Mientras llega a la conclusión la "recognitio" vaticana de la nueva versión italiana del misal romano, la disputa sobre la traducción del "pro multis" en la fórmula de la consagración eucarística ha registrado nuevos golpes.
El último tiene como autor al teólogo y obispo Bruno Forte.
En un artículo publicado en "Avvenire" el 19 de enero de 2013, Forte se ha posicionado de nuevo con decisión en la traducción del "pro multis" como "por muchos", en lugar de "por todos" tal como se viene haciendo desde hace más de cuarenta años en Italia y, de forma análoga, en muchos otros países.
"Por muchos" es la traducción que el mismo Benedicto XVI exige que se adopte en las distintas lenguas, tal como explicó en una carta dirigida a los obispos alemanes en abril de 2012.
Desde hace un tiempo, efectivamente, la traducción "por muchos" está siendo utilizada en varios idiomas y países, bajo el impulso de las autoridades vaticanas y del Papa en persona.
Pero aún se registran resistencias.
Se ha señalado, por ejemplo, que en Londres, en Canterbury y en otras localidades inglesas, varios sacerdotes modifican intencionadamente el "for many" de la nueva versión inglesa del misal, aprobada por el Vaticano, y dicen: "for many and many".
En Italia la nueva versión no ha entrado todavía en vigor. Pero cuando también aquí el "por muchos" se convierta en ley – como seguramente sucederá –, ya se han anunciado protestas y desobediencia.
Defendiendo a capa y espada la versión "por muchos" deseada por el Papa, el obispo-teólogo Forte se ha enfrentado conscientemente a la posición que prevalece, con una amplia mayoría, no sólo entre los teólogos y liturgistas, sino también entre los mismos obispos italianos.
En efecto, en 2010, los obispos italianos reunidos en asamblea general votaron casi por unanimidad mantener el "por todos" en la fórmula de la consagración.
En esa ocasión, según los actos oficiales de la conferencia episcopal italiana, también Forte se había pronunciado a favor del "por todos".
Pero ahora explica que esas palabras suyas no expresaban su verdadero pensamiento.
Forte recuerda que en un anterior encuentro privado – solo con la dirección de la CEI – había expresado su preferencia por el "por muchos". Y si después, en la asamblea general, había parecido volver al mantenimiento del "por todos", había sido porque había puesto en primer plano las "dificultades pastorales" que habría ocasionado un cambio de traducción, sembrando en los fieles el temor de que la salvación de Cristo no se ofreciera, de hecho, “por todos".
Anteriormente miembro de la comisión teológica internacional y ordenado obispo en 2004 por el entonces cardenal Joseph Ratzinger, Forte es hoy arzobispo de Chieti-Vasto. Pero hace años que se le señala en la carrera para sedes cardenalicias de alto nivel, las últimas de las cuales serían Palermo y Bolonia, cuyos actuales arzobispos alcanzan el límite de edad en 2013.
No sólo. Se habla también de un posible nombramiento suyo como secretario de la congregación vaticana para la doctrina de la fe, en sustitución del actual titular Luis Francisco Ladaria Ferrer, destinado a una gran diócesis de España.
Y hay quien vincula estas esperadas promociones con la insistencia con la cual Forte defiende el "por muchos" deseado con firmeza por el Papa.
Sin embargo, volviendo a la polémica sobre el "pro multis", en su artículo en "Avvenire" Forte se define contrario también a las traducciones sugeridas en los meses pasados por dos biblistas y liturgistas italianos, Silvio Barbaglia y Francesco Pieri, calcadas sobre la versión "pour la multitude" en uso en la Iglesia de Francia: "por multitudes inmensas" o "por una multitud".
Los argumentos de estos dos estudiosos – ambos inicialmente favorables a mantener la versión "por todos" – se resumieron el verano pasado en un servicio de www.chiesa que ponía de relieve su acercamiento a las posiciones de Benedicto XVI.
Pero el segundo de los dos, Francesco Pieri, sacerdote de la diócesis de Bolonia y docente de liturgia, de griego bíblico y de historia de la Iglesia primitiva, ha replicado dicha interpretación. Niega el querer acercarse a las posiciones del Papa y sigue considerando "mala" y "falsamente fiel" la versión "por muchos". Explica que ha propuesto la versión "por una multitud" como única alternativa aceptable al ya "irreversible" abandono del "por todos" decidido por las autoridades vaticanas.
Incluso en la segunda de las dos notas por él publicadas sobre este tema en 2012 en "Il Regno", Pieri ha ido mucho más allá.
Ha escrito que los estudiosos a los cuales ha hecho referencia Benedicto XVI, basándose en ellos en su carta a los obispos alemanes, no sólo son "poquísimos", sino que tampoco son fiables: "No son exegetas de profesión y muestran, además, una mentalidad abiertamente tradicionalista y perjudicialmente bastante crítica en lo que concierne a la reforma litúrgica promovida por el Vaticano II".
Pero, sobre todo, ha concluido la nota con una explícita amenaza de insubordinación, aderezada con un sarcástico llamamiento a la liberalización del rito romano antiguo de la misa:
"Debido a la ya anunciada tensión que se derivaría de la entrada en vigor de la traducción ´por muchos´, no está nada lejano el riesgo que llevaría a no pocos celebrantes a burlar dicho obstáculo, bien con adaptaciones o ateniéndose todavía a la formula precedente. ¿Con qué credibilidad, con qué esperanza de aceptación se podría invocar entonces el principio de unidad pastoral, precisamente en la extraña estación eclesial que ve volver con fuerza, inopinadamente, una forma del rito romano ya sustituida por su reforma y, por tanto, jurídicamente ´abrogada´? ¿O más bien deberíamos invocar un motu proprio que permita utilizar una ulterior forma extraordinaria del rito romano en favor de cuantos – come el suscrito y una gran cantidad de personas – consideran que no pueden aceptar en conciencia la traducción ´por muchos´? Sería más que nunca oportuno que fieles y pastores de la Iglesia italiana, y en particular los teólogos y las personas de cultura, manifestasen con franqueza, en todas las sedes en grado de alimentar un debate público lo más amplio posible, sus reservas en relación a esta temida elección de traducción".
Curiosamente, este último llamamiento a los disidentes se ha convertido en realidad y, precisamente, en la misma página de "Avvenire" – el periódico de la conferencia episcopal italiana – en la cual Forte ha abogado por la causa del "por muchos".
Junto al artículo del obispo-teólogo hay, en efecto, una intervención de signo contrario firmada por el teólogo Severino Dianich, vicario episcopal de la diócesis de Pisa para la pastoral de la cultura y de la universidad, que concluye así:
"A este punto me pregunto si no es justo preocuparse por una sola cosa, es decir, por la verificación de un posible cambio en los fieles, sobre todo en los menos doctos, en los más pobres, en aquellos que acogen las cosas más con la sensibilidad que mediante el razonamiento y que, inevitablemente, quedarían turbados por el cambio. Si no es indispensable, ¿por qué crear problemas? Varios obispos han comprendido muy bien la cuestión pastoral proponiendo, con gran sentido común, que todo permanezca como antes y no se cambien las palabras importantes que desde hace cuarenta años resuenan en nuestras iglesias y que proclaman que la sangre de Cristo ha sido derramada ´por todos´".