Un ejemplo de la debilidad del tejido social católico en España es que no existe una Asociación Española de Médicos Católicos.
Sólo en Cataluña existe Médicos Cristianos de Cataluña, integrada en la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC). Existe también, desde los años 80 la Asociación de Profesionales Sanitarios Cristianos (Prosac), con estatutos aprobados por la Conferencia Episcopal, y presencia en Andalucía, Cataluña, Galicia y Valencia, a la que pueden pertenecer celadores, administrativos, médicos, enfermeros... pero con poca actividad.
La realidad es que en España no hay asociaciones católicas de médicos de ámbito nacional y capacidad de influencia. Si un periodista quiere recoger argumentos de médicos católicos sobre temas de bioética, ética médica o cuidados sanitarios, no tiene una entidad de referencia donde acudir que le atienda con agilidad y autoridad. Es una pena, porque el público escucha la voz de los médicos (y más tras la pandemia de coronavirus) y la imagen de un profesional con bata banca y crucifijo hablando de fe y medicina es un signo profético poderoso.
Contrasta la situación de España con la de Portugal, que tiene una asociación fundada en 1915, es decir, con más de cien años de experiencia y, además, muy activa en los debates sociales y bioéticos. La Asociación Portuguesa de Médicos Católicos (AMCP) se ha pronunciado en años recientes sobre la eutanasia, el uso "medicinal" (que no es tal) del cannabis o los cuidados y precauciones ante el coronavirus. En Francia está el Centre Catholique des Medecins Français, que nació en 1959. Italia, Polonia, Suiza, Ucrania y Holanda también tienen sus asociaciones médicas católicas. En Eslovaquia hay una sección católica dentro de la Asociación Cristiana de médicos. Y en Hispanoamérica hay asociaciones muy activas (Perú, Paraguay, México, Argentina...)
Los médicos y sanitarios son personas muy ocupadas con la asistencia al paciente, la investigación y la formación continuada que requieren. Muchos de los médicos que son católicos también colaboran en voluntariados, en misiones en el extranjero o en el apostolado provida. Sin embargo, si en casi todos los países pueden organizarse para tener una asociación, ¿por qué en España no?
Para conocerse, rezar y quizá asociarse: las Misas Blancas
Quizá un punto de partida para que los médicos y sanitarios se conozcan y organicen es celebrar lo que en Estados Unidos desde hace años se llaman "misas blancas". Las suele convocar y celebrar el obispo local una vez al año. Son misas a las que acuden médicos y sanitarios de toda la diócesis, vestidos con bata blanca, símbolo de su hermosa profesión. Se pueden acompañar de alguna conferencia y de comida, de ocasión para hacer lazos y amistad fraterna entre colegas. Puede ser también una ocasión para rezar con amigos médicos.
Después de la Misa Blanca de 2019 en Baltimore
La web de la FIAMC ha publicado en inglés los 5 pasos que recomiendan los médicos católicos en EEUU para organizar "misas blancas".
1. Empezar el proceso
Una asociación médica local, o un simple médico católico, contacta con la diócesis y pide que el obispo -o alguien que él delegue- celebre la misa. Puede hacerse en una parroquia, en la catedral, en un santuario simbólico... Para iniciar la costumbre, es bueno celebrarla dentro de una misa de sábado noche, o de domingo, que no añada tareas extra a los celebrantes. Se invita a médicos, enfermeras, ayudantes y personal sanitario.
2. Difundir mucho la noticia
La asociación o el grupo organizador invita por whatsapp, por listas de e-mails, en tablones de anuncios... Los médicos invitana otros médicos, a sus estudiantes, a los alumnos de las facultades de Medicina. Se invita a todos a llevar su bata blanca de laboratorio, signo de su vocación y de lo que les une en su servicio.
3. Preparar bien la misa
Pueden usarse la lecturas del día, o elegirse unas lecturas adecuadas con permiso del ordinario, que se centren en la curación y la compasión, quizá del Evangelio de Lucas, que era médico. Se eligen lectores que lean bien, en voz alta y clara. Quien lleva las ofrendas que no se deje su bata blanca. Los organizadores pueden preparar también algún pequeño detalle o regalo para dar a cada asistente (una medalla de San Lucas, una cruz, un punto de libro o recordatorio...)
Misa Blanca en San Antonio, Texas
4. Imagen, bendición y Juramento Hipocrático
Los médicos y sanitarios con sus batas blancas deberían sentarse todos juntos en asientos reservados en los primeros bancos, logrando una fuerte impacto visual y vivencial. Una Misa Blanca suele incluir o bien una bendición especial para los sanitarios y médicos presentes (se puede pedir que se levanten) o bien una renovación del Juramento Hipocrático (algo en lo que pueden participar incluso amigos médicos agnósticos, judíos o protestantes a los que se haya invitado). Se puede hacer después de la homilía o justo antes de la bendición final.
5. Después de la misa: socializar y aprender
Después de la misa es bueno tener un espacio para comer y beber algo mientras médicos, enfermeros y estudiantes charlan y se conocen. En una jornada así tiene sentido también traer un conferenciante "low cost" (es decir, un médico local o experto local en ética) que puede dar una charla de formación o directamente de ánimo. Es bueno que haya una mesa con folletos y personal informando de la asociación organizadora, invitando a los médicos y sanitarios a asociarse, avisando de los próximos eventos y dejando sus datos de contacto para avisar de nuevas ocasiones.
¿Quién sabe cuantas iniciativas y amistades fructíferas pueden salir de este tipo de encuentros? Es una ocasión más para comprobar el poder de las promesas de Cristo "cuando dos o más se reúnen en mi Nombre".
Un ejemplo de Misa Blanca en Texas, con obispo y coro, pero puede hacerse más sencilla: lo importante es que acudan médicos, estudiantes y sanitarios