Acabo de volver del 2º Encuentro de Objetores (por abreviar), os dejo unas breves notas personales. Las altas expectativas han sido plenamente satisfechas. Una organización concienzuda, llena de pequeños detalles tratados con mimo: ¡qué gozada! José Luís Bazán (Coordinador de la Asesoría Jurídica de Profesionales por la Ética) quiso responder a «la extrañeza que manifiestan el Gobierno y medios afines sobre la alegría del movimiento objetor con la sentencia del Tribunal Supremo». Con meticulosidad jurídica, casi de entomólogo, analizó las incoherencias del fallo, y los nuevos ámbitos de actuación: * ante las Administraciones Educativas y los Responsables Políticos: revisión de los Decretos de contenidos, retirada de libros de texto y material de carácter adoctrinador, denuncia ante la Alta Inspección o Consejerías de Educación, pedir a las Comunidades que legislen reconociendo el derecho a la objeción (esto me pareció tremendamente audaz, no es más que aprovechar la chapuza del Supremo) * ante los Tribunales: fundamentalmente agotar la vía judicial pendiente: Constitucional y Estrasburgo, recursos judiciales contra los Decretos adoctrinadores de varias CC.AA. libros de texto, centros o actos y mantenimiento de los recursos judiciales en curso. * ante los Centros Educativos: solicitud de información a los padres del centro, permanencia fuera de clase cuando haya resoluciones, sentencias, medidas cautelares, circulares o instrucciones que amparen, y cuando no, petición al centro del programa y materiales. * ante la Opinión Pública y los Medios de Comunicación: información directa, clara y transparente de todo lo anterior. Supongo que en breve Profesionales por la Ética distribuirá un resumen más amplio (si no, lo haré yo más adelante), que tiene dos ideas fuerza: * Son los padres los que tienen la decisión última respecto a los medios a utilizar en defensa y en ejercicio de su libertad. Como han demostrado hasta ahora. * El panorama de iniciativas se basan en la Objeción de Conciencia, pero se amplía el espectro tanto de modos como de alcance a raíz de la sentencia. Habrá medidas que no serán exactamente la objeción pero que podemos englobarlas por su origen y causa en ella. De las presentaciones previas me gustaría destacar el arranque de Urcelay: Gracias a Dios…, la constatación de la importancia del Movimiento Objetor que hizo Luís Carbonel (CONCAPA): hemos hecho historia (y no eran palabras de ánimo, eran hechos, números, consultas internacionales y un gran aplauso al incipiente movimiento en Portugal presente en el acto). Carbonel insistió en el EpC sí, pero no así, y recordó a la ministra que no sólo es incapaz de afrontar el problema del fracaso escolar y la baja calidad educativa en España, si no también el comportamiento totalitario del gobierno socialista que se niega a un diálogo con los padres. El toque trascendente lo dieron Dagnino y Nacho Arsuaga recordando que es una batalla por el hombre y por la dignidad, una lucha contra los dogmas de la religión de lo políticamente correcto. Y dejo para el final las intervenciones con más fuerza, las de las mujeres. Rosa de la Cierva, en su línea, animó a utilizar la tutela efectiva y sumaria del TS y ampliarlo a otras asignaturas adoctrinadoras como Ciencias del Mundo Contemporáneo, una vigilancia de los padres que ha de abarcar todas las esferas educativas. Isabel Bazo (CECE) casi pone en pié al tendido resaltando la admiración por los hijos, que son los que heroicamente soportan que de forma humillante sean considerados los diferentes. Y bordó su discurso con una llamada a la solidaridad, recordando que ella como presidenta había enviado una circular a todos los centros para que facilitasen el ejercicio del derecho de los padres y que aceptar que un colegio se refugiase en que como él lo da bien aquí no pasa nada, eso, en definitiva es aceptar lo que pactó Carod-Rovira con ETA, que matase fuera pero no en Cataluña. Las citas son casi textuales. Lástima que no pudiese quedarme a los testimonios vespertinos, me han contado que fueron vibrantes, sugerentes y un magnífico punto de partida para lo que se avecina. Juanjo Romero