El ensayista y teólogo norteamericano George Weigel ofrece sus propuestas en El próximo Papa (Editorial HomoLegens), un libro que publicó en inglés durante la pandemia, en 2020, y antes de la guerra de Ucrania. Se trata de un libro breve, de menos de 200 páginas, que se lee con agilidad, pero que consigue abordar muchos temas importantes.
¿Quién es George Weigel?
Periodista, teólogo y profesor, George Weigel se hizo popular en 1999 con su biografía sobre Juan Pablo II, Testigo de la Esperanza. Ya antes era influyente en Estados Unidos como profesor de ética y columnista. Creció en Baltimore, una de las zonas de más tradición católica de EEUU, pasó brevemente por un seminario, luego estudió letras especializándose en Teología y Filosofía. Se casó y tuvo tres hijos. Nunca fue sacerdote, pero como profesor formó a muchos.
Ha investigado siempre de cerca Europa del Este, el comunismo y su caída. Casi cada año visita Polonia para unos cursos de verano en Cracovia. Es uno de los impulsores de la revista ecuménica First Things y de iniciativas conjuntas con evangélicos provida y profamilia como Catholics and Evangelicals Together.
Con el académico y jurista judío Joseph Weiler en 2003 acuñaron o popularizaron el concepto "cristofobia" (que podría ser también "cristianofobia"). Lo que decían es que en Europa no hay mera indiferencia al cristianismo, sino poderes fuertes, élites, activamente trabajando contra el cristianismo, con una enemistad directa.
George Weigel conoce bien los entresijos vaticanos y los límites (y potencialidades) de la función papal.
Gran defensor del Concilio Vaticano II y la libertad religiosa, defiende un debate fuerte de ideas y una evangelización que sea cortés pero valiente.
Como analista eclesial, tiene la ventaja de haber entrevistado o haber dialogado en profundidad con los tres últimos Papas: Francisco, Benedicto XVI y Juan Pablo II. Eso le da perspectiva. También tiene acceso a algunas personas veteranas del Vaticano y conoce los vicios, torpezas, oportunidades y fortalezas de la estructura vaticana.
Lo primero: seguir aplicando el Vaticano II
Weigel afirma en El Próximo Papa que con el Concilio Vaticano II la Iglesia dejó atrás un cierto «eclesiocentrismo» y apostó por un Cristocentrismo, y la prioridad de evangelizar anunciando a Cristo, con Cristo como tema principal. Weigel cree que mientras la Iglesia siga así, priorizando la evangelización, y una evangelización cristocéntrica, le irá bien.
Weigel cita a Pablo VI en 1975 en Evangelii Nuntiandi: "No hay verdadera Evangelización si no se proclaman, el nombre, la enseñanza, la vida, las promesas, el reino y el misterio de Jesús de Nazaret". Esta frase se usa porque hay gente de Iglesia que habla de todo menos de Jesús, hay eclesiásticos que nunca llegan a mencionar el nombre y la enseñanza de Jesús.
Mientras los 3 últimos Papas han conocido los debates del Concilio Vaticano II, el nuevo Papa probablemente era muy joven, o incluso un niño durante esa época. Pero debe tener claro que la tarea es la misma: explicar la doctrina y esperanza cristiana de siempre en el lenguaje de cada época, lenguaje que entiendan los hombres de hoy.
Define la Iglesia (según un sínodo de 1985) como comunión de "discípulos en misión". Explica (y probablemente es lo mismo que dice a sus alumnos en el seminario) que discipulado es conversión y amistad con Jesucristo. Incluye, además, aceptar que el Evangelio dice la verdad sobre el mundo, que el Evangelio no es una nebulosa evanescencia de teorías, sino una verdad que te hace vibrar y apostar la vida.
Los que quieren cambiar la moral
Weigel ve una gran amenaza y debilidad en los que -desde dentro y desde fuera- quieren que la Iglesia Católica cambie no el lenguaje, sino el contenido de su mensaje, especialmente el moral. Denuncia que esos activistas desde 2014 intentan usar para eso los Sínodos.
Piensan que rebajando las exigencias morales o doctrinales atraerán popularidad, aceptación y fieles. Pero Weigel señala que eso no ha funcionado en ningún lugar: ni entre luteranos, ni entre anglicanos, ni en las zonas católicas dominadas por obispos o clérigos laxos.
La Evangelización siempre implica un nivel de contracultura. Juan Pablo II empezó su pontificado con un lema: "No tengáis miedo de anunciar a Cristo". Se necesita valentía y hacer el anuncio completo y exigente.
Habla de un "catolicismo light" (que enseguida se convierte en "catolicismo Zero", como los refrescos). Avisa además que un entorno postcristiano rápidamente se puede convertir en un entorno anticristiano. Lamenta que ante la propaganda anticristiana, o las leyes antivida y antifamilia, la Iglesia parezca poco capaz de organizarse para responder.
Franco Nero es un Papa de ficción en la película El Exorcista del Papa de 2023.
15 consejos para el próximo Papa
Tras estos prolegómenos, Weigel empieza a dar consejos sobre lo que el nuevo Papa debería hacer y tener en cuenta. Vamos a hacer una selección de 15 de ellos.
1) Que el nuevo Papa recuerde que ya no sirve a su país, que devuelva su pasaporte: ahora sirve a la Iglesia universal (no es un reproche a Francisco, que ni visitó Argentina desde 2013 y no habla mucho de la actualidad de su país).
2) Que cuando hable, los oyentes no confundan su opinión personal con la enseñanza de la Iglesia.
3) Está bien que el Papa tenga humor, pero también es bueno "un compromiso de autodisciplina con el decoro papal" (aquí quizá Weigel piensa más en el cardenal Dolan, de Nueva York, que a veces es un poco escandaloso e improvisador).
4) Que la Sala de Prensa vaticana amplifique la voz del Papa para fortalecer a los fieles.
5) Que las ruedas de prensa no debiliten a los obispos, no presenten al Papa como super-manager... y que no sean tantas las entrevistas que pierdan fuerza. (Muchos periodistas han constatado que Francisco, al conceder tantísimas entrevistas, ha logrado que tengan mucho menos impacto e interés).
6) Cuidado con esta época del selfie y la foto: mucha gente quiere hacerse una foto con el Papa como si apoyara su discurso. Por tratados internacionales, el Papa está obligado a recibir a embajadores y gobernantes, pero no a Bill Gates o Jeff Bezos u otros famosos.
7) Weigel pide acabar con las "entidades periodísticas" que dicen reflejar la mente del Papa, y no son la Sala de Prensa vaticana. (Posiblemente se refiere a las revistas jesuitas, La Civiltà Cattolica, a su director Spadaro; o quizá se refiere al anciano periodista Eugenio Scalfari y sus extrañas entrevistas al Papa en La Repubblica, basadas en su 'memoria de expero periodista').
8) Que reflexione más, y que se deje aconsejar, sobre su relación con la prensa y los medios. (Gente que ha trabajado en prensa del Vaticano admite que el Papa a menudo no se deja aconsejar en este tema).
9) El Papa deberá trabajar para fortalecer la unidad de la Iglesia, "amenazada por fuerzas centrífugas de Occidente y de la Iglesia"; "el próximo Papa debe llamar a las iglesia locales descarriadas".
10) El Papa deberá aclarar qué es la sinodalidad. No puede ser, dice Weigel, una federación de iglesias locales, cada una con su moral y doctrina. "Eso es anglicanismo, no catolicismo. Y sus resultados desastrosos, vistos en el ámbito anglicano, deben disuadir a cualquier católico".
11) El protagonismo papal no debe quitar autoridad a los obispos, o delegarán todo en Roma, y se paralizarán mil cosas; ningún obispo osará abordar temas controvertidos, o de disciplina, que quedarán atascados.
12) El Papa debe facilitar el esfuerzo misionero de los demás: obispos, laicos, congregaciones... no intentar sustituirlo. Por ejemplo, hay obispos que no se atreven a criticar barbaridades de sus políticos locales, y esperan que sea el Papa el que venga y lo haga. De nuevo: obispos timoratos delegando en el Papa.
13) El próximo Papa debe vivir y enseñar "de tal manera que la relación entre la misericordia y la verdad sea clara, y que la misericordia no se convierta en sentimentalismo".
14) El diálogo y acompañamiento, dice Weigel, son medios, no fines. Están ahí para anunciar el Evangelio y hacer discípulos. Pide no ceder al "narcisismo occidental y la religiosidad pagana", que intentan acallar a los cristianos y sus exigentes mensajes.
15) Contra el consumismo, el comunismo y la revolución sexual, los Papa del s.XX ofrecieron un modelo de hombre y humanismo, que es Cristo. Weigel pide seguir ofreciendo a Cristo, modelo de hombre, contra cualquier ideología, y recordar a todos, sin miedo, que Él es el Camino, la Verdad y la Vida. la Iglesia tiene un modelo convincente de la persona humana para ofrecer.
El libro continúa con algunos consejos para la diplomacia vaticana (que se centre en los temas esenciales en Naciones Unidas, como la defensa de la vida y la familia), para la organización interna de la Curia (que el Papa la limpie de corruptos y trepadores, que una persona de confianza se dedique exclusivamente a buscar buenos curiales, que se contraten laicos expertos, buenos profesionales...), para el nombramiento de nuevos obispos (no dejarse presionar por Gobiernos, consultar sobre nombramientos también a laicos, no sólo a obispos), y consejos sobre ecumenismo (centrarse en trabajar con pentecostales y evangélicos, y con ortodoxos, excepto la Iglesia Ortodoxa rusa, dominada por su Gobierno).
Son muchos temas, pero el libro sale airoso del reto de plantearlos con agilidad en apenas 200 páginas. Un interesante "check list" (lista a repasar) para la Iglesia.