Está en venta, desde hace algunos días, en la librería del museo Yad Vashen (que recuerda la Shoah en Jerusalén) el volumen dedicado “Pius XII and the Holocaust. Current state of reserach” (278 pp.), editado por David Bankier, Dan Michman e Iael Nidam Orvieto. Este libro, en el que se discute la figura del Papa Pacelli y su comportamiento durante la persecución de los judíos, transcribe fielmente la discusión que se llevó a cabo en el congreso internacional que tuvo lugar, a puertas cerradas, justamente en el museo Yad Vashem en marzo de 2009.
Una diálogo denso entre estudiosos de todas partes del planeta para discutir sobre Pío XII. El congreso fue organizado por el Instituto Internacional de investigación sobre el Holocausto y por el Instituto Teológico salesiano de Jerusalén. En la inauguración participó el Nuncio apostólico en Israel.
El congreso de marzo se llevó a cabo a poco tiempo del peregrinaje de Benedicto XVI a Israel, que fue precedido por algunas polémicas relacionadas con el texto de explicación bajo la imagen de Pío XII en el museo, considerado, según la Santa Sede, demasiado negativo y poco documentado en su juicio sobre el Pontífice que vivió los años de la Segunda Guerra Mundial.
La intención de David Bankier, responsable del Instituto Internacional de investigación del Yad Vashem de 2000 a 2010, y que murió prematuramente, no era el de discutir sobre Pío XII bajo la influencia de tintes político-diplomáticos relacionados con la inminente visita papal. La intención de los organizadores del congreso fue la de promover un debate serio y documentado sobre las investigaciones más recientes.
A partir del diálogo que se desarrolló durante esos días en Jerusalén surgió la decisión de los responsables del museo de modificar significativamente (el año pasado) el texto de la explicación sobre Pacelli, ofreciendo una explicación de conjunto y objetiva sobre su figura. Una decisión que suscitó polémicas tanto dentro como fuera de Israel, pero que defendieron los investigadores del Yad Vashem, indicando razones científicas y rechazando que se tratara de una decisión política, diplomática o relacionada con el diálogo judío-cristiano. Ahora, finalmente, después de una larga gestación, sale de la prensa el volumen con las actas del congreso, acompañado con una sección de documentos que fueron presentados durante la discusión a puerta cerrada. Particularmente significativa, entre las novedades que surgieron de aquel encuentro (en el que participaron, entre otros, Thomas Brechenmacher, Jean-Dominique Durand, Dan Michman, Sergio Minerbi, Matteo Luigi Napolitano, Paul O’Shea, Michael Phayer, Dina Porat y Susan Zuccotti) están los rsultados de la investigación de la historiadora sor Grazia Loparco, que está recopilando documentos y testimonios relacionados con las instituciones católicas italianas que abrieron sus puertas a los judíos perseguidos.
Solo en la ciudad de Roma, por ejemplo, de 750 casas religiosas (475 femeninas y 270 masculinas), «tenemos noticias ciertas –escribió Loparco– de más de 200 femeninas, por lo menos 220, y 70 masculinas que escondieron a judíos. El hecho de que no hayamos encontrado información segura relativa a otros institutos no significa que no se ofreciera asistencia, porque las condiciones objetivas aconsejaban prudencia y diferentes testigos orales afirman que entonces no querían escribir registros, porque era peligroso».
También se discutió mucho sobre el papel que desempeñó el Papa Pío XI en las decisiones de estos conventos. Pero parece bastante evidente, considerando el número de las instituciones involucradas y, particularmente, un artículo de “L’Osservatore Romano (25-26 de octubre de 1943, pocos días después del asalto del gueto de Roma), que estas iniciativas contaban con el aval del Pontífice.
Otro congreso, también a puertas cerradas, sobre la figura de Pío XII y sobre los problemas pendientes alrededor de su figura se llevó a cabo en noviembre del año pasado (1213), organizado por el historiador Edouard Housson en la Universidad de La Sorbona de París.