La carta abierta del padre Carlo Buzzi, misionero en Bangladesh, publicada hace diez días ha tenido gran resonancia en todo el mundo:
Sobre la comunión de los divorciados vueltos a casar: una carta desde Bangladesh
La carta ha suscitado vivas reacciones tanto en pro como en contra, animando al Padre Buzzi a volver sobre el tema y argumentar su tesis de manera más amplia.
Padre Buzzi, de 71 años, originario de la archidiócesis de Milán, en misión en Bangladesh ininterrumpidamente desde 1975, responde plenamente al perfil ideal de sacerdote católico que el Papa Francisco traza en sus discursos y homilías: el sacerdote de una Iglesia "de salida misionera" hacia "todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio".
Pero precisamente al observar desde su frontera extrema la corriente de opinión que en las Iglesias del bienestar se está afirmando en favor de la comunión a los divorciados vueltos a casar, él ve con claridad el daño que podría ocasionar este cambio en la praxis y la doctrina. Y lo describe con una lucidez y un realismo poco comunes en los debates en curso sobre este tema.
He aquí su nueva intervención, de obligada lectura.
Entre las personas que han reaccionado a mi carta hay quien me ha dicho que ha sido una pérdida de tiempo, porque ya es seguro que la moción para dar la comunión a los divorciados vueltos a casar pasará con una gran mayoría.
Efectivamente, me han explicado que en el sínodo la mayoría de los obispos de las dos Américas, del Norte de Europa y de Australia votará a favor. Y, por tanto, superarán ciertamente los votos de los obispos de África y de Asia, entre los cuales hay muchos contrarios a susodicha moción.
¡Pobres obispos de África y de Asia! Estamos reduciendo la Iglesia a una organización como la ONU o cualquier otro parlamento donde la mayoría gana. Es decir, precisamente esas instituciones que legal y democráticamente aprueban de todo, incluidos crímenes como el aborto, el matrimonio entre homosexuales y la adopción de niños por parte de los mismos, los experimentos con embriones que son seres humanos, la eutanasia y todo lo que venga.
Es la primera vez que la democracia, con sus métodos, penetra en la Iglesia Católica. ¿Tendrá derecho el Espíritu Santo, como cada obispo, a por lo menos un voto, dado que viene como representante de la Santísima Trinidad?
Hasta ahora la Iglesia Católica ha seguido en pie porque su fundamento era la santidad de sus miembros y de sus mártires, no la democracia.
Cada año, miles de católicos mueren perseguidos por su fe y nosotros, que estamos bien, nos preocupamos obstinadamente por la comunión a los divorciados vueltos a casar. ¡Cuántos mártires ha habido en Inglaterra por mantenerse fieles a la integridad del sacramento del matrimonio!
¡Ay! de la Iglesia católica si sigue el camino de la Iglesia anglicana, donde las cosas de Dios, de la fe y del comportamiento moral del hombre se deciden con sistema democrático. ¡Pobre Dios, a la merced de los votos de algunos eclesiásticos! ¿Están seguros de que Dios quiere que las mujeres sean sacerdotes y obispos? ¿Están seguros de que Dios aprueba los matrimonios entre homosexuales?
Pero vayamos al grano. Con este escrito mi intención es contribuir positivamente al debate sobre la comunión a los divorciados vueltos a casar.
Lo haré punto por punto.
1. En mi opinión, se ha exagerado la importancia de esta diatriba, que no merece toda esta tensión.
2. Ya sucede que en muchos casos serios y dolorosos el sacerdote juzga si dar o no la comunión. Por ejemplo, en segundos matrimonios impuestos por la fuerza o con un cónyuge que tiene el deseo sincero de separarse pero está imposibilitado por la violencia del otro o por la enfermedad grave de éste, lo que impide que le abandone.
3. Mi contribución a esta diatriba es una intuición que creo puede ayudar a llegar a un compromiso.
4. LA COMUNIÓN DE DESEO.
5. ¿Por qué la comunión de deseo no podría ser considerada una verdadera comunión sacramental, como el bautismo de deseo y la confesión de deseo en punto de muerte?
6. Esta comunión parece ser la adecuada para quien no esté en estado de gracia y quisiera salir de este estado, pero por diversos motivos no puede.
7. No es la primera vez que se necesita encontrar una vía de salida para una diatriba. Sabemos que la definición de la Inmaculada Concepción estuvo en un impasse durante varios siglos. Tampoco la Virgen podía ser redimida si no era a través de la cruz de Jesús. Pero Jesús murió después; entonces, ¿cómo podía estar ella desde el momento de su nacimiento sin pecado original? La idea fue de Duns Scoto: la Virgen se benefició de la cruz de Jesús anticipadamente, como si hubiera recibido un préstamo. ¡Problema resuelto!
8. Como regla, es un error dar la comunión a los divorciados vueltos a casar.
9. No atañe a la Iglesia pensar si dar la comunión o no; son las personas divorciadas y vueltas a casar quienes deben pensar si son dignas de recibir la comunión o no.
10. Por un lado tenemos una pareja de personas divorciadas vueltas a casar que piensan que tal vez no es justo acercarse a recibir la comunión porque están en una situación irregular. Por el otro, hay en cambio otra pareja de personas divorciadas vueltas a casar que pretende tomar la comunión sin pensar seriamente que están en una situación irregular con la Iglesia. Decidme: ¿cuál es la pareja que tiene más fe y muestra más respeto por el sacramento y la Iglesia?
11. También en la liturgia nosotros decimos: "SEÑOR, NO SOY DIGNO DE QUE TÚ ENTRES EN MI CASA (ut intres sub tectum meum) PERO DI SOLO UNA PALABRA Y YO ESTARÉ SALVADO".
12. ¿No es ésta una comunión de deseo?
13. Si damos la comunión a los divorciados vueltos a casar, quiere decir que no tienen ni siquiera necesidad de confesarse, porque ya no es pecado. Por lo que salta el noveno mandamiento. Pero también el sexto.
14. Si se tolera esto, entonces también con otros pecados graves se puede hacer la comunión sin confesarse. Y saltan los otros mandamientos.
15. De este modo, todo salta por los aires. El Nuevo y el Antiguo Testamento. Hay que rehacer toda la moral, la patrística. Hay que entender de nuevo qué es pecado y qué no lo es. Desaparece tanto la noción de crimen como de pecado.
16. No hay proporción entre esta concesión de la comunión a los divorciados vueltos a casar y las grandes y arduas consecuencias de desorientación y reacciones que se tendrían en la Iglesia y en el mundo. Para muchas personas sería doloroso aceptarlo. Creo que no se pierde nada si se dejan las cosas como están; en cambio, introducir esta concesión podría tener graves resultados. Entre los anglicanos hubo una escisión cuando, por mayoría, se tomaron decisiones que iban contra la conciencia de muchos.
17. Hay bastante paz en la Iglesia católica actualmente.
18. Entonces, no demos paso a cismas por culpa de algo tan secundario.
19. No es justo dar una dirección peligrosa a toda la Iglesia sólo porque he leído un libro que me gusta de un teólogo o moralista que sostiene estas teorías.
20. ¿Queremos reducir toda la Iglesia universal al mismo nivel en el que están las Iglesias de Holanda y Bélgica?
21. No pienso que con una medida de este tipo las iglesias se volverán a llenar como antes. Al contrario, muchos de los que ahora van, podrían desertar.
22. En las tierras de misión los católicos, por lo común, están identificados con quienes tienen un solo matrimonio para siempre, obedecen al Papa y cuyos sacerdotes y monjas no están casados. Y no os podéis imaginar la ventaja que esto nos da en nuestra labor evangelizadora respecto a los protestantes.
23. Por esta razón, cuando hay matrimonios mixtos con seguidores de otras denominaciones cristianas, especialmente las jóvenes quieren casarse con el rito católico, porque saben que en éste el matrimonio es único y no se puede infringir.
24. Yo quiero seguir siendo católico. No quiero convertirme en anglicano o baptista.
25. Vemos que los Estados y las grandes organizaciones están sometidos a una fuerza misteriosa que inclina hacia el mal. La única institución que no se deja doblegar y que se mantiene firme sobre los verdaderos valores del hombre es la Iglesia católica. Resistamos y no enturbiemos nuestra fuente. Un día, cuando estén cansados y sedientos, muchos hombres sabrán dónde encontrar un poco de agua fresca.
Sirajganj, 17 de mayo de 2014
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En la ilustración un detalle de los mosaicos de la basílica de San Marcos en Venecia, del siglo XII: Jesús en el pozo con la samaritana "de los cinco maridos".
En el famoso pasaje del capítulo 4 del Evangelio de Juan, perno de la preparación al bautismo en los primeros siglos de la Iglesia y que entró en la liturgia como lectura clave de la Cuaresma, se encuentra este diálogo entre Jesús y la samaritana:
“Él le dice: Vete, llama a tu marido y vuelve acá.
Respondió la mujer: No tengo marido.
Jesús le dice: Bien has dicho que no tienes marido, porque has tenido cinco maridos y el que ahora tienes no es marido tuyo; en eso has dicho la verdad”.
Traducción en español de Helena Faccia Serrano, Alcalá de Henares, España.