Toda la izquierda española, e incluso los partidos separatistas, han adoptado, algunos desde hace ya bastante tiempo, una postura rabiosamente anticatólica que les lleva no sólo a críticas feroces, sino a favorecer una legislación que devalúa y diluye el matrimonio, desprotege la familia, favorece el crimen del aborto, apoya la corrupción moral y sexual que es la ideología de género, espera la ocasión propicia para implantar el crimen de la eutanasia y lleva a una cultura que, sin eufemismos, puede calificarse, como han hecho los Papas, de “cultura de la muerte”.
Ante esta situación la mayor parte de los católicos, hemos votado en las últimas elecciones al Partido Popular. Pero el desencanto que percibo entre los católicos es cada vez mayor. Mientras los socialistas, cuando llegaron al poder, lo primero que hicieron fue volver a su Ley de Educación y empezar a montar su propia legislación, éstos, los del PP, no han derogado ni tienen intención de hacerlo, ninguna de las leyes antimatrimoniales y antifamiliares. Incluso la Ley del Aborto, que parece ser quieren mejorarla algo, ya en media legislatura, allí sigue.
Y es que así como hay un laicismo de izquierdas, también lo hay de derechas. Cuando llegó al Gobierno Soraya Saénz de Santa María lo primero que hizo fue proclamar que ella no era católica, cosa que puede decirse de la gran mayoría de los pesos pesados del PP. Ciertamente hay alguno que sí lo es, pero da la impresión que los católicos en ese Partido pintan poco o nada.
Pero el colmo está sucediendo con la nueva Ley de Educación, la Ley Wert, que para los dirigentes socialistas es una Ley escrita al dictado de la Conferencia Episcopal Española. Y sin embargo la Ley que ha aprobado el PP es mucho peor que la actual LOE, la ley socialista. Las razones para ello son:
En Bachillerato: Deja de ser una asignatura fundamental.
Ya no será de oferta obligatoria para los centros y de elección voluntaria para los alumnos, como dicen los Acuerdos Iglesia-Estado. Corresponderá a las Autonomías o a los centros educativos ofrecer o no la Religión. La LOMCE va a ser la única Ley de Educación que no cumple con los Acuerdos entre la Santa Sede y el Estado español, al no garantizar que la clase de Religión sea de oferta obligatoria en el nivel de Bachillerato.
Como consecuencia del incumplimiento de estos Acuerdos y también del artículo 27.3 de la Constitución (“Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”), por una parte, la asignatura de Religión tenderá en la práctica a ir desapareciendo en el nivel de Bachillerato y, por otra, atentará al derecho de los padres de educar a sus hijos conforme a sus convicciones morales y religiosas, propias de un Estado aconfesional. Los alumnos quedan libres de escoger entre ella y su alternatica, pues tienen en primero doce optativas a escoger tres y en segundo quince optativas a escoger tres.
Educación infantil: La Religión no será de oferta obligatoria. Serán las Autonomías o las direcciones de los centros educativos las que decidan si se ofrece esta asignatura a la libre elección de los alumnos.
Formación Profesional: Ni siquiera se habla de la clase de Religión.
En la Orden de desarrollo que ha elaborado el MEC para su territorio - Ceuta y Melilla -, la religión pasa de 90 a 60 minutos semanales: un tercio de reducción y la consiguiente disminución de profesores. Ejemplo que seguirán algunas comunidades del PP como Castilla y León y, previsiblemente, todas las socialistas. Ni Zapatero lo hubiera soñado. Va a ser cierto que contra ZP vivíamos mejor los católicos.
La Alternativa a la clase de Religión se va a llamar en Primaria Valores Sociales y Cívicos y en Secundaria Valores Éticos y Cívicos. El adoctrinamiento estatal o comunitario, lejos de desaparecer, se incrementa. Como su contenido depende totalmente de las Comunidades Autónomas, tenemos garantizado el adoctrinamiento separatista en Cataluña y País Vasco y la ideología de género, en otras muchas, con su consiguiente corrupción de menores. La alternativa a la Religión, deja de ser alternativa, ya que puede ser elegida junto con la Religión. Además, los contenidos de EpC se imparten de modo transversal en toda la educación. Análogamente, el establecimiento de un currículo para la alternativa es otra maniobra de despiste porque supone negar a la Religión su carácter ético y, por tanto, su carácter educativo. Todo va en la dirección de la escuela única. La nueva ley de educación del PP cambia la situación de la enseñanza de la religión a peor: es más laicista que las leyes de Zapatero.
Desde luego nadie se esperaba que fuera el Partido Popular el que diera este paso para que la clase de Religión fuera desapareciendo paulatinamente del sistema educativo español y mande al paro a sus aproximadamente 15.000 docentes. Despidos encubiertos con los que ni siquiera se atrevió el Partido Socialista en sus anteriores leyes educativas.
¡Quién me iba a decir a mí que con el PP iba a añorar a Zapatero! Por supuesto mi voto irá a algún Partido que no se ría ni de mí ni de mis ideales.
Pedro Trevijano