Que lo sepáis toda la panda de fachas reaccionarios que os oponéis al aborto. Sois todos unos cínicos y unos hipócritas que os envolvéis en altos valores morales para ir, ¡a quién se le ocurre!, en contra de una ley del aborto que mejora las garantías actuales. Así lo ha dicho el insigne Zapatero, presidente del gobierno español por la gracia de las urnas de una nación que asesina a cien mil de sus hijos al año. El caso es que ese señor que tenemos por presidente ha dicho dos cosas ciertas. La primera, que hace falta envolverse en altos valores morales para oponerse al aborto. Quien no tiene ni moral ni altura de miras no se opone. Lo acepta sin rechistar. Y también es cierto que la nueva ley servirá para mejorar las garantías actuales de los que se forran a base de matar seres humanos en el seno materno. Hay que proteger a los matarifes de las clínicas abortistas no vaya a ser que aparezcan varios fiscales y jueces con un poco de dignidad, que osen investigar lo que pasa en esas empresas machaca-restos-de-fetos que se reparten por casi todo el territorio nacional cual agujeros negros de la indignidad humana. Lo de Isadora y la Clínica el Bosque no puede volver a repetirse. Hay que darles garantías para que sigan abriendo en canal a fetos de hasta 7-8 meses. Si acaso, habrá que investigar si cobran en negro, que al fin y al cabo eso perjudica a toda la nación porque ya sabemos que Hacienda es de todos. Por cierto, ¿me lo parece a mí o salvo monseñor Sebastián, que es arzobispo emérito, apenas ha habido reacción alguna por parte de la Iglesia en España al anuncio de la nueva ley del aborto? Antes de que algún “oficialista” se me eche encima acusándome de sugerir que a la iglesia española no le interesa el tema, diré que estoy convencido de que la totalidad de nuestros obispos, y la Conferencia Episcopal como entidad, están radicalmente en contra del aborto. Pero no se les oye, no se les lee, no se les ve. Quizás es que como yo soy un neófito en esto de la información religiosa, no soy capaz de encontrar en los medios de comunicación la cascada de declaraciones, cartas e intervenciones públicas de TODOS nuestros obispos que sin duda ya se están produciendo. Porque claro, supongo que entenderán que no vale con que asomen los dos o tres que siempre dan la cara, ¿verdad? Si en este asunto, el del aborto, la Iglesia Católica en España como institución -no hablo de individuos sueltos por aquí y por allá- no es capaz de volcar YA toda su capacidad espiritual, humana, mediática y de todo tipo, para oponerse a lo que se nos viene encima, entonces habrá que decir aquello de “que paren el mundo, que me bajo en la próxima". Luis Fernando Pérez Bustamante