas semanas, la dirección de la COPE ha estado jugando conmigo al ratón y al gato, sin haber sentado yo plaza de ratón pero suponiendo que no podía atacar al gato, cosa cierta porque hay dos docenas de personas de mi equipo que dependen directamente de mí, y otra docena larga que dependen de César Vidal, y no podía zamparme al gato sin perjudicar a los más perjudicables. Al gato no le importará, pero a mí sí. Yo no quiero engañar a nadie, porque no es mi estilo, ni dejar tirados sin información y añadir zozobra al futuro de nadie, con la que está cayendo y la que caerá. Como las instrucciones del Comité Ejecutivo y algún otro ejecutivo anejo, de por sí brumosas y además nubladas por la tardanza de la Presidencia en ejecutarlas, han tardado un mes en concretarse, sinceramente creo que el comportamiento empresarial ha sido francamente mejorable, por no decir absolutamente lamentable, teniendo a todo el mundo, empezando por mí y terminando por el último empleado a tiempo parcial de la casa sin saber qué habían decidido, si habían decidido algo, si estaban esperando a que se les ocurriera algo o si, simplemente, esperaban a la Semana Santa para servir el huevo, que, después de varias semanas puesto, estaba difícilmente comestible. Yo voy a cumplir en la COPE 18 años, y como el actual grupo directivo apenas lleva tres, es muy posible que desconozca lo que he hecho en la casa, que algún respeto debería merecer, porque todo empleado lo merece y en mi caso por algún motivo más. En septiembre de 1991, es decir, en la temporada 91-92, llegamos los expulsados de Antena 3 radio por la horda monclovita comandada por el general Polanco, el tesorero Mario Conde, el sargento Godó y el difunto Antonio Asensio. Conde puso el dinero; Polanco se quedó la radio –la primera en audiencia de España, con un EGM más creíble que lo que vendría después- que cerró al año tras agenciarse ilegalmente (sentencia del Tribunal Supremo que nunca se cumplió) las frecuencias para la SER. Asensio se quedó la televisión, la primera privada que empezó a emitir, y Godó cobró mucho dinero por vender ambas. Los detalles y el fondo político de lo que bauticé como "antenicidio" están publicados en "La dictadura silenciosa" (Temas de hoy). Aunque yo no dirigía ningún programa, básicamente porque jamás había querido hacerlo, era el cuarto de un terceto –Antonio, García y Luis- definido por un dúo –Antonio y García- que siguiendo el plan previamente acordado con Eugenio Galdón por el líder político, Antonio Herrero, y aceptado por el líder económico, José María García, desembarcó en una COPE que, al año de la marcha de Luis del Olmo a Onda Cero, daba las boqueadas. A Del Olmo lo había sustituido González Ferrari, con tan pobres resultados de audiencia y publicidad que, a pesar de tener aún viva y en forma a Encarna Sánchez y de hacer un ERE bastante feroz, le quedaba menos de un año para cerrar. Éramos unos náufragos, sí, pero llegábamos a una isla en quiebra. Y lo hicimos juntos por la generosidad de García, que no quiso irse a Onda Cero dejando sin micrófono a Antonio Herrero, vetado por Miguel Durán entonces jefe de la ONCE y a las órdenes de González y el "Pacto de los editores": Polanco-Godó-Asensio y el financiador del tinglado –para encubrir su descarado expolio de Banesto- Mario Conde. Si me refiero a estos orígenes de nuestra llegada a la COPE es porque muchos de nuestros seguidores actuales andaban por entonces a gatas y porque explican algunos comportamientos del presente y del inmediato futuro: la lealtad a los principios y a los leales a ellos y la predisposición a partir profesionalmente de cero -o bajo cero- para defender nuestra libertad de expresión y esos principios que veníamos defendiendo. A partir de ahí, los años hasta la muerte de Antonio el 2 de Mayo de 1998 están explicados para el que quiera enterarse de ellos –no hay aventura comparable en ningún medio de comunicación español estas dos últimas décadas- en el libro de Luis "En vida de Antonio Herrero" y el mío "De la noche a la mañana. El milagro de la COPE". Hay alguno más, muy pocos, pero estos tienen la ventaja de ser contados por sus personajes. En 1998 pasé de comentarista político diario y colaborador bisemanal –tertulia y "El paseíllo"- con Antonio Herrero y comentarista de prensa durante una hora diaria, de 11 a 12 de la noche, luego ampliada de 10`15 a 12 en "La linterna" de Luis Herrero, cuya subdirectora, recomendada por Antonio Herrero, era Carmen Martínez Castro. Luis pasó a "La Mañana" y me llevó consigo, pero el estrepitoso fracaso al frente de "La Linterna" de José Apezarena, al que Antonio había traído de Jefe -en rigor Subjefe, porque el Jefe era él- de Informativos y al que como hombre supuestamente amable, fiable y del Opus, la casa encomendó "La Linterna", me llevó a simultanear Mañana y Linterna durante unos meses agotadores y, pese a mi resistencia, a encargarme de la dirección de esta última, por empeño de García y de Luis, con el activo respaldo del Presidente de COPE D.Bernardo Herráez y, claro está, del de la CEE, D. Angel Suquía. Lo demás es bastante conocido, salvo lo sucedido estos últimos meses, que sólo conozco a medias y que seguramente sólo se explicará cuando esto llegue al desenlace. Pero lo sucedido en estas últimas semanas y filtrado interesadamente a medios obsesivamente adversos –La Vanguardia, El País, El Periódico, Público, PRNoticias, Periodista Digital, El Confidencial Digital y alguno más de este género- tiene, al margen de la hostilidad, parte de verdad y parte que no lo es. Intentaré aclarar ambas. Lo realmente cierto de todo lo publicado -en las mentiras o errores no entro-, es esto: 1.- Que, como publican hoy El Mundo y LD, hasta el miércoles 1 de Abril no se había producido una oferta de la COPE a César ni a mí. A otros, seguramente; a nosotros, no. 2.- Que tras citarme el día anterior, lo que me comunica Coronel de Palma en su despacho a partir de las 20.10, es que la casa ha decidido que no continúe en La Mañana (se entiende que ni dirigiendo ni participando en ella, como sucedió con Luis Herrero que continuó en el programa tras pactar todos los cambios del equipo; y se sobreentiende, aunque no se precisa claramente, que a partir de la temporada que viene). 3.- Que según Coronel la COPE desearía que yo siguiera en la casa y me ofrece compartir La Linterna con César, él dirigiéndola de 8 a 10; y yo, de 10 a 12 de la noche. 4.- Que me tome unos días para pensarlo y que a partir del día en que me reincorporo al micrófono, el Martes de Pascua, les diera una respuesta. Todo esto sucede en un minuto. Le sigue media hora de detalles sueltos pero significativos y naderías cordiales. 5.- Al día siguiente, a las seis, Coronel ha citado, también llamándole la víspera, a César. Le ratifica la oferta que me ha hecho, pero, a diferencia de mi breve charla, César le plantea algunos de los graves problemas empresariales que supone mi salida. Coronel le plantea que si yo no acepto dirigir la Linterna de 10 a 12, él podría seguir al frente del programa. Se sobreentiende, pero no se precisa, que tendría la misma duración. 6.- Como adelantó en su blog y puede leerse en LD, César añade que, en principio, su voluntad es la de irse o quedarse conmigo haciendo ambos nuestros programas, pero insiste en el perjuicio general que supondría para la COPE mi salida de "La Mañana". La conversación dura hora y media. Ante la petición de que, si es posible, tome una decisión el Martes de Pascua como me ha pedido a mí, César responde que lo intentará, pero dos días después le envía una carta breve y cordial en la que le explica que al haber tenido la primera charla el jueves y quedar sólo un día para las vacaciones de Semana Santa, sus abogados le han dicho que empezarán a estudiar el contrato y la forma radical en que lo cambia o anula la nueva oferta de COPE después de reincorporarse al trabajo a partir del lunes. Lógicamente, por lo complejo del caso, no pueden precisar la fecha en que terminarán de estudiarlo y tendrán una respuesta. y 7.- Evidentemente, en lo temporal y en lo ético, la respuesta de César está condicionada por la mía; y la mía por la de César, así que espero que las demos conjuntamente, sin más dilación que la necesaria para estudiar dos contratos complejos y muy diferentes; y dos situaciones distintas en lo laboral aunque idénticas en lo moral. En fin, esto es lo que hay a día de hoy, Domingo 5 de Abril de 2009 a mediodía, sin entrar a analizar la participación de sectores clericales y políticos o viceversa en este golpe a la COPE que, en mi opinión, difícilmente neutral, pero fundamentada, coloca a la empresa en una situación delicada y a cada uno de nosotros dos en una posición dificilísima. Reitero mis disculpas por la tardanza, pero creo haber explicado las razones. Gracias a los blogueros y lectores de LD por su comprensión. Falta nos hace. Federico Jiménez Losantos