La catequesis comenzó en torno a las diez de la mañana en un lugar de excepción, el teatro principal de la ópera de Sydney, y con un catequista también de excepción, el Cardenal Primado de España Monseñor Cañizares. En una elocuente exposición, nos recordó lo importante que es la fidelidad y el sentimiento de adhesión a la Iglesia, que puede tener errores, ser pecadora, pero es ciertamente la vía para la salvación que el Señor encomendó a Pedro, y a través de la cual Jesucristo está presente cada día, y no es un mero personaje de la Historia. Concluida la catequesis el Cardenal concelebró la Misa junto al obispo de Getafe, el auxiliar de esta misma diócesis, y bastantes sacerdotes. A las dos y media estaba prevista la llegada del Papa en barco por la bahía de Sydney, así que tras la misa y comida, todos fuimos tomando posiciones para tener una buena visión de la bienvenida. El saludo del barco lo vi desde la ópera, y la verdad que fue un visto y no visto, muy intenso, eso sí. Pocos metros me moví para unirme a un grupo de españoles que esperaban la ruta del "Papamovil" para dar el segundo saludo de bienvenida al Santo Padre. Desde donde estábamos sentados pudimos seguir en una pantalla el discurso que pronunció en "Barangaroo", el lugar donde fue la misa de apertura, y que estaba repleto por segunda vez de peregrinos. El Papa nos recordó a los jóvenes, que se nos presenta un mundo en el que el modelo de vida es creer que la libertad y la felicidad consisten en la experimentación, sin embargo es buscando el bien la forma en la que vamos a encontrar la verdadera felicidad que Dios nos presenta. Así también animó a que cada uno de los asistentes llevemos el mensaje de lo que allí vivamos, para que la fuerza del Espíritu Santo llegue a todo el mundo. Ver al Santo Padre Benedicto XVI a unos pocos metros, aunque haya sido en medio de una masificación de gente y por escasos segundos, me ha impresionado. Es difícil explicarlo, pero la presencia real del Vicario de Cristo, el sucesor de Pedro, el máximo exponente de la Santa Madre Iglesia, referente moral y espiritual a través de los cinco continentes, es casi paralizadora. Una vez el Papa ha concluido su trayecto, ya de noche, he decidido acercarme a rezar ante el Santísimo, expuesto en uno de los salones secundarios del edificio de la ópera. Al ser las Hermanas de la Caridad las encargadas de la exposición, una foto de la Madre Teresa colgaba del techo en un lateral, recordando la profunda consciencia que siempre tuvo la Madre Teresa de Calcuta de la presencia de Cristo en el Santísimo Sacramento, y el gran amor y respeto que por ello le tenía a Jesús mismo convertido en pan entre nosotros. En la calle la gente estaba animada, llena de espíritu y alegría tras haber visto por fin a aquél por el que han venido hasta Sydney. La calle principal "King George Street" camino de vuelta para casi todos, estaba cortada a la circulación y el mar de banderas, cansadas por la larga jornada de hoy, han despedido el día, esperando mañana participar con el mismo ánimo y fe en el Via Crucis. Javier Tebas Camino a Sidney JMJ Sidney, lunes 14 JMJ Sidney, martes 15 JMJ Sidney, miércoles 16