“Tú, mamá, papá, enseña al niño a rezar, a hacer la señal de la cruz: es una hermosa tarea de las mamás y los papás”, pedía el Papa Francisco en una de sus audiencias públicas el pasado agosto.
En un mundo acelerado y agresivo, donde la fe es ignorada o incluso atacada en muchos ambientes, los padres tienen un papel clave en su transmisión, pero es cierto que muchos padres sienten que les falta tiempo. Hay estadísticas que señalan que en España hasta un 80% de los niños de once años o menos rezan, pero ya de doce a catorce años se reduce a un 60%, y después a un 40%.
Miguel Ángel Blázquez Vilar, uno de los iniciadores de la línea Creo (www.creo.tienda) anima a "contagiar" la fe de la manera más natural: jugando. Y no sólo en casa, con los padres o abuelos, sino también con los catequistas y los amigos. Creo ilustra este jugar con una luminosidad especial.
Entre los productos Creo hay juegos clásicos como el parchís, el Memory (con 24 fichas), puzzles (sencillitos, de 35 piezas), libros para colorear... pero dedicados a figuras que resultan cercanas y vivas para los niños: con los apóstoles conocen a los "amigos de Jesús"; con el Arca de Noé y sus animales exploran la asombrosa Creación de Dios; con los Reyes Magos, sus regalos, pastores, mula y buey, se acercan a la Sagrada Familia y a ese Niño tan especial.
"De esta forma los abuelos y los padres pueden jugar con los niños y explicarles la historia de los Reyes Magos, quiénes fueron los apóstoles, etc... Nuestros clientes nos cuentan que ellos lo hacen así, y así comparten la fe”, explicaba Miguel Ángel Blázquez a ReL.
La verdadera apuesta es que los niños de una casa jueguen entre ellos y con sus padres y abuelos. "Una madre nos dijo asombrada que sus hijos habían dedicado más tiempo ese día a jugar juntos al parchís que a ver la tele o jugar a la Tablet", recuerda Miguel Ángel.
Otra dimensión especial es la que ayuda directamente a la oración. Un ejemplo es la vela de LED Pray Candle. “Está fabricada en cera real, pero no es una vela con fuego, es segura, con una lucecita led que simula el efecto de la llama", detallan en Creo.
En la vela se pueden leer dos textos, el Padre Nuestro y el Ave María, que ayudan a los niños a orar y a aprenderse estas oraciones al ir a dormir. "A los niños les encanta. Hemos descubierto que cada niño insiste en que quiere ‘su’ vela, que no piden una por habitación sino una por cama. Su luminosidad suave, de LED, relaja y crea un ambiente de recogimiento".
Otra herramienta que ayuda a la oración son los libritos "Jesusito de Mi Vida" (en azul para los niños, en rosa para las niñas) con oraciones en letra grande y clara, para ayudar a memorizarlas o para rezarlas leyendo. Muchos niños los guardan bajo la almohada.
Aunque se titula “oraciones infantiles” sólo el “Jesusito de mi vida” es infantil. Las demás oraciones puede aprenderlas y usarlas con naturalidad un adulto, son las oraciones clásicas de la Iglesia de tradición latina occidental.
Estas oraciones son:
- Jesusito de mi vida
- Ángel de la guarda
- La señal de la cruz
- Gloria
- Padre Nuestro
- Ave María
- Ángelus (marcando las respuestas si hay dos orantes)
- Memorare (en latín, y con traducción: Memorare piisima Virgo Maria…)
- Credo (en español)
- Salve (en español: Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia…)
- Regina Coeli (en español: Alégrate, Reina del Cielo, aleluya…)
- Bendición de la mesa (para antes y después de comer)
- Los 7 sacramentos (“los cinco primeros son de necesidad…”)
- Los 10 mandamientos
El librito incluye una frase del Papa Francisco: “Es muy hermoso rezar, alzar la mirada hacia el cielo, dirigir la mirada a nuestro corazón y saber que tenemos un padre bueno que es Dios”.
Casi todos los juegos incluyen algún folletito o explicación con una enseñanza bíblica breve, para contar a los niños. El folleto de los juegos sobre los apóstoles, por ejemplo, detalla un símbolo artístico para cada apóstol, común en la historia del arte y cómo y dónde murió cada apóstol según la tradición. Se trata de individualizar a cada uno, darle una historia a cada amigo de Jesús.
Los juegos tienen además la ventaja de ocupar poco espacio: incluso el Parchís se dobla bien. Se pueden llevar con comodidad a catequesis, retiros familiares, excursiones...
Miguel Ángel Blázquez comenta también que el papel de los abuelos como transmisores de la fe puede verse reforzado por estos juegos, que en realidad son una excusa para iniciar una actividad del adulto con el niño. "Muchas veces los abuelos son los custodios de la tradición católica en la familia de hoy", reconoce.
La necesidad de fondo es la de "pasar tiempo juntos, y con un elemento de transmisión de la fe. Eso es lo que piden las familias, e incluso los catequistas y los colegios. En Creo cuidamos mucho la calidad y el contenido y estamos convencidos de que la belleza es un valor fundamental para que todos se acerquen a Dios".
Estos y otros productos se pueden encontrar en www.creo.tienda .