En 2023 celebraremos los 20 años del más detallado documento eclesial sobre la New Age o Nueva Era y sus espiritualidades vaporosas y alternativas. Se trata del documento Jesucristo, portador del Agua Viva, que se presentó en 2003 como un "informe provisional" de dos dicasterios vaticanos, el de Cultura y el de Diálogo Interreligioso. Pasadas casi dos décadas, ese "informe provisional" sigue siendo la reflexión de mayor rango en el Magisterio católico sobre Nueva Era.
Ha habido algunas otras reflexiones al respecto. Por ejemplo, en 2018, los obispos católicos de rito siro-malabar lanzaron un documento sobre los peligros de la espiritualidad hindú ligada al yoga en la India, titulado "Yogayum Katholika Vishvasavum".
Y en 2019 los obispos españoles publicaron la nota doctrinal "Mi alma tiene sed de Dios" , específicamente centrada en técnicas de oración (menciona 10 veces el zen, 5 el budismo, sólo 2 la "new age" y 1 el mindfulness). ReL la analizó aquí.
Antes, en 2006, los obispos españoles publicaban su Instrucción Pastoral titulada Teología y secularización en España. Denunciaban una teología complicada (y a menudo descreída, falsa y mundanizada) que se alejaba de la fe de los sencillos. Recordaban cómo Jesús daba gracias al Padre "porque has ocultado estas cosas a los sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños" (Mt 11, 25).
Pero, pese a esos precedentes locales, el reto de la New Age no es un tema que el Magisterio haya querido retomar con fuerza, pese a que el texto de 2003 lo pedía y es evidente que el Pueblo de Dios lo necesita.
Como decía a ReL el sacerdote indio James Manjackal, «muchos van a gurús buscando sanación porque los sacerdotes no ofrecen el poder de los sacramentos».
El documento Jesucristo, portador del Agua Viva ya pedía "tener en cuenta la sed espiritual de muchas personas de nuestro tiempo, que la espiritualidad de la Nueva Era trata de colmar. Es preciso reconocer que el atractivo que ejerce la religiosidad de la Nueva Era sobre algunos cristianos puede deberse en parte a una falta de atención seria por parte de las propias comunidades cristianas".
Y los temas que la Iglesia desatiende (o parece desatender) y que muchas personas buscan en la Nueva Era son (según el documento):
- la dimensión espiritual del hombre
- el sentido de la vida
- la vinculación entre los seres humanos y el resto de la creación
- el deseo de una transformación personal y social
- el desencanto ante el racionalismo y el materialismo
La New Age mete a las personas en un laberinto dañino del que es difícil salir - foto de Rob Tol en Unsplash
Munilla advierte de la New Age y el nuevo gnosticismo
En España, uno de los obispos que más ha trabajado una pastoral y enseñanza ante los retos de la New Age es José Ignacio Munilla, hasta hace poco obispo de San Sebastián y recientemente designado para pastorear Alicante. En varias ocasiones, Munilla ha acogido a personas dañadas por la Nueva Era y las ha acompañado para difundir sus testimonios en vídeos y en encuentros cristianos.
Ahora, en su canal de vídeos en YouTube "En ti confío", el obispo Munilla vuelve a advertir sobre los peligros de la Nueva Era y el "gnosticismo en el siglo XXI", especialmente cuando se infiltra en congregaciones o entidades de la Iglesia, y también en la vida de los fieles de a pie.
Se trata de una conferencia completa de una hora que subió a su canal el 4 de enero de 2022. Como casi siempre en las conferencias de Munilla, tras cada afirmación general da un ejemplo ilustrativo o una anécdota personal, por lo que no se hace pesado nunca.
Interesante conferencia de Munilla sobre gnosticismo y New Age que se infiltran en entidades y ambientes católicos
Gnosticismo: conocimientos ocultos, para los "listos"
El gnosticismo fue un gran rival del cristianismo en sus primeros siglos: la idea de que la salvación se podía lograr con "conocimientos ocultos" y complicados, esotéricos, donde la moral importaba poco o nada, y con gran desprecio a la masa popular, que ignoraba esos "secretos".
En cierto nivel, era una forma de pelagianismo, que es la herejía que dice que el hombre puede salvarse por sus propias fuerzas, sin necesidad de un Dios salvador.
En ambientes católicos de hoy, esto se ve en algunos sitios que predican contra las enseñanzas tradicionales del cristianismo, contra su moral, su doctrina y sus devociones, y animan a cuestionarlo todo. Munilla pone un ejemplo que conoció: un novicio al que sus superiores le enseñaban "que no había que tener certezas" y al que regañaban cuando se arrodillaba ante el Sagrario.
Otro ejemplo de gnosticismo: sustituir la oración, o la asignatura de religión en colegios católicos, por "ejercicios de interiorización”, denuncia el obispo.
El gnóstico busca el "saber", y esforzarse por hacer el bien concreto y cotidiano le da mucha pereza o, simplemente, no le interesa en absoluto. Desde luego, al gnóstico le interesan poco los pobres concretos.
Por eso Munilla exhorta: “¿Quieres estudiar teología? Comienza por adorar al Santísimo. ¿Quieres hacerte doctor o licenciado? Comienza por ayunar, asistir a los pobres y ponerte de rodillas delante del Santísimo, y así lo de la teología tendrá su lugar. De lo contrario tienes un peligro de gnosticismo, una especie de estudio abstracto de la caridad que no te lleva a comprometerte con los pobres”, aseguró.
En el gnosticismo, que hoy se presenta en la Nueva Era, se propone la "espiritualidad sin religión", y, por lo general, sin Dios. Para salvarse o alcanzar la plenitud (o a veces mero bienestar), la Nueva Era propone una "autoconsciencia iluminada del hombre”.
A veces, con una mentalidad racionalista, busca "domesticar a Dios, a la revelación, mundanizando el cristianismo”, comentó. Una técnica racionalista dañina puede ser reinterpretar los misterios cristianos "vaciándolos de contenido".
La respuesta cristiana: el Niño Jesús, lo concreto, la Iglesia
El tema es relevante en Navidad porque para los cristianos Dios no es un concepto ni una energía, sino que es muy cercano y concreto, se ha encarnado. El Niño Jesús es Dios, pero también es un niño de verdad con necesidades de verdad.
“El Dios hecho carne es la afirmación más contundente contra el gnosticismo y el racionalismo, porque es Dios el que el que se ha dado a conocer, nos ha hablado con nuestro propio lenguaje, ha fundado una Iglesia, ha elegido a doce apóstoles”, detalló.
Ante algunos teólogos ampulosos y alambicados, que usan palabras muy complejas pero no concretan en nada, Munilla defiende la fe de la gente sencilla.
“Si nosotros no nos hacemos sencillos, no entenderemos a Dios. Por eso, el gnosticismo y el cristianismo del Dios que se ha hecho niño es lo más contrario que existe. En ningún sitio se dice que Dios se hizo filósofo y habitó entre nosotros. No. Dios se hizo niño, Dios se hizo carne y habitó entre nosotros”, aseguró.
La Nueva Era promulga también el panteísmo, que dice que Dios no es un ser personal, que "todo es dios y nosotros somos dios". Así, advierte Munilla, "desdibuja el rostro personal de Dios y se dice que la meta es alcanzar la unidad con el cosmos, teniendo una fusión con el absoluto. Borrar los límites entre Dios y la criatura”, dijo.
La New Age huye del concepto de pecado
Al gnosticismo y la Nueva Era le aterroriza el concepto de pecado. No acepta la idea de que Dios, un ser personal, se sienta ofendido por el mal hacer de los hombres, en parte porque no acepta que exista un mal hacer, en parte porque no acepta que Dios sea personal.
Puso un ejemplo que le contó una ex-practicante de la New Age, Asunción Ruiz, cuyo testimonio recomienda. "Cuando Asunción propuso a unos compañeros de la New Age recitar el Avemaría, estaban dispuestos a hacerlo... pero sólo si se quitaba la frase 'ruega por nosotros, pecadores'. No aceptaban que podamos ser pecadores", señala el obispo.
Finalmente, criticó “el gnosticismo que se está introduciendo con fuerza en la nueva cultura, es muy soberbio”. Por eso, siempre será bueno confrontarlo con la pequeñez y humildad del Niño Jesús, todo lo que sea sencillez, servicio concreto y reconocer nuestras limitaciones como hombres, necesitados de Dios, su amor y su salvación.
Testimonio de Asunción Ruiz Ruiz que el obispo Munilla acompañó y que recomienda ( de una hora)