¿Cómo es posible que Giorgia Meloni nombrase en septiembre ministro de Cultura a un gnóstico de derechas, a un evoliano como el ministro Alessandro Giuli?

Este hecho me recordó al inicio de nuestra vida republicana, cuando Alcide De Gasperi, ganador de las elecciones con la Democracia Cristiana, fue convocado a Milán por Raffaele Mattioli. ¡Convocado a Milán! ¡De Gasperi, que sería presidente del Consejo de Ministros durante siete años, y con gran influencia!

¿Quién era Mattioli? Era un gnóstico de fama internacional, impulsor económico de numerosas iniciativas de la cultura laica, que dirigía la Banca Commerciale Italiana, el mayor banco del país. Mattioli dio instrucciones a De Gasperi: “Os encargaréis del poder político y económico y dejaréis para nosotros el poder cultural”.

Y esto ¿cómo lo sé? Lo sé porque me lo contó Ettore Bernabei, un personaje importante y poderoso de la "primera" República, amigo de ese hombre extraordinario que fue Amintore Fanfani, también posteriormente presidente del gobierno.

¡La cultura, entregada a la gnosis! Aparentemente, algo irrelevante en comparación con el peso de la política y la economía. Sin embargo, la cultura, entregada a la gnosis, se ha revelado como causa del fin de la visión cristiana de la vida en Italia, como el origen de su fortísima descristianización. La razón es evidente: la cultura es mucho más importante que la política y la economía, porque determina el modo de pensar de las personas y, por consiguiente, su modo de actuar.

El pasado viernes, el nombramiento de Giuli tuvo una primera consecuencia, una muestra de que la decisión de elegirle como ministro de Cultura fue lamentable y arriesgada. Giuli ha nombrado como vicedirector de su gabinete a Franceso Spano, quien en 2017, durante el gobierno de Paolo Gentiloni (un gobierno de izquierdas), tuvo que dimitir… y con una intervención en primera persona de la propia Meloni.

¿Qué había hecho Spano? Siendo presidente de la UNAR (Oficina Nacional contra la Discriminación Racial), financió con dinero público a una asociación LGTBIQ tras la que se escondía una red de círculos de prostitución, intercambios y promiscuidad. ¡Subvencionados por quien hoy ha sido nombrado vicedirector de gabinete de Giuli!

Meloni, ¿cómo es posible? ¿Qué te llevó a la insensata decisión de nombrarle ministro?