Llega el Triduo Pascual y los párrocos de zonas rurales como Cabrales (Asturias), Cevico de la Torre (Palencia) o Valle de Mena (Burgos) se ven desbordados para atender a una feligresía que puede abarcar más de doce pueblos. En ayuda de estos sacerdotes, acuden cada año un centenar de familias que, repartidas por doce provincias, prestan servicio a la Iglesia y llevan a cabo una valiosa labor evangelizadora.

Juventud y Familia Misionera es un apostolado del movimiento Regnum Christi y su responsable en España, Jorge Barco, explica que lo más importante de esta misión es ayudar a la parroquia y alimentar la fe de la propia familia: “Es lo más grande que pueden hacer unos padres por sus hijos”. A cada pueblo llega una unidad misionera compuesta por siete u ocho familias –con abuelos incluidos–, uno o dos capellanes y una consagrada, que conviven durante cinco días en colegios o albergues: “La intención es que nazca una comunidad evangelizadora que perdure en el tiempo”, explica Barco. La primera tarea, y más importante, que llevan a cabo es la del “primer anuncio”: visitar a los vecinos del pueblo, puerta a puerta, animándoles e invitándoles a participar en los oficios. Por otro lado, según las necesidades de la parroquia, organizan procesiones, vía crucis, y todo “con un testimonio alegre de fe”.


Como evangelizar en familia no es igual para un chaval de 10 años que para uno de 15, este apostolado acoge también a jóvenes de 14 a 30. Su misionado está actualmente incardinado en Murcia: “Desde hace unos años estamos con los chicos en zonas urbanas, porque es ahí donde están los jóvenes, y el mejor evangelizador de un joven es otro”, añade Jorge Barco.

El procedimiento es parecido al de las familias: anuncio por las casas y por las calles, o en la puerta de los bares... y una participación activa en la vida de las parroquias, que acogen un total de 200 jóvenes divididos en unidades de veinte o veinticinco personas: “Intentamos que se alojen en las casas de los feligreses, al estilo de la JMJ, porque es una forma de alimentar la fe de los fieles de la parroquia”. La actividad apostólica más impactante que llevan a cabo los jóvenes es la SolNight (sé luz en la noche). “Una acción de evangelización directa en torno a la Eucaristía”. Los jóvenes invitan a los viandantes a acudir a la parroquia donde está expuesto el Santísimo para adorarle, tal como hicieron los amigos del paralítico del Evangelio al que descuelgan del techo para que Jesús le cure. “Consiste en ser los amigos que anuncien que Cristo está vivo”.

Después de catorce años misionando por toda España, Jorge Barco reconoce haber sido testigo de muchos milagros: “Dios solo necesita nuestro sí”.

Artículo publicado originalmente en Misión.