Para bautizar adultos, se necesitan dos cosas: una Iglesia que bautice y adultos sin bautizar que quieran ser bautizados. En España escasean los adultos sin bautizar: casi todos los que en las estadísticas se definen como "no religiosos" fueron bautizados de niños.
En otros países, como Francia o el Reino Unido, donde la secularización llegó antes y hay más inmigración de países no cristianos, se producen en Pascua entre 2.000 y 3.000 bautizos de adultos al año.
En España nadie difunde cifras oficiales sobre conversiones. Al contrario que en esos países, la Conferencia Episcopal Española no difunde estadísticas sobre bautismo de adultos. Y si se consulta directamente a los obispados, unos responden, y otros no.
Parece representativo comparar dos diócesis vecinas pero distintas: Alicante y Albacete. Alicante es costera y mediterránea, pertenece a la Comunidad Valenciana, tiene una importante población turística europea estable y es bastante cosmopolita. En esta diócesis se han bautizado 19 personas mayores de 7 años en la Vigilia o la Misa de Pascua, incluyendo dos familias con hijos. Algunos de estos nuevos cristianos son españoles, otros son de Alemania, Colombia y africanos de Camerún y Guinea Bissau.
En la vecina Albacete, diócesis interior, de Castilla-La Mancha, rural, se bautizan sólo dos adultos: Julio Mendes, 37 años, de Guinea-Bissau, y Gabriela Cartagena Miyata, de 41 años, boliviana. (Hay que tener en cuenta que Guinea-Bissau tuvo en los años 70 un régimen comunista: el cardenal guineano Robert Sarah, hoy responsable del Pontificio Consejo Cor Unum, pasó un tiempo allí en sus cárceles. El país tiene población animista y musulmana).
En España, la inmigración procede sobre todo de países católicos hispanoamericanos, donde casi toda la población está bautizada, o de países musulmanes, que son muy reacios a convertirse al cristianismo. En Francia, donde viven unos 5 millones de musulmanes, muchos de ellos de segunda o tercera generación y muy poco religiosos, se producen de este origen unas 100 conversiones al catolicismo cada año.
Por eso, es más fácil que se bauticen inmigrantes llegados de países ex-comunistas, asiáticos o africanos. Es sintomático que en la Vigilia Pascual el Papa Francisco bautizase a un albanés de 30 años, un italiano de 23, un ruso de 30 y un vietnamita-norteamericano de 17: un asiático y dos países post-comunistas.
José Antonio Pérez Romero, delegado de Catequesis de la diócesis de Albacete, explica que "estamos empezando a recibir con más frecuencia a personas no bautizadas que piden ser cristianas”.
Al guineano Julio lo que le acercó a la fe fue el ejemplo de su amigo Ignacio. Afirma que quiere ser cristiano “para tener más amor y más esperanza, y sentir que Dios cuenta conmigo, a la vez que yo cuento con Él”. A la boliviana Gabriela le movió el ejemplo de una señora mayor a la que cuida y que ahora es su madrina.
Esperanza Rodríguez Cuesta, una de las catequistas de Julio, asegura que esta experiencia “me está haciendo ver la responsabilidad que tenemos los cristianos, de que somos testimonio y testigos de una noticia de salvación”.
Ubaldo Alfaro García y Susana Sánchez Muñoz, el matrimonio de catequistas que acompañan a Gabriela, consideran que “es muy emocionante que alguien se acerque a pedir el Bautismo, y ver que siente nuestra fe como una respuesta para su vida”.
Ellos anuncian "el seguimiento de Jesucristo que busca la felicidad del hombre: la relación con Dios Padre que te conoce y te quiere como eres, un Dios que es todo perdón, todo amor… es la Buena Noticia que hemos de dar a todos”.
La improvisación en terreno casi desconocido es a veces inevitable. Nada que ver con algunas parroquias de Estados Unidos, con catequistas especializados en adultos, que forman y bautizan adultos año tras año.
En Francia, país con 65 millones de habitantes, de los que sólo 3 millones están en misa en un domingo dado, los bautizos de adultos han crecido un 20% en los últimos cinco años: de 2.675 a 3.220. La Iglesia francesa también sigue con atención las cifras de confirmaciones en un país donde ya no hay ninguna tradición social para recibir este sacramento. Casi 3.000 adultos que ya fueron bautizados de niños se confirmarán en Francia el día de Pentecostés.
En las diócesis de Inglaterra y Gales, son 3.000 los adultos que participan en los ritos de iniciación (más concretamente 3.080 en este año de 2013) que llevarán a su bautizo o a su plena incoporación si fueron bautizados en otras iglesias. Estas cifras no incluyen los bautizos de Escocia (que tiene su propia conferencia episcopal) ni los adultos que ingresan en la Iglesia a través del Ordinariato anglocatólico, conservando elementos de tradición anglicana.
Es distinto el caso de Australia, un país del ámbito anglosajón pero con más emigrantes asiáticos. En Australia hay unos 5,1 millones de católicos (sobre 21 millones de habitantes), con entre 5.000 y 6.000 bautismos de adultos (mayores de 7 años) anuales. Es el doble que en Francia o Inglaterra, teniendo muchos menos habitantes.