La diócesis de Parma, a la que pertenecían las tres religiosas, informó en su página web de la muerte de las religiosas e indicó que todo "parece fue un trágico intento de robo por parte de una persona con problemas mentales". El alcalde de Kamenge, Damien Baseka, dijo: «Las asesinaron salvajemente». Datos posteriores publicados por el diario "Avvenire" afirman que se han producido ya tres detenciones en relación al caso.
Las tres monjas, Lucia Pulici de 75 años, Olga Raschietti de 83, y Bernadetta Boggian, de 79, vivían en Burundi práticamente desde siempre. Eran misioneras de la Orden de María, popularmente llamadas misioneras saverianas, orden fundada por San Guido Conforti en el s.XIX.
Las misioneras vivían en uno de los barrios más pobers de Bujumbura. Trabajaban en apoyar la formación laboral de jóvenes y mujeres y en la reconciliación entre hutus y tutsis en un país marcado por las heridas de una cruelísima guerra civil.
La hermana Bernadetta
Según los medios italianos en un primer momento, que citaban fuentes de la policía de Burundi, el agresor habría sido un joven que huyó del convento sin haber robado nada y tras haber apuñalado a dos de las monjas, mientras que la otra fue golpeada con una piedra.
En un principio se dio noticia de la muerte de dos misioneras, después el ministerio italiano de Exteriores comunicó que existe una tercera víctima.
La ministra de Exteriores italiana, Federica Mogherini, expresó su dolor por la muerte de las misioneras tras confirmar la noticia. También el obispo de Parma, Enrico Solmi, también presentó su pésame a la familia y la orden de las misioneras.
El secretario de estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolín envió un telegrama al arzobispo de Bujumbura, Ngoyagoye, comunicando el dolor del santo padre Francisco, al conocer el asesinato de tres religiosas italianas que trabajaban en Burundi, indicó hoy la Sala de Prensa de la Santa Sede.
La hermana Lucía
“Su Santidad, el papa Francisco -indica el texto- ha recibido con tristeza la noticia del asesinato de las tres religiosas, sor Bernardetta Bogianni, sor Lucia Pulici y sor Olga Raschietti, que desempeñaban su servicio pastoral en la parroquia de San Guido María Conforti, en Bujumbura. El Santo Padre pide al Señor que acoja en su morada de paz y de luz a estas tres religiosas fieles y entregadas. En esta trágica circunstancia expresa su cercanía a la comunidad religiosa a la que pertenecían, a las familias de las víctimas y a la entera comunidad diocesana. Como prenda de consuelo les envía de todo corazón, al igual que a todas las personas afectadas por esta brutal desaparición, una afectuosa bendición apostólica” indica el texto.
La hermana Olga
Las noticias del lugar indican que las misioneras saverianas están bajo shock, y hay mucho dolor en la diócesis de Parma de donde eran.
El hermano de sor Olga dijo a la agencia ANSA: “Es doloroso, pero como cristiano estoy orgulloso. Está ya en el cielo, estoy seguro”.