En noviembre pasado, monseñor Richard Williamson, obispo de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X ordenado por monseñor Lefebvre, hizo unas declaraciones a una cadena de televisión sueca en las que negaba la existencia de cámaras de gas en los campos de concentración nazis. Williamson por tanto, acepta y sostiene públicamente las tesis de los negacionistas o revisionistas que en varios países europeos son consideradas como un delito, penado incluso con cárcel. Como no podía ser de otra manera, la FSSPX se ha desmarcado del obispo asegurando que la suya es una postura meramente personal que no representa la de la Fraternidad. Como no podía ser de otra manera, es precisamente ahora que se sabe que el Papa va a levantar la excomunión a los obispos lefebvrianos, cuando se monta el "pollo" mediático sobre este asunto. Lo primero que quiero decir que monseñor Williamson está radicalmente equivocado. Hace años estuve delante de una mujer que vio como sus padres entraban vivos en una de esas cámara de gas. Ya no los volvió a ver pero yo sí vi correr las lágrimas por su rostro recordando aquel horror. Pondría a Williamson delante de esa señora, hoy ya muy anciana, para comprobar si tiene el valor de decirle a la cara que lo que cuenta es mentira. Lo segundo que quiero afirmar es que Williamson es un irresponsable absoluto al entrar en esa materia tan delicada. ¿Qué necesidad tiene de decir lo que ha dicho sobre las cámaras de gas nazis? ¿qué busca con ello? Porque si ya es grave que este hombre se trague los infumables argumentos de los revisionistas, lo cual demuestra que algo no anda bien en su cabeza, más lo es que ponga a toda la Fraternidad a los pies de los caballos acudiendo a una televisión a contarlo. Se quiera o no, y aunque desde la Fraternidad se desmarquen de él, no estamos ante un diácono o sacerdote exaltado sino ante todo un señor obispo. Si a esto le unimos que al lefebvrismo francés se le relaciona con la ultraderecha lepenista, pues el panorama mediático que tenemos delante no va a ser precisamente favorable al levantamiento de la excomunión. Pero precisamente ahí es donde debemos ser muy claros y rotundos. Negar o disminuir la importancia del Holocausto es una estupidez y en no menor grado una villanía, pero no atenta contra ningún dogma de fe. Si mañana le diera por volverse loco a un obispo alemán y dijera lo mismo que Williamson, podría acabar en la cárcel o en el frenopático, pero nunca excomulgado o suspendido a divinis. Obviamente el Papa le retiraría de la circulación para que no tuviera una sola responsabilidad pastoral, pero nada más. Es decir, el “problema Williamson” le afecta sobre todo al propio Williamson, que si asoma su gaita por Alemania puede acabar entre rejas, y a nadie más. Que el Papa le levante la excomunión junto al resto de los obispos de la FSSPX no implica ni que acepte sus declaraciones ni que, desde luego, le vaya a atribuir algún tipo de responsabilidad eclesial como obispo católico. Luis Fernando Pérez Bustamante