La ONU se está convirtiendo en un organismo internacional corruptor de jóvenes, empujándolos a la depravación sexual, según se expresa en la Declaración de Guanajuato (México), aprobada en la Conferencia Mundial de la Juventud que tuvo lugar en dicha ciudad mejicana la semana anterior y de la que se dio amplia información en estas páginas el lunes, 30 de agosto último.
 
Ahora sólo falta, para que sea “doctrina” oficial de carácter universal, que se apruebe en la próxima Asamblea General, pero hay pocas dudas de su aprobación por amplia mayoría, dado que esas asambleas son como un mercado persa, donde los votos de muchísimos países se compran y se venden igual que en un mercadillo callejero. Puro trapicheo del que se lucran ampliamente delegados y gobernantes de no pocas naciones, y no siempre del Tercer Mundo.
 
El lenguaje de la declaración y el que saldrá de la Asamblea General, quizá ligeramente maquillado para tapar las vergüenzas, es realmente esotérico y edulcorado, plagado de eufemismos y disimulos, como los de la ley española del aborto de doña Bibiana –la ministra, no la travesti-, que malamente ocultan sus verdaderas intenciones criminales, herodianas. Porque, vamos a ver, ¿cómo se puede llamar “salud reproductiva” a “la interrupción voluntaria del embarazo”, si en lugar de sanar a nadie y proteger al feto, se le mata? ¿A qué clase de perversión semántica y moral hemos llegado para intentar tapar con palabras y leyes inicuas y criminales al genocidio que estamos sufriendo? Los nazis también tenían todo un catálogo de palabras para justificar el exterminio de judíos y otros grupos sociales que les resultaban molestos. Y otro tanto hicieron los comunistas allí donde dominaron. ¿Y que haya todavía comunistas por estos predios? ¿Es que no tuvimos bastante con Santiago Carrillo?
 
Pero a lo que íbamos. Personalmente no entiendo ese empeño de nuestros progres en pervertir a la juventud de todo el mundo. Sinceramente, no lo entiendo. Entre otras razones porque sus propuestas disolventes sólo se harán notar en el mundo occidental, donde es difícil alcanzar una cota más baja de perversión sexual de la juventud. Quizás en algunas zonas de Iberoamérica (Latinoamérica, para los afrancesados del otro lado del charco), todavía se puede hacer mucho daño, como no tardaremos en ver, al socaire de ciertos organismos masonizados de la ONU. En el mundo musulmán tendrán poco estas consignas “onunianas”, de ahí que podamos esperar una explosión demográfica invasora, como ya la estamos padeciendo, particularmente en España, cuyo objetivo de reconquista mahometana, no lo oculta ya ningún muslim que se precie de serlo. De otros lugares de Asia no estoy en condiciones de arriesgar ningún diagnóstico profético.
 
Queda África, donde los multimillonarios progres podridos de dinero (Rockefeler, Bill Gates, etc.), están dispuestos a inundar el continente negro de dólares para llevar a cabo su plan anticonceptivo, abortista y descomposición familiar y, por consiguiente, esterilizador, como estériles son los mal llamados “matrimonios” “homos”, tan promovidos también por la progresía. Pero en África el plan será un fracaso. Dinero se gastarán, seguramente a espuertas los que tanto tienen, pero no les servirá de nada a sus propósitos. Acaso para hacer aún más ricos a los gobernantes corruptos, muy numerosos, que se repartirán las generosas dádivas de los estúpidos blancos, pero el grueso de la población de tales países seguirá por libre fabricando niños a destajo, sin asumir ninguna responsabilidad paternal ni familiar, entre otras razones porque el concepto de familia que se tiene (que se tenía) en el mundo blanco, allí no existe. Ni siquiera las madres lo tienen. La gran mayoría de los embarazos son producto de relaciones sexuales ocasionales o irregulares, en los que la mujer carga en solitario con el mochuelo, pero en cuanto éste puede bandearse por su cuenta, se inhiben de él, como hacen los animalitos con sus crías. Puede parecer una barbaridad lo que digo, pero es el testimonio que tengo de personas que han pateado el África subsahariana. De todos modos, difícilmente puede promoverse un “aborto seguro”, como claman los corruptores de la ONU, donde la escasez de hospitales es muy grande. Dentro de dos siglos, tres, acaso más, cuando los morenos adquieran una mayor conciencia de su dignidad personal y respeto a la mujer, las cosas puedan ser de otro modo. Pero que no se inquieten los africanos ni tengan complejos de inferioridad. Por el camino que vamos los supercivilizados blancos, alcanzaremos pronto el nivel de los hermanos de color. Descompuesto el concepto de familia, promovidos desde el poder los “matrimonios estériles”, estimulado por los mismos planes “educativos” el “aquí te pillo y aquí te ...”, con chubasquero o sin él, qué más da, y si por descuido o negligencia aparece el bombo, pues se pasa por la turmix y asunto resuelto. O sea, aún más bárbaro que los negros, aún más salvaje que las bestias. Ese es el modelo “kultural” que nos están imponiendo desde el poder mundial la progresía totalitaria. Y el que no lo quiera verlo, peor para él, pero también para los demás. 
 
-Embarazo, producto ocasional
-No hay hospitales ni clínicas abortistas
-Caminamos, en la práctica, hacie el modelo africano, pero con muchos medios. Todo un progreso.