Seamos sinceros. Cuando Josep Miró i Ardevòl dejó la política activa hace unos años para fundar e-cristians, pocos dábamos un duro a largo plazo por la supervivencia de ese proyecto. Miró no es la encarnación del líder carismático que engancha a las masas y el catolicismo “civil” en Cataluña estaba tan moribundo, que no parecía que don Josep pudiera reanimarlo. Pocas veces un error de diagnóstico ha resultado tan providencial. Lo que el fundador de e-cristians y de Forum Libertas ha demostrado es que el que quiere, puede. Él es la prueba viva de que cuando los cristianos fieles a la Iglesia se ponen a trabajar, los frutos llegan. Que cuando el Señor bendice la labor de sus siervos, no hay heterodoxos ni pastores tibios que puedan pararles. Todos los desprecios, todos los ninguneos, todas las palmaditas insinceras en la espalda de Miró i Ardevòl han recibido del Vaticano un sonoro puntapié en el trasero: Josep es nuevo miembro del Pontifico Consejo para los laicos. Roma manda un mensaje claro a la Iglesia en Cataluña y en España. Ese es el camino a seguir. Con todos los defectos que pueda tener el fundador de e-cristians, el suyo es un ejemplo para los demás. Los laicos han de hacerse presentes en medio de la sociedad y no conformarse con ir a misa cada domingo. Aunque lo que Miró ha creado sobrepasa los límites de la archidiócesis de Barcelona, sería de desear que el cardenal Martínez Sistach, que por otra parte es uno de los consultores del Pontificio Consejo, tomara nota. ¿No estará desperdiciando los talentos que tiene a su disposición en el grupo que lidera el seglar que el Papa acaba de promocionar? ¿No cree que en futuras convocatorias en el Palacio de Congresos o en el Mini Estadi hará bien en no largarse corriendo tras celebrar una misa? Piense, medite en ello, querido arzobispo. A los que están molestos con el nombramiento de Miró i Ardevòl (1 y 2) les recomiendo calma. Ya tendréis tiempo de ver como vuestro enfado crece exponencialmente. En el Vaticano han decidido que vuestro tiempo el frente del catolicismo en esta tierra es ya parte de la historia, y ahora el viento sopla en una nueva dirección. Eso sí, no deis el espectáculo de escribir artículos felicitando a Miró a la vez que le lanzáis vuestros acostumbrados dardos envenenados. Es que, ¿sabéis?, a la hipocresía le pasa como a Lázaro tras llevar tres días muerto: hiede. Y no está claro que todos vosotros queráis salir de vuestra tumba a la voz del Señor. Germinans germinabit