El Confidencial es un importante diario digital que ha querido acudir a la sede del movimiento juvenil Hakuna para intentar entender el alcance de este fenómeno entre los jóvenes católicos. El concierto del Palacio Vistalegre de Madrid con 8.000 personas es el disparador de su curiosidad.
El reportaje presenta a Hakuna como "un refugio de fe y ocio en común. Rezan, cantan, bailan, hacen excursiones, estudian la Biblia y beben cerveza. Y son unos apasionados de la música. Lo que empezó en 2013 como un grupo reducido de seguidores de Dios y del arte de la composición, se cuela ahora entre lo más escuchado de Spotify".
"El concierto [de Vistalegre] fue un éxito y colgaron el 'sold out' antes de lo que jamás imaginaron. Y es que el petardazo cristiano, dicen los ‘hakuners’, ha llegado para quedarse".
Se recuerda que Hakuna nace en 2013 con cien jóvenes de la parroquia San Jose María Escrivá de Balaguer de Aravaca que acudieron a la JMJ de Brasil. Empezaron a componer canciones y las subieron a Spotify: hoy tienen temas con millones de reproducciones. En 2017 se institucionalizó como asociación de fieles, aprobada por el cardenal Osoro. El sacerdote José Pedro Manglano se desvinculó del Opus Dei en 2020 para dedicarse en exclusiva a Hakuna.
Cervezas, copas, de fiesta... pero con Dios
Una joven explica a El Confidencial: "Mi madre siempre estuvo muy ligada a la fe, pero yo menos. Hace cuatro años, me dijo que fuera con ella a un viaje de Hakuna en Roma. Me daba muchísima pereza, estaban todos rezando. Pero luego empezaron a sacar cervezas y había una fiesta. Recuerdo pensar: “No me quiero ir de aquí”. Me encantó, y vamos, aquí estoy".
Otro cita al libro de Manglano Santos de copas. "Tú estás donde Dios te quiere. No es que si sales de fiesta estés lejos de Él, puedes disfrutar de la fiesta y de las copas, pero lo llevas contigo, y se vive de otra manera. No es excluyente. Ser santos de copas es una manera de vivir en plenitud, igual que amas en el trabajo, amas en la fiesta. Pero, sobre todo, porque donde está Él se está de fiesta".
Un vídeo de la Madre de Hakuna, la imagen de la Virgen que suele acompañar sus adoraciones y horas santas.
La sede de Hakuna en un barrio rico
Lo específico del reportaje de El Confidencial es que visita la sede de Hakuna en un exconvento de Las Rozas, "barrio residencial de calles anchas, chalés con piscina y coches caros".
Según este periódico, "los residentes del barrio parecen ser un tanto ajenos al fenómeno. En esta zona sur de Las Rozas abunda el lujo, pero solo hay un local para tomar café. Es el de Jesús, un hombre que lleva “más de 30 años en el barrio” y al que Hakuna no le “suena de nada”. Se trata de un lugar tranquilo. Los pocos vecinos que pasean a sus perros por la calle también desconocen qué es esta organización".
Explica que el centro ofrece ‘colleges’ (cursos de teología), ‘God Stops’ (retiros), ‘compartiriados’ (voluntariados), másteres prematrimoniales y horas santas una vez a la semana. "Los nombres son en inglés porque conceptos como 'retiro' podían despertar más pereza", explica uno de los jóvenes entrevistados.
Hakuna se instaló en este complejo de tres plantas en 2020. Manglano explica que "tener una sede física permite un crecimiento y desarrollo muy grandes”.
"El espacio, al que denominan El Estudio, consta de varias estancias con una estética de colores pastel dignas de Instagram, donde destacan las capillas decoradas con palés y cojines blancos al más puro estilo ‘chill-out’ mallorquín. Una de ellas está dedicada a san José y, en honor a su oficio de carpintero, está compuesta al completo por elementos de madera, además de alfombrillas extendidas como esterillas de yoga para arrodillarse a orar. Habitaciones, cocina, salón, clases para estudios, patios y una barra con un grifo de cerveza".
Allí se suelen alojar algunos sacerdotes y unas 15 personas en periodo de "grow up" (crecimiento) de fe. Macarena, de 25 años, que lleva temas de comunicación en Hakuna, cuenta que ella ha pasado un año en este "grow up": “Es muy intenso. Era mi casa y he estado muy feliz, pero ahora estoy lista para irme a vivir a Madrid”.
Según dicen al digital, el movimiento se financia con donativos particulares y alguna venta de merchandising. Manglano detalla: "La Iglesia no aporta, son todo donaciones de 20, 30 euros... Y luego, claro, otras puntuales mucho más cuantiosas", matiza el fundador.
Crecimiento en redes y en muchos países del mundo
Su canción 'Huracán' se colocó en Spotify como el cuarto tema más viral de España y el algoritmo de TikTok ha colocado cosas de Hakuna en los móviles de muchos jóvenes muy alejados de la Iglesia. “¿Pero cómo he acabado yo aquí? Es que estoy flipando", escriben usuarios de la red de microvídeos.
Los jóvenes de Hakuna admiten que "en el fondo, los católicos estamos un poco locos. Les estoy diciendo que veo a Dios en un trozo pan". Y del éxito en redes de Internet: "no ha habido ninguna estrategia de redes sociales ni nada... Esto está pasando porque Dios quiere".
Por último, se detalla que Hakuna ya tiene presencia en 25 países, incluyendo Italia, Francia, Reino Unido o Irlanda, y con "brutal" crecimiento en países hispanos: siete ciudades de México, cuatro de Argentina y dos de Ecuador. Todo crece: "En octubre, viajamos a Los Ángeles, Houston y Sacramento porque hay gente interesada en empezar sus grupos de Hakuna". Y les asombra el crecimiento en Corea: "¡Han traducido las canciones! Y eso ha ayudado mucho".
El reportaje completo de El Confidencial (con fotos de la sede de Hakuna en Las Rozas), aquí.
En el vídeo, algunas chicas explican su experiencia en una Soul Week de Hakuna.