¡Hagan lío! es el nuevo proyecto de Infinito+1, la productora de Juan Manuel Cotelo, quien ha fichado para la ocasión a Carlota Valenzuela, la joven que peregrinó en solitario durante un año desde Finisterre hasta Jerusalén, en una aventura que fue contando en las redes y ha resultado, como explicó ella misma, en un deseo de un mayor compromiso personal con Dios.
Que es, en última instancia, el objetivo de las iniciativas de Cotelo, un hombre ya acostumbrado a "hacer lío": revolucionando el documental católico (aquel arranque rompedor de La última cima), innovando en la catequesis cuando el confinamiento (Catequizis) o irrumpiendo con un film comercial (Tengamos la fiesta en paz) para competir de tú a tú en el disputado mercado del cine navideño...
-Y ahora, ¿qué se propone?
-Ahora queremos sacar a la luz tantas iniciativas preciosas que la Iglesia desarrolla en todo el mundo, de las que apenas se habla. Ya estamos muy bien informados sobre las cosas malas que hacemos los cristianos. Esas noticias nos llegan a toda prisa y los propios cristianos nos escandalizamos y aumentamos su difusión. Pero no tenemos esa misma agilidad para dar a conocer todo lo bueno que hace la Iglesia, en todas partes.
-¿Suficiente para compensar todo lo negativo?
-¡Es una labor inmensa y eficaz! Pero silenciosa y silenciada. Que sea silenciosa es muy bueno. Que sea silenciada no lo es. Así lo pide Jesús: "Vosotros sois la luz del mundo. No se enciende una luz para ocultarse debajo de la cama. Brille vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre Dios." Eso queremos hacer: poner bien alta y visible la luz que emana de tantas actividades que los cristianos desarrollamos, por iniciativa del Espíritu Santo.
-¿La Iglesia "vende mal" (o "vende poco") todo lo que hace en las llamadas "periferias"?
-No diría que lo vende mal, sino que simplemente no lo vende. Así me lo dijo un amigo, sin fe: "La Iglesia tiene el mejor producto, pero un pésimo departamento de comunicación". Los cristianos no tenemos motivo para sacar pecho, ni para ostentar virtudes. No somos mejores que nadie. Pero sí podemos y debemos dar gloria a Dios, reconociendo que toda la eficacia en nuestra vida y de las obras de evangelización viene de la fuerza de Dios. Podemos y debemos contar las maravillas que hace el Señor en nuestra vida, cuando nos fiamos de Él. Toda la eficacia viene del Cielo... ¡y es justo que lo anunciemos!
-¿No es caer en la autocomplacencia?
-Al contar lo que hace la Iglesia, la conclusión nunca es "¡qué buenos somos, qué bien lo hacemos, que venga Dios a aplaudirnos y a darnos el Cielo como premio por nuestros méritos!" La conclusión es otra: "¡El Todopoderoso ha hecho obras grandes en nosotros y a través de nosotros! ¡Venid a adorarle!"
-En numerosos reportajes usted ha conocido todos esos lugares. ¿Qué ha visto, que nos quiere transmitir con ¡Hagan lío!?
-No me he encontrado con ningún teórico del amor, ni con teóricos de la fe. No he dado con opinadores, estudiosos o analistas sino con personas que se han lanzado a la acción, por fe y amor. En la acción encarnada de la Iglesia cualquiera va a encontrar una concentración de todo aquello que deseamos para nuestra vida: alegría, sentido, servicio, generosidad y eficacia. Estas iniciativas no son sólo bonitas. Son eficaces, aportan resultados concretos que mejoran la vida de las personas.
-Usted siempre está llamando a la acción...
-Los cristianos podemos quedarnos a las puertas de la vida real de la Iglesia, observando de lejos, opinando, criticando... o podemos meternos de lleno a vivir la fe con acciones concretas de servicio, junto a otras personas. Todo cambia cuando pasamos de la teoría a la práctica. Todo cobra sentido, incluso en las situaciones de mayor sufrimiento. Eso es lo que he conocido y lo que queremos mostrar: una Iglesia viva, servicial, alegre, sacrificada, humilde, que se expande gracias a la confianza plena en la fuerza de Dios, no por la fuerza de las personas. Una Iglesia llena de gente pequeña, frágil, débil, en quienes Dios se luce. Una Iglesia que enamora.
-¿Qué necesitan ahora para dar a conocer estas realidades? ¿Cuál será su dinámica de trabajo?
-Lo primero que necesitamos es, naturalmente, disponer del presupuesto necesario para producir la serie. Por eso hemos lanzado una campaña de "crowdfunding" o financiación popular para que cualquier persona pueda sumarse al proyecto, no como espectadora, sino como protagonista. Por ahora se han sumado mil trescientas personas, que han aportado el 60% del presupuesto. ¡Sólo queda el 40% y este proyecto se convertirá en una realidad! Además, a los donantes les invitamos a participar en la decisión sobre los contenidos, votando sobre los candidatos que nosotros proponemos, o presentando otras iniciativas que desconocemos. Gracias a este trabajo en equipo, nos está llegando información abundante sobre tantas labores que la Iglesia despliega por el mundo que merecen la pena ser contadas.
-¿Por qué ha incorporado a Carlota Valenzuela a este proyecto?
-Carlota encarna a la perfección el espíritu de esta serie. Carlota ha salido de su zona de confort, como todos los liantes de esta serie, movida por un impulso de fe y amor a Jesucristo. Carlota no es una teórica de la fe, sino que la vive y la comparte con los demás, con transparencia y sencillez, sin ostentación y sin secretismo. Y en Carlota se manifiesta de modo patente el fruto más claro de una vida de fe: la alegría. Carlota es muy simpática y alegre, tiene el carácter sencillo de los niños y nadie comunica mejor que quien mantiene esa frescura original.
El vídeo de Juan Manuel Cotelo (Premio ReL 2022) y Carlota Valenzuela para el 'crowdfunding' de '¡Hagan lío!'
-En eso ambos se parecen: una permanente sonrisa, siempre apelando a lo bueno para hacerlo mejor...
-¡Gracias por el piropo! Aunque no siempre es permanente, en mi caso. Lo que pasa es que procuro no salir en la foto, cuando tengo un mal día. Ojalá pueda decirse de todos los cristianos que compartimos la sonrisa, la llamada a hacer las cosas bien y al optimismo.
-¿Incluso cuando todo pinta bastante negro?
-Diría que "todo pintaba bastante negro" hasta que Jesús vino a la tierra. La Encarnación cambia de color el pasado, el presente y el futuro. La luz destaca ahora en medio de la oscuridad. Los cristianos hemos conocido esa luz y nos dejamos guiar por ella. Y esa luz es tan fuerte y clara, que de modo natural la deseamos mostrar a quien aún no la haya conocido y no encuentre sentido a la vida. Sin esa luz, realmente la vida es un escenario cruel y absurdo, donde lo único que importa es la supervivencia durante lo poco que dura esto. Sin embargo, la noticia de que somos amados incondicionalmente por nuestro Padre Dios, de que somos perdonados, esperados, deseados... lo cambia todo, para bien. Y lejos de ser un cuento de hadas, podemos experimentar en la práctica que cuando aplicamos el modelo de vida al que nos invita Jesús en el Evangelio, ¡la felicidad del Cielo comienza ya a experimentarse en la tierra, incluso en medio de cualquier sufrimiento! Esta es la gran noticia: que Jesús es realmente Salvador, su presencia es eficaz, funciona.
-En Infinito+1 no terminan ustedes una idea y ya están pensando en la siguiente...
-Es cierto. En cuanto terminamos con una producción, nos lanzamos a por la siguiente. ¡Porque está todo por hacer, hay tantas historias que contar! La acción de Dios en el mundo, hoy, da para un sinfín de relatos, porque además es fácil encontrar a sus protagonistas, que brillan con una luz que destaca sobre tanta oscuridad, en todas partes.
-¿Qué formatos mantienen abiertos actualmente?
-Ahora mismo estamos produciendo la serie Catefitness, con la que buscamos en el deporte lecciones aplicables a la vida espiritual. Es un formato supuestamente para jóvenes, pero que está ayudando a personas de cualquier edad, por lo que nos escriben. También producimos las entrevistas de Katakumba Exit, con personas que viven su fe sin esconderla, en los más diferentes ambientes sociales y profesionales. Y estamos con dos proyectos de largometrajes de ficción y con esta serie de documentales titulada ¡Hagan lío! No tenemos tiempo para aburrirnos. Quien quiera dedicarse a la evangelización a través del cine o de cualquier formato audiovisual, va a encontrar miles de historias que nadie ha contado y que son maravillosas.
-¿Va calando en los católicos que es bueno que existan estas iniciativas audiovisuales y que hay que contribuir a ellas?
-Hemos percibido un cambio de actitud muy positiva, en pocos años. De la mentalidad cómoda del pirateo y la pasividad, a la implicación personal en la evangelización a través del cine, por parte de tantas personas que han dado el paso de ser protagonistas activos, no sólo espectadores pasivos. Gracias a estas personas, que nosotros llamamos "locomotoras", no sólo hemos podido producir ya cinco largometrajes y varios formatos online, sino que son ellas mismas quienes las han promovido muy activamente en las redes sociales, cuando ha llegado el momento de estrenarlas.
-Una movilización que se hacía esperar...
-Aún queda mucho que mejorar en esta implicación de todos los bautizados en la evangelización, pero está claro que hoy los laicos nos movemos con más libertad e iniciativa que hace unos pocos años. Hay países como Estados Unidos o Alemania, en donde está muy arraigada la implicación de los laicos en la financiación de las tareas de evangelización. En España crece el número de personas que se implican, también con su dinero, en esta misión. Sin esas personas, ¿cómo lo haríamos? ¿Alguien espera que los gobiernos que atacan los fundamentos de la fe, sean quienes financien la evangelización? ¿O las televisiones que programan tantos programas nocivos para las familias? ¿O esperamos que sea el Vaticano o los obispos quienes financien la producción de cine evangelizador? No seamos ingenuos. Si esperamos que lo hagan los grandes, nunca sucederá. La evangelización es misión para todos los pequeños que quieran sumarse. Sólo a base de sumar voluntades y aportaciones pequeñas, podemos lograr grandes objetivos.
-¿Cuánto falta para alcanzar el objetivo fijado para ¡Hagan lío!?
-En este momento faltan unos 70.000 euros y aún quedan diez días de campaña. Tenemos confianza plena en que este proyecto va a salir adelante, gracias a tantas personas que van a sumarse a este lío con sus donaciones. No hay marcha atrás.
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