Durante la temporada 2016/2017, el entonces entrenador del Sporting de Gijón, Rubi, prohibió al capellán del equipo, Fernando Fueyo, así como a todo el personal no esencial, la entrada al vestuario antes de los partidos, explica José Calderero en Alfa y Omega.

El sacerdote, que también es párroco de San Nicolás, entraba en el vestuario minutos antes de cada encuentro y rezaba un padrenuestro junto a los jugadores. Pero el entrenador, con su equipo peleando para no descender, decidió acabar con esta tradición, y que nadie pudiera acercarse a los futbolistas y distraerlos de su trabajo.
 
A pesar del esfuerzo, tanto del técnico como de los jugadores, el equipo terminó descendiendo a segunda división. Con el descenso a la categoría de plata llegó el cambio del entrenador.
 

Esta temporada es Paco Herrera el que entrena al equipo rojiblanco y ha decidido restaurar las tradiciones eliminadas por Rubi, quien también había cambiado de lado el banquillo de su equipo para enfado de los aficionados.
 
“Ha sido el delegado de campo, Mario Cotelo, el que me dijo que se volvía a las costumbres antiguas y que podía volver a rezar con los jugadores antes de cada partido”, asegura Fernando Fueyo a Alfa y Omega.
 
La vuelta a la normalidad “me parece bien”, asegura el sacerdote. “Las buenas costumbres no hay que perderlas. Las malas sí, hay que acabar con ellas, pero no con las buenas”.
 
Dicho lo cual, Fueyo quiere dejar claro que no guarda rencor a Rubi. Al contrario, “teníamos muy buena relación”. Es más, “sigo en contacto con él. Ahora está en el Huesca”.
 

De esta forma, Fernando volverá a rezar con sus jugadores, y lo hará “por lo único que se puede rezar, porque la gente sea buena, que haya buen ambiente, que sean respetuosos con los demás, que no haya lesiones y, desde luego, por la meta que tenemos claramente propuesta, que es subir a primera división”.
 
La vuelta a la normalidad se escenificó a principio de temporada. “Estuvimos juntos en Covadonga, a donde vamos todos los años al empezar la temporada”. Allí “celebré la Misa en la santa cueva y se representó el hermanamiento”.