Que tu vida no sea una vida estéril. – Sé útil. – Deja poso. – Ilumina, con la luminaria de tu fe y de tu amor. (Camino, 1) La asignatura Educación para la Ciudadanía es un engendro que el PSOE se ha sacado de la manga con el único objetivo de adoctrinar conciencias. Su único objetivo es imponer la moral de Estado. Porque si estuviésemos hablando de la enseñanza de lo que antaño era urbanidad, no habría nada que discutir. Pero incluso algo tan específico hoy es imposible. En la sociedad actual se ha perdido el fondo moral común. Hay una confrontación de distintos discursos morales en el cual el concepto «verdad» ha dejado de tener significado. Se utilizan conceptos morales, razonamientos para justificar nuestras acciones, pero han perdido su contenido semántico. Así, una persona defensora del aborto aducirá que como ella tiene derechos sobre su persona, y por ende su cuerpo, tiene derecho a decidir libremente si aborta o no, ya que el feto es una parte del cuerpo de la madre. Otra persona dirá que no puede desear que su madre lo hubiese abortado, sin embargo, lo que no desea para él, no lo podría desear para otro, en definitiva, aunque la mujer en general no tuviese derecho a abortar, ello no lo obligaría a que el mismo fuese prohibido. Por último, un católico, en base a la ley natural, alegaría que no se puede acabar con la vida de un ser inocente, por tanto, como un embrión es un ser humano que se encuentra en un estadio primitivo de su vida, no se puede matar. Toda vida proviene de Dios: Él es el dueño de la misma. Nuestra sociedad puede admitir, como mucho, que los tres argumentos son iguales. No hay un criterio de verdad que juzgue cuál es la propuesta correcta. Son opciones, y como tales, todas son legítimas. El cristianismo sin embargo se presenta como Verdad. Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida. Con mayúsculas. Esto provoca una erisipela moral en la sociedad. De ahí que, esta doctrina con vocación de Verdad, tenga que ser bien expulsada, bien sometida al Estado. De aquí se deduce que la EpC reducida a urbanidad, sea un trabajo propio de Hércules, un imposible. El verdadero objetivo de Educación para la Ciudadanía es convertirse en la nueva religión laica, con la que el Estado apagará su apetito voraz de dominio sobre las conciencias de los ciudadanos. Hay algunas personas que, con buena voluntad, piensan que es posible adaptar la EpC a los contenidos marcados por el Magisterio de la Iglesia. Contemporizar. Nada más lejos. Aunque el gobierno admita, en un principio, la componenda, a medio plazo intentará torcerle el brazo a la Iglesia a través de las subvenciones a los colegios católicos. La noticia dada por nuestro portal es sorprendente. Que la Universidad caiga en esta trampa es impropio de la categoría de la misma. ¿Piensan que podrán sobrevivir al engaño pergeñado por el PSOE? Yo, con Platón pienso que no. «El mal es peor enemigo de los buenos que de los no buenos». El gobierno les ha lanzado el anzuelo – Yo, el Estado os doy la posibilidad de adaptar los contenidos, ustedes dadme un poquito de vuestra libertad – y ellos han picado. Dice un aforismo latino que «corruptio optimi pessima» (la corrupción de lo mejor es lo peor). Esto puede pasar con el intento de contemporizar de la Universidad de Navarra. Estamos creados para lo mejor, no para lo ínfimo, lo deleznable. EpC es un engendro. Como escribió San Josemaría: ¿Adocenarte? ¿¡Tú… del montón? ¡Si has nacido para caudillo! Entre nosotros no caben los tibios. Humíllate y Cristo te volverá a encender con fuegos de Amor. (Camino, 16) En los principios no hay que ceder. Isaac García Expósito