Con la crisis, todo está de rebaja, para ver si así se anima el personal y se gasta el dinero que no hay. Si Carrefour está que tira los precios, el Mercadona ni te cuento. El poder de la calidad de Badía mima a los parados a golpe de jamón. Óle qué precios tiene Supersol. Y hablando de óle qué precios: por esto de la crisis también, Cultura ha rebajado la Medalla de Bellas Artes, hasta el punto de que se la ha dado a Rivera. —¿Y a Rioja, por qué no? ¿Por qué no Rioja mejor que Rivera? Eso digo yo. Y la cosa no queda ahí, porque dice el Banco Central Europeo que la crisis va ser tan gorda el año que viene que la Medalla de Bellas Artes correspondiente a la Tauromaquia se la van a dar a Jesulín. Por eso está que trina José Tomás, porque a él se la dieron de tarifa plena, y no hay derecho a que tiren los precios y los valores de las medallas de esta manera. Lo de «Compro oro» que se ve en tantos letreros por las calles, como lema de lo tiesos que estamos, ha llegado ya a la Medalla de Oro de las Bellas Artes. Yo que José Tomás, en vez de devolver la medalla por Seur la hubiera llevado a Orobriz, a ver qué me daban por ella. Total, es lo único que iba a sacar a cambio del sofocón. Y para no ser menos que Mercadona ni que Carrefour ni que el ministro de Cultura, Bibiana Aido también ha puesto sus rebajas contra la crisis. Sus trágicas rebajas. Sus crueles rebajas. Sus infanticidas rebajas. Las rebajas del aborto. Bibiana Aido ha ido y ha rebajado los precios de esa forma progresista de pena de muerte a la que llaman aborto. Lo que más gracia me hace es la incoherencia suprema de los progres. Yo estoy contra el aborto por una razón muy sencilla: porque estoy contra la pena de muerte. ¿Cómo se puede estar, como ellos, a favor de la pena de muerte de un ser humano en su semana 22 de vida y en contra de la pena de muerte en todos los restantes casos? Para sus rebajas de la crisis, Bibiana Aido se ha buscado a un llamado comité de expertos. Será de expertos en poner fin a la vida humana. Porque en esa comisión, que yo sepa, no había ningún representante de Pro Vida, ni de ninguna organización antiabortista. ¿Y la sonrisa? Lo que más hace que le hierva a uno el agua del radiador, si es que ama a la vida, es la sonrisa de victoria y satisfacción que sacaba la niñata ministra cuando salía para anunciar sus rebajas de ese crimen organizado y legalizado que es el aborto. Lo peor era la sonrisita de satisfacción que ponía la tipa cuando anunciaba como lo más progresista del mundo que las niñas de 16 años pueden ir a abortar libremente, sin permiso de los padres. ¿Se imaginan el horror en las casas? Las madres preguntando: —Hija, ¿por qué llegas tan tarde? —Mamá, es que he ido a abortar. Bueno, pues esto le pone una sonrisa de oreja a oreja, hasta la reja de Canalejas, a esta ministra de Igualdad que, además, no sé por qué ha sido la encargada por ZP de ocuparse del aborto, habiendo un Ministerio de Sanidad. ¿Qué tiene que ver la Igualdad con el pisoteo del derecho a la vida? Bibiana Aido ha ido y ha dado poco menos que barra libre para el aborto: convida la casa, además, a clínica. No puedo explicarme cómo un lince de Doñana o un buitre leonado del Parque de los Alcornocales tengan mucha más protección y muchas más ayudas oficiales que un niño que va a nacer. Mate usted un lince con el coche yendo a Matalascañas, que ya verá: le echarán encima a todo el Seprona y le liarán la del tigre. En cambio, aquí puede usted dar muerte impunemente a un niño que va a nacer y, encima, Bibiana Aido le dará todo tipo de facilidades con sus rebajas. Óle qué precios tiene el Supersol del aborto de Bibiana Aido. Antonio Burgos