"Las catequesis de los obispos con los jóvenes fueron muy hermosas, los chicos sintieron que los obispos estábamos cerca, que no somos bichos raros, y nos preguntaron de todo", nos explica el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández.
Y entre esas preguntas, una "potente": "¿cómo es que el cardenal Rouco se gasta 80 euros con cada uno de sus cientos de invitados a su fiesta de cumpleaños con el Papa? " Así le preguntó un joven asistente a la JMJ al obispo Demetrio en el turno de preguntas de su tercer día de catequesis, en la parroquia Virgen del Monte Carmelo, en la calle Ayala de Madrid.
El obispo de Córdoba le explicó que en realidad los invitados a la comida de cumpleaños de Rouco con el Papa no eran cientos, sino algo más de veinte, a saber: los obispos de la región de Madrid, los cardenales españoles y algunas personas del séquito papal. "Lo que yo no sabía era el coste de la comida, y le comenté a ese chico que si el Papa viniese a mi cumpleaños le daría algo bueno, y que probablemente sus padres se gastaron más de 80 euros por persona en su Primera Comunión", explica el obispo.
Pero entonces sucedió algo inesperado. Una señora que asistía a la catequesis pidió permiso para hablar, se acercó al micro del ambón y dijo: "yo soy una de las organizadoras de la comida de cumpleaños del cardenal Rouco, y a él no le ha costado nada porque se la hemos regalado un grupo de señoras. Soy cordobesa, y el primer plato era salmorejo cordobés, que cuesta 2 euros por persona, y cuesta eso porque usamos huevo de codorniz, un detalle especial. El segundo plato costaba 4 euros por persona. El servicio lo ponían unas voluntarias del Opus Dei y la comida en total salió a menos de 15 euros por persona", detalló.
Los chavales de la catequesis aplaudieron.
El cardenal Rouco cumplió 75 años el pasado día 20 coincidiendo con la visita papal y por eso invitó al Pontífice a su residencia: fue la única comida del Papa fuera de la nunciatura. El menú suena elegante, pero en realidad es muy sencillo: "Salmorejo con huevo de codorniz cocido, jamón ibérico y un solomillo con salsa al vino tinto", y fue creado y servido por alumnos y profesores de la Escuela de Hostelería del Centro Educativo Fuellana. Incluía entrantes como aceitunas, tostas de foie, una tabla de ibéricos y otra de quesos. El salmorejo no incluía ajo, ni el solomillo setas, porque el Vaticano avisó de que al Papa, de 84 años, no le sientan bien. Como toque "alemán", hubo pan salado "pretzel", típico de Baviera, y unas cucharitas de corazón de alcachofa con salsa holandesa. Para postre, un helado de limón con gelatina de gin tonic y salsa de bayas de enebro, y productos típicos españoles como rosquillas madrileñas, pestiños o tejas. Además, había chocolatinas con el logotipo de la JMJ acompañadas de cerezas bañadas en chocolate. Para beber, vinos españoles y zumo de naranja para el Papa.