Gracias, cardenal La Archidiócesis de Sevilla ha comunicado hoy que su Cardenal Arzobispo, Monseñor Carlos Amigo Vallejo, ha escrito una carta al alcalde de la ciudad en la que le pide que no se lleve a cabo la retirada de Pío XII del callejero de la capital andaluza. Y además, los términos de la carta no pueden ser más contundentes. El cardenal advierte al alcalde de que tal decisión sería “injusticia, además de provocar un verdadero rechazo más allá de la ciudad, por lo que la disposición municipal sería considerada sectaria". De hecho, lo que está claro es que el cardenal está llamado sectarios a los que han propuesto la retirada de Pío XII del callejero sevillano. La intención es lo que vale y es obvio que tanto el PSOE como IU de Sevilla son lo que son, aunque ahora el alcalde decida no dar curso a semejante afrenta contra la memoria del Papa Pacelli. Como cristianos, lo que nos importa es que nuestros pastores sepan estar a la altura de las circunstancias. Y el cardenal Amigo lo está. Aunque no sólo él debe de protestar por esa medida, él debe de estar al frente de la protesta. Era una cuestión de justicia hacia Pío XII y de dignidad de la propia iglesia local que él pastorea. Es necesario que los que llevan en sus genes políticos el odio hacia el cristianismo sepan que no vamos a callarnos ante sus tropelías. La victoria en las urnas no puede ser una patente de corso para manchar la memoria de aquellos que hicieron todo lo que estaba en sus manos para sacar al mundo de la peor guerra a la que ha asistido la humanidad. La victoria en las urnas no puede conceder impunidad para manipular la historia y enfrentar a la sociedad por una cuestión que ya quedó solucionada en la Transición. La Ley de Memoria Histórica debería llamarse la Ley Enterradora del Espíritu de la Transición. Don Carlos, gracias por esa carta. Gracias por defender a Pío XII. Luis Fernando Pérez Bustamante