- al contrario que Twitter y otras redes, más centradas en adolescentes, llega a gente de todas las edades
- es una red de gente que cuenta historias de otra gente, a la que muchas veces se conoce en persona
- como cuando Jesucristo pasaba invitando gente, "muchas personas observan el grupo y piden ser agregados"
- te hace sentir (un poco al menos) que perteneces a una comunidad: conectas gente, te tratas con ella, te da la sensación de que sabes lo que hacen las otras personas
Además, Facebook cumple una ventaja sobre otros medios comunicadores: el lector sabe bastante bien quién es el emisor, a qué se dedica, y hasta qué punto "vive" aquello de lo que habla.
El arzobispo Celli, presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones, lo explicaba muy bien hace unas semanas a la agencia Aciprensa: “El problema no es repetir o transmitir solamente citas del Evangelio, esto lo podría hacer también una computadora, sino que lo que buscan hoy los hombres, es un testimonio de vida".
Ahora, un nuevo estudio del Pew Research Center a partir de 5.173 entrevistas con usuarios de Facebook da algunas ideas de qué se puede hacer, y qué no, para evangelizar en Facebook.
Peregrinaciones, sacramentos, fiestas patronales, encuentros de oración... si llena tu corazón y lo compartes, tus lectores no se enfadarán ni molestarán, sobre todo si cumples una norma básica: que tus lectores sean amigos, o al menos conocidos, e incluso parientes, aunque los veas poco, gente que has tratado cordialmente fuera de Internet alguna vez.
El estudio muestra que un 68% de usuarios de Facebook dice que lo usa porque quiere ver lo que hacen sus familiares y amigos.
Un 62% dice que lo que quieren, sobre todo, es ver fotos de sus conocidos.
Por eso, Facebook es para hablar de ti y no de Dios. Tus conocidos esperan que hables de tu vida, no de Dios. A menos que Dios esté integrado en tu vida. Porque entonces sí puedes hablar de lo que Dios hace en tu vida.
Así, las fotos de tus celebraciones religiosas, los comentarios acerca de tus actividades de fe, tu actividad en Cáritas, en el ropero de la parroquia, tus alumnos de catequesis, el bautizo de tus hijos, etc... son vistas con interés y normalidad por tus lectores.
De hecho, lo que menos molesta a los usuarios de Facebook son las fotos de niños y mascotas: sólo un 7% declaran que les fastidian. Por eso, fotos de niños conocidos (hijos, primos, sobrinos) en actividades cristianas pueden ser la mejor evangelización visual posible.
(Hay que tener en cuenta, eso sí, que cualquier foto en Facebook puede ser copiada y reutilizada, y puede que nos encontremos luego las fotos de nuestros hijos reutilizadas en sitios groseros, blasfemos, anticristianos, etc...)
La gente no va a Facebook a buscar noticias, pero no le importa encontrárselas. Sólo a un 10% de personas les molesta encontrar que sus parientes o conocidos publican noticias (probablemente -aunque esto no lo dice el estudio- coincide con ese 10% de personas que les molesta casi todo, popularmente llamado "personas gruñonas") y sólo a un 16% les molestan las noticias de actualidad.
De hecho, la mitad de los usuarios dice que le gusta encontrar noticias mezcladas con piezas más personales. Y casi 4 de cada 10 dicen que Facebook es para ellos una forma importante de seguir las noticias (aunque no la principal).
Como dice uno de los entrevistados: "para mí Facebook es sobre todo entretenimiento, no noticias, pero si veo una historia que me interesa, la leeré".
Precisamente, reenviar noticias es especialmente útil para llegar a la población menos cristiana: los adultos jóvenes, de 18 a 29 años. Ellos, los que menos se pasan por las iglesias, son los que más usan Facebook para informarse y leer noticias.
Las claves para que las noticias y testimonios personales fluyan con naturalidad son de sentido común, y se resumen en un concepto: naturalidad. Así, es bueno:
1) que las noticias (y posts en general) no sean muchos, que no agobien. A un 37% de usuarios -dice el nuevo estudio Pew- les agobia que alguien publique dos o más veces al día. Es mejor dosificar los temas.
2) que no traten de política. Si en general hablar de política distrae de la evangelización de personas alejadas de la fe, el estudio muestra que a un 35% de usuarios le molesta que sus amigos y conocidos publiquen de temas políticos.
3) que no sólo publiquemos de religión: en la vida real, la gente tiene otras actividades, aficiones, intereses... Hasta el cartujo más devoto, si tuviese Facebook, publicaría una foto de las rosas (o calabazas) de su pequeño jardín, o de la golondrina que ha vuelto con el verano. Quien publica en Facebook sólo temas de religión es ineficaz para evangelizar personas alejadas de la fe.
4) que los temas tratados no sean "demasiado" personales; un 52% de usuarios ve mal que sus conocidos compartan información muy personal, un 47% ve mal que compartan quejas sobre su vida, problemas, etc...
Y ¿qué temas son demasiado personales? Puede depender del país, la edad y circunstancias.
En España, publicar fotos de tu Camino de Santiago, Confirmación, bautizo de los hijos, ir con trajes regionales a las fiestas de la Virgen local, etc... no se considera demasiado personal. Ni el pariente más ateo se molestará por ellas, aunque su primo le añada frases piadosas, de devoción, sobre todo si son auténticamente sentidas, no propagandísticas.
A quien le emocione una experiencia religiosa, y lo escriba en Facebook, verá que la gente lo aprecia en su sinceridad.
Por otra parte, nadie quiere leer en Facebook de qué te confiesas, tus pecados actuales o pasados, tus experiencias místicas (si las tienes), tus decepciones espirituales fuertes o tristes, etc... Sin duda hay personas de fiar a las que puedes escribir sobre esos temas por mail, o tratar en persona, pero no en Facebook.
Además, un post de Facebook debe ser corto; no tiene sentido copiar y pegar una noticia, sino que lo razonable es poner un link o enlace a la noticia.
Y si hay foto, mejor aún: la gente repasa y reenvía más las fotos que los textos.
Por último, hay que recordar la clave evangelizadora de Facebook: tus amigos y agregados no son desconocidos, no debes llenar tu Facebook de desconocidos a los que enviar mensajes, por muy edificantes que sean. La clave de Facebook es que allí tienes a personas con las que te has tratado en persona alguna vez, con al menos cierta cordialidad.
Eso hace que los que leen nuestro muro en Facebook quizá quieran comentar, llevarnos la contraria, disentir de la noticia que hemos publicado.
Mantener la relación cordial es clave para seguir evangelizando a esa persona: quizá la noticia que publicaste le molestó, pero si no cortas relaciones y mantienes la cordialidad, en el futuro una foto de una peregrinación o un vídeo de un momento hermoso en tu familia, o un comentario sobre lo que has visto en Cáritas, puede que le acerque a la fe.
Se cumple así lo que decía el arzobispo Celli: "lo que buscan hoy los hombres, es un testimonio de vida". Aunque se transmita por Facebook.
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