Seguramente todos los lectores conocen el caso ignominioso del juez de familia de Murcia, Fernando Ferrín Calamita, perseguido y condenado básicamente por sus creencias religiosas, aunque jurídicamente lo hayan vestido de otra forma.
El fundador y director del periódico digital “Hispanidad”, Eulogio López, periodista de espíritu aguerrido, defensor pertinaz de causas nobles y pionero del periodismo digital, ha seguido paso a paso el asunto, publicando artículos valientes en defensa del juez cada vez que se producía alguna novedad en el tema, artículos que “Religión en Libertad” ha reproducido para sumarse a la defensa del juez y a la debida información de sus lectores.
De todos modos, resumo el caso en pocas líneas, para refrescar la memoria del lector. En el juzgado que regía este juez, se presentó la petición de una lesbiana para adoptar a la hija pequeña de su “compañera sentimental”, concebida por inseminación artificial. El juez intentó asegurarse que ese enjuague no perjudicaría la educación equilibrada de la niña, que mucho era de temer que no fuera a ocurrir como no se le escapa a ninguna persona medianamente lúcida y sin cojera moral, y a este fin quiso tener el dictamen de algún sicólogo que al menos le cubriera las espaldas, porque la situación era sumamente anómala. Ello provocó la paralización del expediente durante seis meses, ¡seis meses, qué eternidad! pero las lesbis, encampanadas, porque vivimos en el mundo que vivimos, demandaron al juez, cuyo letrado acusador utilizó como argumento supremo contra el demandado que éste actuó del modo que lo hizo por sus “creencias religiosas”. Ciertamente debe de tenerlas como prueba su estatus familiar: casado y siete hijos, que él sabrá como se las arregla para sacarlos adelante en los tiempos que corren.
En resumen: fue condenado en primera instancia por “retardo malicioso” y “prevaricación continuada” en la resolución del expediente, a dos años, tres meses y un día de inhabilitación, indemnización a las querellantes de 6.000 €, y pago de costas de unos 10.000 €. El juez recurrió al Tribunal Superior de Murcia, que en lugar de darle la razón aumentó el período de inhabilitación. Pidió el indulto al Gobierno, tan “comprensivo” con algún que otro etarra y ciertos banqueros, y se lo denegaron. Pero ahí no acaba la cosa, sino que privado de empleo y sueldo, ahora Hacienda le reclama de manera perentoria, unos cien mil –he dicho bien, CIEN MIL €- por no sé qué salarios percibidos indebidamente o cosa así. El plazo de pago a los voraces publicanos de nuestras penas, parece que termina ahora a primeros de mayo, y si no atiende el requerimiento, le embargan la vivienda familiar, porque no tiene otros bienes, viéndose él y su numerosa prole en la calle por sus “creencias religiosa”.
El juez Ferrín ha logrado reunir la mayor parte de la cantidad exigida por Hacienda, pero aún le falta un pico para liquidar el pago, de ahí el llamamiento urgente a quienes compartimos sus denostadas “creencias religiosas”, a fin de que este hombre de corazón recto no se vea, además de perseguido y condenado, echado a la calle con su familia, por la injusta Justicia sectaria y maloliente que a veces se impone en nuestro país.
La cuenta a la que puedan mandar sus aportaciones es la siguiente: Barclays Bank SAE, cuenta número 0065-0036-71-0001089127 “ayuda al juez Fernando Ferrín Calamita”. Gracias, lo digo por mí parte, a cuantos colaboren a salir del atolladero a este juez machacado por creyente y pretender defender a la pobre niña envuelta en enredos y pasiones de adultas de género ambiguo. Por cierto, ya se han “divorciado”, hecho nada insólito en las parejas de quita y pon. Pero al juez, ¿quién le repara el honor y el daño ocasionado?
Conste, para terminar, que no conozco de nada al juez en cuestión, del que sólo sé lo que cuenta mi viejo amigo Eulogio López, pero me fío plenamente de él, por eso le secundo.