El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha clausurado el sábado al mediodía ante 8.000 alumnos de cien colegios de la diócesis, la Semana de la Misión Madrid (www.misionmadrid.es) que se ha vivido desde el pasado lunes en los centros educativos de la diócesis.
En la explanada de la Catedral de la Almudena, el presidente de la Conferencia Episcopal Española ha presidido una solemne Eucaristía, concelebrada por los tres obispos auxiliares de la diócesis –monseñor Fidel Herráez, monseñor César Franco y monseñor Juan Antonio Martínez Camino - así como el delegado de Enseñanza, Avelino Revilla, vicarios episcopales y numerosos sacerdotes.
Desde tempranas horas de la mañana, los estudiantes, acompañados por sus profesores, fueron llenando la explanada, donde se celebró una fiesta en la que no faltaron los testimonios, los números musicales, bailes y canciones.
Fue el colofón a una semana de intensas actividades, en la que los alumnos han profundizado en la figura de Jesús y se les ha animado dar testimonio de su fe en la acción misionera y la caridad.
"Hemos aprendido que para ser misioneros primero hay que seguir a Jesús", aseguró Juan Antonio, un alumno del Colegio San Bernardo, desde el altar momentos antes de comenzar la misa.
Durante la homilía, el cardenal afirmó que “con la Misión Madrid, queremos que los jóvenes se conviertan en misioneros”, porque “lo más importante de la misión es hablar de Jesucristo”.
“Jesús era una persona excepcional, el Hijo de Dios” que vivió hace unos 2.000 años, explicó con gran pedagogía el cardenal a los miles de chavales congregados frente a la Almudena.
“Lo que él enseñó, lo que él hizo, ha supuesto un antes y un después en la historia de la humanidad. Y es importante que la gente lo sepa”, añadió.
"Amar a Dios, a otros hermanos, a la familia, a los compañeros, a vuestros profesores y llevarles la buena noticia de Jesucristo: es el mejor bien, el mejor favor que les podéis hacer. Si no dais a Cristo, dais poco”, insistió.
“Con la Misión Madrid, prosiguió, queremos que los jóvenes se conviertan en misioneros, que sepan que el Señor nos envía para darle a conocer a los niños y a los jóvenes de Madrid. A través de la Eucaristía, Él os dice: sed misioneros en vuestros colegios, en Madrid, en la ciudad, llevad la noticia del Señor de ese gran acontecimiento para que todos se conviertan y sean de otro modo”, afirmó.
Aunque reconoció que no es una tarea fácil, y que incluso es difícil, por el rechazo, el cardenal recordó que “Jesús también fue rechazado, pero lo hizo por amor”. “Los niños, los jóvenes, los cristianos, todos tenemos que ser valientes, para que la buena noticia, la bondad, la alegría de Jesucristo llegue a todos”, concluyó.
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