Las Células Parroquiales de Evangelización recibieron el pasado jueves 21 de septiembre en el Aula Magna de la Universidad San Pablo CEU de Madrid el Premio ReL 2023 "Nueva Evangelización".
"No estamos aquí solo para recibir un premio sino para celebrar la labor de evangelización que realizan tantas parroquias en España y en Latinoamérica", comenzó diciendo Fernando Mañó, párroco de San Andrés de L’ Alcúdia (Valencia) y promotor de las células en los países de habla hispana.
Una misión con los alejados
Se trata de una experiencia nacida en Milán en 1987, actualmente extendida por decenas de países de todo el mundo. Basada en la adoración eucarística, el discipulado y la formación de líderes, esta iniciativa renueva a las parroquias convirtiendo a sus miembros en evangelizadores.
A través de pequeños grupos de no más de diez personas, las células se reúnen preferentemente en casas e invitan a los alejados a acudir a ellas para hablar del Evangelio. Cuando se superan los diez integrantes, la célula se "multiplica" y los miembros sobrantes crean otra célula nueva, autónoma y con el mismo objetivo.
"Este premio es un reflejo del trabajo conjunto, del esfuerzo, de la pasión con la que nos hemos entregado al amor de Dios. Más allá del reconocimiento es fundamental entender que lo que hacemos transciende a un simple método, no es una técnica para ser más eficientes en la evangelización, es una transformación profunda, una nueva manera de ser parroquia", aseguró el sacerdote ante el numeroso público congregado.
En su discurso, Mañó explicó en qué consisten estos grupos tan exitosos de evangelización desde las parroquias. "Proponemos las herramientas para llevar adelante este proyecto: la parroquia celular misionera, la comunidad. Donde cada miembro y cada célula inician un proceso de discipulado y aprenden a evangelizar en su entorno, al mismo tiempo que desde su servicio a la comunidad transforman a la parroquia", comentó.
"La parroquia no es simplemente una realidad de servicios, necesita ser comunidad, una comunidad viva, que se extienda mas allá de sus paredes para tocar la vida de aquellos que nunca entraron. La parroquia con su carácter misionero busca ser un oasis en medio del desierto, un refugio para quienes buscan respuesta, un hogar para los que anhelan pertenecer a la Iglesia", añadió Maño.
Para el sacerdote es muy importante llevar a cabo una "conversión pastoral" en todos los niveles. "En este camino necesitamos un proceso de conversión pastoral, que todos tienen que seguir, nuestros obispos, sus colaboradores, los párrocos, los laicos, todos trabajando en comunión", relató desde el atril después de recibir el premio de manos de Juan Cadarso, redactor de ReligiónEnLibertad.
Mañó recordó que las células son un ejemplo de lo que Dios hace en las personas. "No puedo dejar de mencionar a todos los miembros del equipo de promoción de esta nueva forma de hacer parroquia, que con su testimonio diario demuestran que la fe no es un acto individual sino comunitario. Ellos son la prueba de que cuando la comunidad se une en oración y acción se convierte en un poderoso instrumento de cambio de paradigma", expresó.
Puedes ver aquí la recepción del premio por parte de Células Parroquiales de Evangelización.
"Este premio es un llamado a continuar con más fuerza, con más pasión, es un recordatorio de que aun hay muchos corazones que esperan ser tocados. La tarea es grande pero con la ayuda de Dios y nuestros esfuerzos continuaremos transformando vidas y transformando parroquias", concluyó el sacerdote.