¿Cómo considera la Iglesia los últimos avances biomédicos? A este interrogante respondía la Congregación para la Doctrina de la Fe en septiembre del año pasado con la Instrucción Dignitatis Personæ (DP) que actualiza lo ya expresado en la Instrucción Donum Vitæ de 22 de febrero de 1987. La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha publicado en su página web un resumen de 11 páginas de la nueva instrucción en la que se sintetiza las cuestiones expresadas por la Congregación que preside el Cardenal Levada en un texto más divulgativo y cercano. Dignitatis Personæ consta de tres partes: en la primera se recuerdan aspectos antropológicos, teológicos y éticos de importancia fundamental; en la segunda se afrontan problemas relativos a la procreación y en la última, nuevas propuesta terapéuticas que implican la manipulación del embrión o del patrimonio genético humano. La estructura se refleja asimismo en el documento de la CEE. Análisis comprensible El objetivo del documento de la CEE además de ser un resumen, actúa como complemento al documento vaticano, aclarando claramente los principios fundamentales de la DP. En la primera parte se recuerda como el “El ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción”, trato que implica el reconocimiento de derechos, especialmente el derecho a la vida (n.4). Asimismo se recuerda que el origen de la vida humana “tiene su auténtico contexto en el matrimonio y la familia, donde es generada por un acto que expresa el amor recíproco entre un hombre y una mujer”, lo que DP define como “procreación responsable” (n.6). La problemática planteada en la segunda parte se refiere a técnicas relativas a la procreación. En este punto, la Iglesia nos recuerda que “son lícitas todas las técnicas que respetan el derecho a la vida y a la integridad física de cada ser humano”. Asimismo, se exige que esa procreación sea “el fruto del acto conyugal específico del amor entre los esposos (n.12) Sin embargo DP recuerda que existen una serie de prácticas ilícitas, como la fecundación in vitro (y su variante, la inyección intracitoplasmática de espermatozoides) en las que se da una substitución del acto conyugal por un mero procedimiento técnico, lo que considera una “instrumentalización del ser humano”. Tampoco considera lícito el congelamiento de embriones, “incompatible con el respeto debido a los embriones humanos”, al tiempo que recuerda que los expone a graves riesgos de muerte. La práctica más grave que se señala en el documento es la del diagnóstico preimplantatorio, auténtica práctica de Eugenesia -un diagnóstico genético de los embriones formados in vitro antes de su implantación en el seno materno y en el que se puede manipular el sexo y otras características del nasciturus-. La Iglesia alerta del riesgo que conlleva esa práctica para el propio embrión (n.22) No rotundo a la clonación terapéutica y a cruzar hombres con animales. La última parte del documento se dedica a denunciar la inmoralidad de las terapias génicas (somática y germinal, en las que el objetivo es reducir o eliminar defectos genéticos en sus respectivos niveles), recordando que desde el punto de vista ético y deontológico puede comportar riesgos significativos para el paciente, sin cuyo consentimiento no deberían llevarse a cabo. Con fuerza se denuncia en Dignitatis Personæ los intentos de hibridación entre animales y seres humanos con el fin de extraer células troncales embrionarias de los embriones resultantes. Se advierte que estas prácticas “una ofensa a la dignidad del ser humano” ya que son capaces de “alterar la identidad específica del hombre” (n.33). Por último se reitera la oposición a prácticas cada vez más en desuso desde el punto de vista de la investigación como la clonación terapéutica. En DP se considera que “reduce la existencia de un ser humano, incluso en estado embrionario, a la categoría de instrumento que se usa y se destruye. Es gravemente inmoral sacrificar una vida humana para finalidades terapéuticas”. (n.30). Miguel Vinuesa, miembro fundador de Juventutem de Madrid y alumno del Master CEU en Información Social y Religiosa.