Los responsables de la Federación Española de Religiosos de Enseñanza y Titulares de Centros Católicos y Educación y Gestión de Madrid (FERE-CECA y EyG Madrid) afirmaron hoy, en rueda de prensa, que “las familias de los centros pueden estar tranquilas respecto de los contenidos, materiales y profesorado que impartirá EpC en las escuelas católicas". Y después de decir eso, se habrán quedado más anchos que panchos, claro. Se habrán vuelto a casa diciéndose a sí mismos: “¡¡ Pero qué tíos más grandes somos !!” Por supuesto, la suerte de los millares de críos que no pueden ir a sus centros porque o no hay plazas o viven en el mundo rural, les importa un pimiento. Que se joroben ellos y sus padres. La FERE declara sus colegios e institutos “libres de las maldades de la EpC” y a partir de ahí pretenden evitar que los mismos figuren entre aquellos donde se producen más objeciones. De hecho, es sabido que no pocos padres son invitados a no objetar por parte de los responsable de los colegios religiosos. Esta gente pretende que nos creamos que el gobierno que no respeta la objeción de conciencia de los padres que no quieren EpC, va a respetar el derecho de los centros a adaptar la asignatura a su ideario. Y, ojo al dato, aseguran esa adptación la tienen garantizada “constitucional y legalmente". Me gustaría saber en qué parte del decreto sobre la EpC se afirma tal cosa. El año pasado todo lo que tenían era una carta de la ministra asegurándoles que podrían hacerlo. Pero no parece que esa carta tenga validez legal en caso de que el gobierno decida que nada ni nadie va a impedir que en EpC se dé la ideología de género y todo aquello que hace que dicha asignatura no sea aceptable para padres cristianos. Pero claro, cuando llegue el momento en que el gobierno apriete las tuercas a los colegios católicos, estos tampoco tendrán ni el valor ni la decencia de plantarse. Son la encarnación de la debilidad ante el totalitarismo que emana de la ingeniería social de Zapatero. Son el ejemplo de aquello en que se va a convertir la Iglesia Católica en España si, como muchos están promoviendo, decide mirar para otro lado y no molestar ante la que está cayendo. Será una iglesia cobarde, en la que los valientes serán señalados con el dedo como fundamentalistas, no dialogantes y ausentes de caridad. Será un trasunto eclesial del actual PP. Y, por supuesto, cada vez será menos influyente, menos iglesia, menos pueblo de Dios. Si los obispos que ven este panorama, y yo sé que existen, no levantan su voz, y los fieles que sí lo hacemos empezamos a tener la sensación de que estamos solos, la guerra socio-cultural en la que, querámoslo o no, estamos metidos, la habremos perdido sin haber dado la cara. Y si el enemigo te ve débil en la defensa de tus valores, lo siguiente que hará será pisotearte hasta tu completa desaparición. De lo que se trata es de arrancar lo poco que queda de cristianismo al alma de España. Muchos quieren que nos sentemos en el bordillo de la acera para ver cómo ocurre tal cosa. Prefiero a Zapatero que a ese tipo de cristianos. Y creo que nuestro Señor Jesucristo también. El que lo dude, que se lea lo que dice la Escritura acerca de lo que el Señor hará con los tibios. Luis Fernando Pérez Bustamante