Respuestas breves, directas, atinadas y, siempre, conectadas a lo esencial. Ese fue el gran éxito de Padreblog, un portal abierto hace unos años por el sacerdote francés Pierre-Hervé Grosjean, para ayudar a los católicos a profundizar sobre su fe. Después, llegaría el programa de televisión Pourquoi, Padre?, que se convertiría en todo un referente para parroquias, movimientos juveniles, catequistas y familias católicas.
Para que el público en español pueda conocer algunas de estas interesantes preguntas, y, sobre todo, respuestas, que se planteaban durante aquellos programas, la editorial Rialp ha publicado un libro con 70 cuestiones sobre temas tan distintos, pero tan fundamentales para un católico, como la vida después de la muerte, el funcionamiento de la Iglesia o la afectividad. La obra está escrita por los sacertodes franceses Pierre-Hervé Grosjean, Pierre Amar, Jean-Baptiste Bienvenu y Gaultier de Chaillé.
"¿Por qué Dios ya no nos castiga como en el Antiguo Testamento?", "¿Está la Iglesia en contra de la incineración?", "No me atrevo a decir que soy católico, ¿eso es grave?", ¿El celibato 'no elegido' es una vocación?". Son solo algunas de las preguntas que este libro titulado Godfulness se atreve a responder. Una obra repartida en siete capítulos, que se puede leer de una vez o ser consultada cada poco como un auténtico manual.
"¿Por qué Dios ya no nos castiga como en el Antiguo Testamento?"
"El Antiguo Testamento es la revelación de un Dios que se muestra fuerte, al lado de un pueblo débil que necesita protección. Pero, en el Nuevo Testamento, Cristo viene para decir que Él se une a la existencia de cada hombre", comenta el libro.
Para los autores, "Dios no quiere que le veamos siempre como el que impone su huella en nuestra existencia, sino como quien está a nuestro lado y que espera el final de la vida para darnos la retribución de nuestras buenas acciones".
A continuación, el libro reproduce dos piezas del Magisterio de la Iglesia: el punto 129 del Catecismo y la cita bíblica de Lucas 4, 16-21, donde Jesús entra en la sinagoga de Nazaret y comienza a leer las Escrituras.
"¿Está la Iglesia en contra de la incineración?"
"No, la Iglesia no está en contra de la incineración del cuerpo, salvo si esta incineración es una especie de manifiesto contra la Resurrección del cuerpo", afirma la obra. En este punto, los autores ven necesario hablar de qué es exactamente el cuerpo. "Mi cuerpo no es mío, mi cuerpo soy yo (...). Es lo que soy en profundidad. Es la identidad que me designa el Señor, y la respeta hasta el final", relata.
"Se observa a menudo que la incineración aumenta la pena de las familias por varias razones. En primer lugar, porque no es algo de nuestra cultura. Nunca se han quemado los cuerpos en Occidente. Pero, también, porque la incineración es mucho más violenta, más rápida que la inhumación (...). La última razón, que es aún más personal, es que ahora que se habla de ecología y de respeto al medio ambiente, quemar el cuerpo pide una energía considerable", explica el autor.
Este epígrafe concluye con una cita del Catecismo (2300-2301) sobre el trato correcto que deben recibir los cuerpos de los fallecidos.
"En la enfermedad grave, ¿por qué Dios permite que la oración sea tan difícil?"
"Hay que ser muy sinceros en estos casos. Se puede tener la impresión de que Dios está lejos, pero estamos absolutamente seguros - la Biblia y los salmos lo dicen y lo gritan- de que Dios está cerca de nosotros, no está lejos. No está nunca al lado de la enfermedad, pero siempre está al lado del enfermo, de los que sufren esta prueba", se señala en la obra.
Y, continúa, con una referencia a la Pasión. "Si Jesús ha sentido eso, es ciertamente para ser capaz de unirse a nosotros, para que pudiésemos decir: 'Hoy, Él comprende lo que yo vivo, está a mi lado'. No te inquietes: cualquiera que sea la forma de tu oración, incluso la más sencilla y pobre, toca el corazón de Dios", aseguran los sacerdotes.
Este apartado termina con un punto del Catecismo sobre las innumerables curaciones realizadas por Jesús. Y con una cita, Mateo 8, 16-17, donde Jesús cura "la enfermedad del alma" y expulsa a los demonios.
"Cuando se tiene fe, ¿se es más feliz?"
"La fe no es algo que se posee de una manera definitiva, como un objeto. La fe es una virtud, es decir, una disposición para hacer algo bueno (...).La fe, la esperanza y el amor nos aportan algo esencial, que es esa paz profunda en nuestra relación con los demás, con el mundo y con Dios", se explica en el texto.
Para los autores, la esperanza es la gran protagonista de la felicidad. "La esperanza nos permite tener esa verdadera alegría, que es como una especie de roca sobre la que podemos apoyarnos. La esperanza no es una manera de ser siempre positivo, fuera de la realidad y optimista, sin plantearse preguntas. La esperanza, como decía Georges Bernanos, es 'la desesperación superada'", comenta.
Este apartado concluye con otra cita del Catecismo (1718) y de la Biblia (Mateo 5, 1-3).
"¿Se puede decir que el celibato "no elegido" es una vocación?"
"En las parroquias, en las comunidades, hay muchos jóvenes formidables, que viven una espera o un celibato 'no elegido'. Las razones son múltiples: dificultades para comprometerse o fracasos difíciles de superar, separación, heridas de la vida, debilidades", explica el libro.
Sin embargo, los autores remarcan una vez más "lo esencial". "El celibato no es una vocación. Pero Dios puede llamarnos a dar nuestra vida, a pesar de una situación de celibato 'no elegido'. El reto es justamente dejar al Señor venir a habitar nuestra soledad, para que vivamos no centrados en nosotros mismos, sino dirigiéndonos a los demás, orientados al servicio de los más débiles, de los más pequeños, en el servicio del bien común, a través del trabajo, un compromiso o una causa", se afirma.
Aquí puedes ver el canal donde los sacerdotes responden las dudas de los fieles.
Concluye con una cita del Catecismo, en el que la Iglesia recuerda "la cercanía especial al corazón de Jesús de las personas que permanecen solteras".
"No me atrevo a decir que soy católico. ¿Eso es grave?"
"Tener dificultad en expresar nuestra fe no es tan grave. Esa dificultad es de hecho normal, pues la fe pertenece a lo más profundo y más íntimo que tenemos (...). Una de las claves es, ante todo, tratar de superar las cuestiones polémicas, que con frecuencia resultan secundarias. Las interpelaciones que podemos recibir en el mundo no son del orden de la reflexión, sino, más bien, de orden social, histórico, etc. Se tratan, raramente, desde la perspectiva de la fe", se explica en el texto.
El libro añade, en este sentido, que la fe está en la esencia de la persona. "Nuestro objetivo no es contar algo a los demás y reunir prosélitos, sino sencillamente compartir quienes somos. Porque, al fin y al cabo, cuando la fe está verdaderamente anclada en nuestra vida, creer en Cristo forma parte de nuestra persona, lo mismo que nuestro apellido o que toda nuestra historia. ¿No es acaso natural tener ganas de decir quienes somos, de expresar nuestra fe?", se apunta.
Para enriquecer esta respuesta se ofrece un texto del Catecismo, de Jesús ante Pilato, cuando se dice "he venido al mundo para dar testimonio de la verdad". Así mismo, se indica la cita de Mateo 10,31-33, donde Jesús asegura que no negará a nadie ante su Padre de entre todos aquellos que le confiesen.