Si el fundador de la «Ferrero» –piamontés de Alba– no escondía su devoción mariana, hasta el punto de que quiso una estatua de la Virgen de Lourdes en cada uno de los establecimientos de su empresa, llega ahora desde el Piamonte el llamamiento de un grupo de empresarios a sus colegas de toda Italia para que se unan a ellos con el fin de crear una red de oración pensada ad hoc para el mundo del trabajo.
«Visto el esfuerzo que tenemos que hacer a causa de una economía confusa y alterada en su naturaleza –explica una de las promotoras, Mariachiara Martina, titular de Fioredentro, empresa del sector de la moda– hemos decidido jugar la partida sacando una carta inesperada: la oración y, en particular, la oración del rosario recitada en la empresa una vez a la semana».
La iniciativa nació en febrero en Turín, en la Obra de los Padres Josefinos de Murialdo. Cuatro meses después, el equipo Empresa Orante (IO sus siglas en italiano) se ha ampliado.
Han nacido células en Nichelino -en la zona de Turín-, en la provincia de Cuneo, en Savona y en Milán. Seguirán Padua y Verona. A través de su sitio internet www.impresaorante.org llegan peticiones de información desde Rímini, Prato, Catania, Cosenza, Roma, incluso desde los Estados Unidos.
Mariachiara Martina y el padre Danilo Magni, director de la Obra de Murialdo y director espiritual del IO están viajando por la península para dar a conocer la propuesta. Hace algunos días estuvieron en Piacenza, invitados por el Ucid (ucid.it, Unión Cristiana de Emprendedores y Dirigentes) y la Oficina diocesana para las comunicaciones sociales.
«La belleza de Empresa Orante es la contemporaneidad y el aspecto coral del momento de oración –subraya Martina–, pero también la unión al rezar por una única gran intención: hacer renacer la economía según nuevos parámetros, para que sea medio de gratificación y promoción de la dignidad del hombre. El deseo es hacer que los emprendedores de un mismo territorio se comprometan, para poder así compartir el Rosario, en turnos, en las distintas realidades empresariales, con la ayuda de meditaciones sobre los Misterios que han sido redactadas teniendo en cuenta los problemas del mundo del trabajo. Además, se propone la celebración de la misa una vez al mes».
¿Cosa de ingenuos en una crisis que parece no tener fondo? Las voces de los "orantes" -directores de empresas como dependientes- piensan todo lo contrario.
«No rezo en la iglesia -sólo en los funerales-, por lo que éste es para mí un momento que me acerca a Dios –confía Mario–. Le estoy aconsejando a mi mujer que participe, si bien a ella le parece increíble que en el trabajo se dedique este tiempo a la oración. Y sin embargo lo que marca la diferencia es precisamente el lugar».
«Te cambia el modo de ver el mundo de los negocios –dice Tiziana, empresaria, relatando su experiencia–. Así, cuando sabes que tu competidor de toda la vida ha tenido que cerrar, no te alegras, sino que rezas por él, por su familia, que como la tuya ha dedicado a este sector cuarenta años de su vida».
«No todos en la empresa participan en la célula –dice otra “orante”–, pero ha sucedido que con ocasión de una feria importante a la que teníamos que participar ha venido una compañera para pedirnos que rezáramos por ellos, que sí iban, para que pudiera ser una ocasión útil con el fin de superar un periodo difícil. La feria fue muy bien, como no sucedía desde hacía tiempo».
(Publicado originariamente en italiano en Avvenire, traducción de Helena Faccia Serrano, Alcalá de Henares)