Cinco días: son los que les queda por tachar en el calendario a las más de 8.000 almas que el próximo sábado corearán a voz en grito estrofas de canciones tan icónicas como Enciéndeme, Revolución o Tú misericordia. Son solo algunos de los grandes éxitos de Hakuna Group Music, a los que recientemente se añaden los diez temas de Qaos, el último de sus discos que será presentado en el Palacio Vistalegre de Madrid este 17 de septiembre.
Según cuentan desde Hakuna, Qaos "nace de la Vida -Dios- y al que la Vida da armonía", refiriéndose a Dios cuando ponen la mayúscula. "Son canciones que presentan un grito del alma en búsqueda de un Dios, aparentemente ausente, cuyo poder parece flaquear. Pero en ese 'caos' se esconde la libertad del hombre y una belleza que nos sobrepasa".
Asimismo, las piezas de Qaos quieren reflejar "las inquietudes que tenemos en la vida, de un cristiano joven que tiene sus dudas, pero también tiene sus momentos de subidón, de disfrutar y de recogimiento", según explicó recientemente la responsable de comunicación de Hakuna, Macarena Torres.
Uno de esos temas es Un segundo, una canción "donde se intenta poner melodía al deseo incesante que tiene Dios" por hacer ver que "en cada segundo de la vida, de las luchar y esclavitudes, espera y nos quiere con toda la locura que puede encerrar un corazón. Intenta poner palabras a sus ganas, a su optimismo y sobre todo, a Su amor. Si por un solo segundo viésemos cómo nos mira y el amor que encierra esa mirada, no querríamos ver nada más", explica la agrupación en redes sociales.
Con motivo de su próximo concierto, El Mundo ha entrevistado a miembros y fundadores de esta agrupación, que surgida -no oficialmente- en 2013 en el contexto de la JMJ de Río de Janeiro, cuenta con cinco discos, más de 100.000 oyentes mensuales en Spotify y agota las entradas en cada evento y concierto que organiza: tras actuar ante más de 15.000 personas en Santiago de Compostela y Cádiz en agosto, se han vendido todas las entradas para el próximo día 17, exactamente un año después y en el mismo lugar donde tocaron por primera vez.
Mucho más que música: una forma de vida de fe
Desde la agrupación, sus integrantes afirman que "viven lo que cantan y cantan lo que viven". Y es que Hakuna es mucho más que música: tal y como expresan en su página web, el movimiento extendido en más de 15 países organiza cada semana sus icónicos "revolcaderos" de formación religiosa y Horas Santas.
También son conocidos los God Stops -un fin de semana "para huir del mundo, entrar en uno mismo y sintonizar con Dios"- e incluso disponen de cursos prematrimoniales y de formación en Teología o Antropología. "No buscamos eruditos, solo personas que quieren ser transformadas por el saber", afirman.
Hacer de la vida una fiesta
Uno de los aspectos que más destaca El Mundo de Hakuna -y no pocos de sus integrantes o pringados- es transmitir que la fe no es algo para ancianos ni para "sosos". Su idea, cuenta uno de ellos, Coco, es "hacer de la vida una fiesta y de las fiestas, momentos de vida". Sus miembros, dice, "disfrutan de todo porque todo es bueno". Así, no es raro ver cómo la música y el estilo de vida y de fe de Hakuna se puede escuchar en fiestas, discotecas o en Horas Santas.
Lo que importa, cuenta el histórico "pringado" Jaime Echánove, es que hitos tan relevantes en el día a día de Hakuna como son las Horas Santas sean "de verdad". "No es artificial ni pensada, sino que esconde detrás verdad y un deseo auténtico de encontrarse con Dios", añade el seminarista madrileño Álvaro Gangoso.
Para El Mundo, Hakuna ha supuesto una "revolución en la forma de vivir la fe" de miles de jóvenes. El seminarista, que define a Hakuna como "una fila de locos que siguen a Cristo", considera que la raíz y el origen de esta Revolución -así se titula uno de sus temas más famosos- se encuentra en el propio carisma, " vivir arrodillados, vivir la vida ya resucitada en la tierra y que todo sea verdad para disfrutar de todo".
"Noche", uno de los temas del último álbum de Hakuna, "Qaos".
Dos líneas rojas: verdad y alegría
¿Cómo lo hacen? Cuentan que en Hakuna solo hay dos líneas rojas: "Que todo se verdad" y así poder "entablar relaciones auténticas" y "vivir arrodillados" para mostrar que "no es incompatible el sufrimiento con vivir con alegre cara de resucitados, porque sabes que hay un Dios que te quiere", explica Echánove.
La humildad que intentan vivir desde Hakuna en el día a día y en sus eventos es la misma que se busca que presida cada concierto y nueva canción. Edu Gómez, uno de los músicos del grupo, afirma que cada vez que suben a un escenario lo hacen convencidos de que "no es un concierto de egos, sino para dar gloria a Dios".
Lola Tuduri, cantante y autora de varios temas, desvela la misma idea y cuenta que incluso antes de que haya ninguna canción que tocar en el escenario, ella le da forma al material a través de su oración: "Yo cuando rezo escribo poesías y luego le pongo música, pero no las creo para Hakuna, sino para Dios".
Sus miembros confían en que el crecimiento en la fe que los jóvenes están viviendo a través de Hakuna tendrá frutos, también a largo plazo. "Las personas que se están acercando a la Iglesia lo están haciendo desde el interior, no como algo impuesto. [Hakuna] tiene un carisma con identidad y personalidad propia", explican, pero en ningún lugar una "hoja de ruta" o un plan prediseñado. Por ahora, se centran en el corto plazo, "ir viendo lo que Dios hace y dar respuesta a lo que despierta".
Preguntado por "el secreto del éxito" de Hakuna entre los jóvenes, su fundador, el sacerdote don Jose Pedro Manglano -"don Josepe", según los pringados- se muestra convencido de que se trata de mostrarles la Verdad, a Dios. Y el "contagio" estará asegurado: "De la misma manera que los perros huelen el miedo, los jóvenes huelen la vida. Donde ven que hay vida se despierta el deseo y se produce contagio. Solo la Vida, en mayúsculas que es Dios, da vida", concluye.