Horas antes de la llegada del Papa Benedicto XVI a la capital española para la celebración de la JMJ, Madrid se convirtió en el lugar por excelencia de las contradicciones: por un lado un grupo de exaltados ateos, pro-homosexuales y laicistas radicales insultando a los jóvenes peregrinos y, por otro, éstos alentando al vicario de Cristo y perdonando los insultos y agresiones físicas.
Las reacciones no se han dejado esperar. Así, por ejemplo, el arzobispo castrense de España, Juan del Río, ha agradecido a los jóvenes católicos que hayan respondido a quienes les insultaban con el "perdón", ofreciendo así "la mejor catequesis", y les ha alentado a no responder "al mal con el mal".
En una entrevista con Europa Press, monseñor Del Río ha lamentado la "intolerancia" de quienes, en el marco de una manifestación contraria al apoyo institucional a la visita del Papa, se enfrentaron a peregrinos que participan en la Jornada Mundial de la Juventud, pero ha insistido en que "frente al mal siempre hay que hacer el bien".
Además, ha alabado la respuesta de los jóvenes católicos, que optaron por "rezar" por "aquellos que les increpan". "Es la mejor catequesis del perdón. Es la expresión más clara de que la juventud que está en la JMJ es una juventud sana, porque el perdón sólo se da en un corazón sano", ha insistido.
De otro lado, los sindicatos policiales han defendidola actuación de los agentes antidisturbios durante los enfrentamientos registrados en la Puerta del Sol entre la policía y los asistentes a la marcha laicista, aunque han criticado al Gobierno por permitir que la manifestación discurriera por el kilómetro cero.
En opinión de los portavoces del SUP y CEP, los altercados, que concluyeron con ocho detenidos y siete agentes heridos eran "más que previsibles" dada la coincidencia en la Puerta del Sol de asistentes a la manifestación laica con los peregrinos llegados a la capital para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud.
"Los incidentes se podían haber evitado con un recorrido de la marcha laica que evitara las zonas más concurridas de la capital por los asistentes a la visita del papa", ha asegurado un portavoz del CEP que denuncia que la delegación del Gobierno no entiende el principio de "tolerancia cero cuando se vulnera la legalidad".
Además, critica las órdenes de la delegación a las siete unidades de intervención policial (UIP) desplegadas para que se "alejaran" de la cabecera de la marcha, lo que demuestra "un signo de debilidad" y "una caótica" gestión del orden público. En este sentido, la Unión Federal de la Policía (UFP) ha calificado hoy en un comunicado de "caos total" lo sucedido anoche en Madrid, que ofreció una imagen de "espectáculo grotesco y penoso de chavalines que no sabían por qué les escupían, zarandeaban y les insultaban con agresividad".
La UFP ha solicitado además al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el cese de la delegada en Madrid, Dolores Carrión, como máxima responsable de coordinar a los cuerpos de seguridad de la Comunidad de Madrid.
La Policía no ha sido la única en pedir esta dimisión. Esperanza Aguirre, IU y colectivos ciudadanos critican la actuación de ayer por razones bien distintas. Aguirre ha señalado que la delegada del Gobierno «ha hecho muy mal en autorizar esa manifestación coincidiendo con la estancia en Madrid de estos peregrinos».
Por su parte, IU cree que su marcha debería producirse por el «deplorable y nefasto» dispositivo policial organizado para la marcha laica.