Emmo. y Rvmo. Sr. D. Lluís Martínez Sistach, créame que no tengo la más mínima animadversión hacia su persona. Si el Papa Benedicto XVI le ha creado cardenal, sin duda ha debido de ver en usted las condiciones necesarias para hacerle un príncipe de nuestra amada Iglesia. Por tanto, nada de lo que le pueda decir o incluso criticar desde Religión en Libertad es fruto de algún tipo de manía personal contra usted, sino de mi preocupación por la imagen que a veces se da desde su archidiócesis, que, primado tarraconense aparte, es la más importante de Cataluña y de las más importantes en España y en el mundo. No creo que esté de más volver a recordarle que mosén Pousa todavía no ha desmentido explícitamente su explícita afirmación de haber pagado abortos. Dado que usted ha estado en Roma esta misma semana, es posible que sepa si ese caso ha llegado ya al Vaticano. Yo lo desconozco. Lo que tenga que ser, será. El caso es que otro de sus sacerdotes, D. Francesc Vergés i Tuset, que en este caso además es párroco, ha pedido en el diario Avui que los catalanes no marquen la X en la declaración de la renta. Sus razones son cuasi-esotéricas pero eso es lo de menos. Todos estamos convencidos de que usted está en desacuerdo con ese cura, pero muchos somos los que nos gustaría que meditara si es conveniente reparar públicamente el daño que públicamente ha causado su sacerdote. Créame, estimado cardenal, que ese tipo de declaraciones realizadas por un cura con nombre y apellidos son mucho más censurables que las críticas, anónimas o no, que usted pueda recibir por parte de quienes desearían ver libre a su archidiócesis de elementos que, a ojos vista, no conducen a la iglesia barcelonesa por el buen camino. Luis Fernando Pérez Bustamante