El padre James Mallon, de la parroquia de Saint Benedict en Halifax (Canadá), nunca dice "no" a estas peticiones. Lo que dice es "apúntense ustedes antes a nuestro Curso Alpha, o grupo de matrimonios, o grupo de crecimiento, intégrense en la parroquia, y después de unos meses ya haremos eso que piden".
En Saint Benedict no quieren ser expendedores de sacramentos. Insistirán en integrar en grupos y actividades a los recién llegados o los "consumidores de sacramentos".
Mallon explica que aplicando todas las estrategias de renovación pastoral, insistiendo y poniéndose exigentes con las familias que acuden, consiguen que un 30% se queden en la parroquia como feligreses activos y avivados en la fe gracias a los distintos grupos y cursos. "Querríamos que fuera el cien por cien, pero es que antes era el cero por ciento: se casaban, o bautizaban al niño, o hacía la Comunión, y nunca los volvías a ver, a ninguno", señala Mallon.
Frente a él asienten unos 40 o 50 sacerdotes y seminaristas, entre los más de 200 asistentes al Congreso sobre Reforma y Reformas de la Iglesia convocado por el Ateneo Universitario Sant Pacià en Barcelona. Asienten porque es su experiencia, año tras año: bautizar y casar a cristianos "paracaidistas" que llegan, reclaman su sacramento y ya no vuelven a asistir a esa parroquia ni a ninguna otra.
¿Cómo convierte Saint Benedict a sus “usuarios” en discípulos de Cristo?
- Con una cultura del invitar: “invitamos a los de fuera a venir y enseñamos a los de dentro a invitar”
- Con Cursos Alpha, “una herramienta para invitar alejados y avivar parroquianos. El 43% de nuestros invitados a Alpha no eran practicantes, no iban a la Iglesia”.
- Integrando rápidamente a los invitados: “A quien le interese servir en algo le animamos a ser del equipo organizador de Alpha, aunque sigan siendo ateos o agnósticos, basta en esta fase con que quieran ofrecer hospitalidad. Muchos se convierten desde esa función. Tratamos de que la mitad de los del equipo Alpha siempre sean nuevos, así que a los ya veteranos los rotamos y los mandamos a otros sitios, como a los grupos pequeños de crecimiento”.
El padre Mallon explicó cómo llegar a los alejados con un programa de evangelización que no se limite a ofrecer los sacramentos que piden sin intención de volver una vez recibidos.
Mallon señala algo que los antiguos cristianos tenían muy claro. “La Eucaristía es para los ya evangelizados, no es para la primera línea de evangelización a alejados. Es la cima, es para los ya crecidos”. La misa no es un método de evangelización.
“Lo presentamos como un juego, como algo divertido; invitamos a todos a participar, a integrarse en esto… Si quieres crecer, toma un remo y ponte a remar, decimos a todos. Y si no quieres remar, bueno, te amamos, Dios te bendiga… pero búscate otra parroquia”.
En Saint Benedict saben que cada año llegarán personas buscando sacramentos que no quieren ser discípulos de Cristo. “Con todos los cambios en la parroquia, el 30% de los que vienen a por sacramentos, se quedan en la parroquia. Antes era el 0%”.
“Solo hacemos bautismos dentro de la misa, y en una sola misa al mes, todos juntos. Les digo a los papás del bebé: si no estáis interesados en ingresar en la Iglesia, y solo queréis una bendición, yo le hago una bendición, pero eso no es bautismo; bautismo es entrar en la Iglesia. Les doy a elegir entre 5 o 6 opciones de grupos. A los novios les exigimos antes un Curso Alpha. Si no quieren, que se vayan a otra parroquia. No le decimos ‘no’ a nadie, no expulsamos a nadie, les decimos “te ayudamos a prepararte”; si no quieren, pues, adiós”.
Mallon insiste en que no hay que malgastar recursos, tiempo y esfuerzo en gente que no quiere conocer más a Jesús, porque hay personas que sí que quieren –a veces con vidas muy complicadas, divorcios, problemas personales, enfermedades… a las que sí hay que atender.
Todo esto conlleva recompensa. De los 1.500 feligreses que se ven en las misas de un domingo dado, 900 están integrados y activos en grupos, ministerios y servicios parroquiales varios. “Este año tuvimos 90 adultos para sacramentos de Pascua, para ser bautizados o confirmados; otros años recientes eran unos 25. Eso da mucha vida”.
Mallon explica que igual que en el cuerpo humano hay varios sistemas (circulatorio, digestivo…) y son todos importantes (si falla uno enfermas y quizá mueres), también en las parroquias y la vida cristiana hay 5 sistemas:
1.Culto/Adoracion: incluye la liturgia, la misa, la adoración eucarística, la oración de alabanza…
2.Ministerio/Servicio: ayudar, dar servicio a la parroquia o a los necesitados fuera, amar sirviendo…
3.Fraternidad/Comunidad: es koinonía, nos interesamos unos por otros, y rendimos cuentas, hablamos de nuestra vida de fe… no es mero socializar
4.Discipulado/Formación: es “equipar a los santos”, es crecer en la fe y conocimientos
5.Evangelización: proclamar explícitamente a Jesús; si no es explícito es pre-evangelización, quizá
Según Mallon, encajan bien con los mandatos de Jesús: “Ama a Dios”, “ama a tu prójimo”, id y haced discípulos, bautizar (introducir en la comunidad) y enseñar.
¿Qué es el cuidado pastoral? El pastor da buen pasto a las ovejas para que crezcan y maduren, y que luego den fruto. “Apacienta mis corderos” es un mandamiento clave para cualquier pastor. En las parroquias al 95% de nuestras ovejas solo las vemos en misa, y luego se vuelven a casa, y la comida que les damos, el pasto que les damos, es genérico. Pero para que sean discípulos misioneros hay que darles otros pastos.
“Queremos ovejas ninja, ¿podéis imaginarlo, un ejército de ovejas ninja, que les dices ‘id y anunciad el evangelio, y ellas van, zuuum, lanzadas, como ninjas altamente entrenados?”, explica el sacerdote entre gestos a lo Bruce Lee.
“El propósito de mi parroquia lo damos con una frase: ‘Formar discípulos que con gozo viven la misión de Jesucristo’. Esa frase es nuestra brújula; si algo cumple eso, lo aplicamos. Si lo dificulta o impide, no lo aplicamos”.
- Tiene relación personal con Cristo
- Puede compartir su fe con otros, puede hablar de su fe; al menos puede contar su historia de fe…
- Está abierto a las obras del Espíritu Santo. Apenas estamos rascando la superficie de los dones del Espíritu en cada parroquiano
- Sabe lo básico de teología católica
- Ama las Escrituras y se nutre de ellas
- Reza cada día
- Acude a misa y a confesión
- Puede rezar con libertad y espontaneidad. (Y si solo bendice la mesa el sacerdote, ¿no da la sensación de que nadie más puede orar?)
- Está comprometido con la parroquia
- Sabe que su día, sus horas, pertenecen al Señor.
“La renovación pastoral cuesta esfuerzo y años, pero si lo hemos ido logrando en Halifax, también es posible en España”, insiste el sacerdote de Canadá entre rumores de los asistentes en el Seminario de Barcelona.
Después Mallon impartió una charla distinta a la que tenía preparada. Prefirió hablar sobre la composición de equipos, para que los curas no trabajen como francotiradores.
“De cura novato me entregaron dos parroquias con una plantilla conjunta de 7 personas y no sabía cómo organizar equipos; los curas no sabemos de liderazgo ni de equipos… En el seminario no me dieron ninguna formación de trabajo en equipos o dirección de equipos. Solo me dieron teología y filosofía. Además, nos formaron para una iglesia de “mantenimiento”, y ahora estamos en declive, lo del “mantenimiento” no funciona… Imaginen un avión que nunca despega: vienen pasajeros, el capitán y la tripulación les dan café, les entretienen un rato, y luego los pasajeron se van a pie. Pero ¡el avión debería volar! Nos entrenaron para servir en una Jerusalén y la realidad es que vivimos en una Babilonia. Podemos vivir autoengañándonos y decir “nuestro método no funciona, pero si lo usamos más y más y más funcionará”; eso es una chaladura, repetir lo mismo y esperar distintos frutos es absurdo”.
Mallon, con algunos seminaristas asistentes al simposio.
“Ahora tengo 20 personas en plantilla, pagados, antes al empezar tenía 6. No existen las personas “muy completas”, es mejor tener “equipos muy completos”. Quizá en España ahora no puedas crear un equipo asalariado en tu parroquia, pero has de moverte en direcciones donde no has estado nunca, entrar en aguas inexploradas, no podrás ir solo, necesitarás ayuda. ¿Prefieres dejarlo todo igual y que muera tu parroquia? Si quieres crecimiento, haz equipo. Este equipo “senior” ayuda a perfilar la visión. Primero definís el punto en el que estáis, y el punto al que queréis ir, la visión. Tienen que compartir tu visión. ¿Cuántos tenéis un párroco vecino que piensa que estáis locos? [Levantan la mano la mitad de los curas asistentes]. El grupo está para ayudar al líder a tomar la decisión, y el líder toma decisiones. No es un consenso del mínimo común acordado. El liderazgo implica tiempo… y se hace mientras realizas funerales y otras cosas cotidianas. Un equipo requiere entre 4 y 6 personas, ni más ni menos. Los libros de Patrick Lencioni, católico estadounidense, sobre liderazgo y grupos son adecuados para esto”.
4 temas no negociables en tu grupo de liderazgo
-Unanimidad de visión: todos los del equipo han de confiar en la visión, si hay dos visiones habrá división; la visión es una imagen del futuro que produce pasión. ¡No se puede fingir la pasión y los miembros del equipo han de tener esa pasión sincera!
-Equilibrio de fuerzas: tener fuerzas de distintos tipos; el que ejecuta, el que planea estrategia, el que es bueno en relaciones y el que influye; en la Iglesia, liderando suele haber ejecutores y relacionales, y suelen escasear los otros… pero se necesitan. U otro criterio: los orientados a gente, los orientados a tareas, los que piden amablemente, los que dan órdenes. O en otra clasificación: los analíticos, los conductores, los amistosos y los expresivos. “¡No se juntan por casualidad! Has de asegurarte de que tu equipo tenga esta variedad”.
-Conflicto sano y confianza: como todos comparten la visión, todos saben a donde ir, no es malo que haya desacuerdo sobre cómo llegar, y libertad para expresarlo. Evita la negatividad, el resentimiento…
- Vulnerabilidad: nadie es un Superman, en el grupo has de poder decir “lo siento, metí la pata” o “la verdad es que no sé hacia dónde vamos”. Poder reconocer debilidades. Y escuchar las debilidades de tu equipo.
Si un cura organiza un equipo pero los agobia y desprecia lo que dice, creará al final un equipo de “sí, padre, lo que diga padre” y perderá a los listos y creativos.
El cura típico, por desgracia, dedica un 10% de su tiempo y recursos a predicar, 15% a sacramentos, 6% a liderar y 70% a otras cosas que no son esenciales y puede realizarlas otro.” ¡La gestión y la administración no es liderar: liderar es mover cosas de un sitio a otro! Mantener las cosas no es liderar, otro debería hacerlo”
Mallon señala que Jesús estableció un sistema similar. Jesús tenía un equipo de liderazgo reducido: Pedro, Juan y Santiago. Luego una plantilla de 12. Luego voluntarios: las mujeres que le acompañaban y otros. Luego los 72. Luego los discípulos (parroquianos comprometidos)
Después, las multitudes, que estaban por allí y escuchaban algo”.
Mallon finalizó su jornada de dos días en Barcelona recomendando su web divinerenovation.net, tras la que hay un equipo de cinco personas que quieren dedicarse a ayudar a las parroquias a renovarse. “¡Nuestro sueño es crear una parroquia sana en cada diócesis para que el resto las vean, y se inspiren!”
En los últimos minutos, acompañados por una canción-invocación al Espíritu Santo en inglés, el Padre Mallon hizo que todos los presentes se agruparan en grupos de tres y oraran unos por otros, pidiendo una renovación por el poder del Espíritu en las parroquias de los asistentes y un avivamiento de la fe y la esperanza de los evangelizadores. “Pedimos que acuda y actúe el Espíritu Santo, no por cortesía, sino porque queremos que venga y actúe… A veces somos tan rígidos, estamos tan controlados, que no le dejamos. El Espíritu Santo debería notarse, invocarse seriamente”, dijo. Muchos sintieron que esa tarde de jueves empezó algo nuevo en la Iglesia en Cataluña y en otras partes de España.