La celebración de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en 2013 seráen Río de Janeiro, cómo lo ha anunciado el Santo Padre en la misa de clausura en Cuatro Vientos.
Este viaje permitirá al Papa Benedicto XVI realizar su segunda visita apostólica a Brasil, el país con más católicos del mundo, desde que inició su pontificado, tras la realizada en mayo de 2007.
La ciudad brasileña, que tiene algo más de seis millones de habitantes, va a acoger en los próximos años, además de este evento, los Juegos Olímpicos de 2016 y será una de las sedes del Mundial de Fútbol de 2014 que organizará Brasil.
El mayor país iberoamericano es también el país con más católicos del mundo. Según los datos publicados por la Santa Sede antes de la anterior visita del Pontífice en 2007, en el país habría 155,63 millones de católicos, un 84,5 por ciento de la población en aquel momento.
La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) apunta que en 2005 el 67 por ciento de los brasileños eran católicos, mientras que los datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), que se remontan a 2000, cifran en 125 millones el número de católicos, lo que por entonces constituía el 73,8 por ciento de la población.
Aunque Brasil sigue siendo el país con más católicos del mundo, en los últimos años la Iglesia Católica ha ido perdiendo fieles en detrimento, principalmente, de las iglesias evangélicas, que ganan adeptos sobre todo en las grandes ciudades, mientras que en las zonas del interior los católicos siguen siendo mayoría.
Benedicto XVI viajó a Brasil en mayo de 2007 para inaugurar en Aparecida la V Conferencia General del Episcopado de Latinoamérica y el Caribe y aprovechó su desplazamiento, el más largo que había realizado hasta entonces tras ser elegido Santo Padre en abril de 2005, para canonizar al beato Frei Galvao y celebrar un encuentro con jóvenes en un estadio.
Su antecesor Juan Pablo II, muy querido por los brasileños, viajó a este país latinoamericano en hasta tres ocasiones -1980, 1991 y 1997--. En los dos primeros recorrió el país para visitar 23 ciudades, todas capitales de los estados brasileños, excepto la pequeña localidad de Aparecida, donde consagró el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Aparecida, dándole el título y los privilegios de Basílica. La tercera visita, con motivo del Segundo Encuentro Mundial de las Familias, se restringió, precisamente, a Río de Janeiro.