ReL le ha consultado como asesor del Pontificio Consejo de Laicos acerca de las intuiciones que cabe esperar del Sínodo sobre la Nueva Evangelización que se celebra en Roma este mes.
"Antes de hablar de metodología hay que hablar de pedagogía y de pedagogía divina: la revelación del Dios cristiano para poder ser la transmisión de unos contenidos doctrinales fue primero un acto de aproximación cálida de Dios a la humanidad en la persona de su Hijo hecho hombre que quiso convivir con los humanos como amigos (Juan 1, 14; Dei Verbum 2)", recuerda mosén Morlans.
"La transmisión de esta misma revelación a lo largo de la historia y a cargo de la Iglesia debe ser también gradualmente un acercamiento cálido y creíble a las personas, una propuesta del anuncio de Cristo Resucitado y, si se genera la primera fe, la iniciación en la doctrina, la liturgia y la moral cristiana. Todo método que se inspire en esta secuencia matriz es válido y necesario", señala.
Pero cuando un alejado de la fe se acerca a la Iglesia en las parroquias españolas, ¿encuentra comunidades preparadas para acoger alejados?
"Estamos ante un gran reto", admite Morlans. "Necesitamos todos redoblar los esfuerzos para que cualquier persona alejada que se acerque a nuestras comunidades cristianas reciba una cálida acogida y, si así lo desea, una oferta adecuada a su situación, es decir, un itinerario de renovación de la fe o, dicho más técnicamente, de reiniciación cristiana de adultos".
Para este sacerdote "las parroquias – a través del arciprestazgo o unidad básica pastoral – y los movimientos – clásicos y nuevos, a través de su capilaridad en la vida social - deben ofrecer junto a un primer anuncio de Jesucristo permanente, esos itinerarios de reiniciación cristiana de adultos".
Por eso, concluye Morlans, "espero que este Sínodo marque pautas sobre la importancia del primer anuncio y de los itinerarios de (re-)iniciación cristiana de adultos.