“Todos piensan que va a llegar el fin del mundo mientras ellos estén vivos”, ironiza el sacerdote Jesús Silva en el último episodio de Red de Redes, el programa de catequesis desenfadada en YouTube que impulsa la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP).
Silva, Patxi Bronchalo y Antonio Maria Domenech, sacerdotes youtubers e influencers abordan un tema que ha fascinado desde siempre: el apocalipsis y el fin del mundo. “Queremos hacerlo sin catastrofismo ni alarmismo, con objetividad y apoyados en el Catecismo”, advierte Silva.
¿Por qué hablar del fin de los tiempos?
La primera pregunta a la que responden los sacerdotes es la cuestión de la propia premisa: ¿por qué hablar del fin de los tiempos, si el propio Jesús avisó de que “no sabéis ni el día ni la hora”?
“Porque Jesús sí nos dijo que habría un final de los tiempos, y es bueno conocerlo y estar preparado: a nuestra generación le puede tocar vivirlo, si no pasamos el depósito de la fe a la siguiente generación”, reflexiona Bronchalo.
Domenech cita a Benedicto XVI -que decía en la encíclica Spe salvi que el juicio final es un signo de esperanza-, recuerda que en cada Eucaristía decimos: “Ven, Señor Jesús”. “Como cristianos debemos vivir con tensión escatológica: el estar en vela que nos pedía Cristo tiene que ver con el fin de los tiempos, sí, pero también con el fin particular de cada uno… Ahora mismo podría caerse el techo del estudio y morir todos, y hemos de estar preparados”, apunta Silva.
“El primer signo del fin ya se ha dado”
“El Señor sabía que corríamos el riesgo de relajarnos”, añade Silva, que ha publicado recientemente el libro La venida del anticristo. Los signos del fin (ed. Palabra), y destaca que tanto en la Biblia como en la tradición de la Iglesia se ha hablado del tema. A continuación, los tres sacerdotes detallan cuáles son los signos del fin de los tiempos, según estas fuentes.
“El primero ya se ha dado: es la anomía, la negación de la ley natural”, reflexiona Silva, que destaca que en esta época se cumple la profecía de Isaías: “¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal!”.
Silva considera que en nuestra época se una “triple ruptura”: “Hoy se sustituye la ley natural por una ley artificial que va contra natura, y lo vemos en temas que tienen que ver con la vida, la identidad y las relaciones con los demás”, señala.
“En todas las épocas se concebía que las cosas malas eran malas”, continúa Silva. En cambio, en la cultura actual en Occidente "se ve como malos a quienes defendemos la vida o la ley natural".
“La gente no acepta que haya una determinación natural… paso a paso se va quitando cualquier señal de Dios en el orden creado”, reflexiona Domenech.
La anomía puede retroceder
Silva explica la historia de san Vicente Ferrer, a quien llamaban “el ángel del apocalipsis”, por su predicación sobre el fin de los tiempos. “Pero precisamente por su predicación, la gente se convirtió, y este retrocedió”, explica Silva, y relata que el fin “no es un tiempo fijado predeterminísticamente, sino que nosotros podemos influir en esa anomía”. “¿Si no, por qué se aparece la Virgen y nos pide penitencia y conversión”?, se pregunta.
Doménech, a la izquierda, y Silva, a la derecha, con el Catecismo.
Más signos: guerra, hambre, peste… y el Anticristo
Los sacerdotes relatan otros signos que acompañarán el fin del mundo, como las guerras, el hambre o las pestes. “Yo creo que se refiere a un ambiente bélico mundial; serán unas guerras que dejarán al mundo en un estado tan caótico que propiciarán la venida de alguien que vendrá con la supuesta solución a los problemas del mundo: el Anticristo”, dice Silva.
Domenech relata que el Anticristo será “lo que dice su nombre: un luchador por acabar con la figura de Jesucristo como Dios en la conciencia y la vida diaria de todos los hombres, quitándole del horizonte y poniéndose él en sustitución”. Así, añade, conseguirá cumplir el anhelo de la serpiente en el Génesis: “Seréis como dioses”.
Bronchalo recuerda que, a pesar de que intentará esconderse, “los santos, los cristianos, podrán reconocer al Anticristo”.
Los conductores de Red de Redes explican que el Anticristo vendrá “con signos y prodigios”, como escribía san Pablo, y que será “el hombre más popular del mundo”, porque buscará ser alabado y acogido.
También citan el punto 675 del Catecismo: el Anticristo traerá “una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad”.
Patxi Bronchalo recomienda dos novelas que se han convertido en clásicos apocalípticos modernos, El padre Elías y El padre Elías en Jerusalén y que encajan bien como lecturas de Cuaresma y Pascua. Se pueden conseguir aquí en OcioHispano.
¿El Anticristo será un papa?
Por último, los tres curas debaten sobre la creencia de que el Anticristo pueda ser un Papa. “En ningún momento se nos dice que vaya a ser así”, dice Bronchalo, y Silva concuerda: “Cristo dijo que la fe de Pedro no se acabaría, y que las puertas del Infierno no prevalecerían contra ella”. “Lo que pasa es que hay gente que cuando el Papa dice algo que no es lo que ellos dicen, o lo que les gusta, ya no les gusta el Papa”, reflexiona Domenech, en clave actual.
También hablan sobre el significado del número 666, aunque piden prudencia con las especulaciones, e introducen otros signos, como la reedificación del templo de Jerusalén, la conversión de los judíos, el signo de la cruz en el cielo o la abolición de la Eucaristía. “Yo me quedo -dice Domenech- con las palabras de la Virgen: ‘Al final, mi Inmaculado Corazón triunfará’”.
El episodio se cierra con una ronda de recomendaciones. Además del último libro del padre Silva, ya citado, Bronchalo recomienda la novela El padre Elías, que imagina cómo sería el fin de los tiempos. (El libro se puede pedir en librerías o aquí en OcioHispano).
Domenech pide tratar “con devoción, trato, afecto y ternura” a la Virgen María.
Y Silva recomienda una película, No mires arriba: “No es religiosa, pero sí nos habla de cómo la gente está comida por las cosas del mundo y no ve los signos del fin”.