«Cuando hace un año me plantearon entrar en el equipo, nunca pensé que organizarlo sería la “pasada’’ que realmente es». Con estas palabras de emoción, Eva Hernández, directora de Infraestructuras de la Jornada Mundial de la Juventud, repasa cómo ha vivido la transformación del aeródromo de Cuatro Vientos para convertirse durante el 20 y 21 en el escenerio que acogerá a más de un millón y medio de jóvenes que participarán en la vigilia de oración y la eucaristía que presidirá Benedicto XVI. La afluencia de peregrinos que se espera es tal que ayer el comité organizador de la JMJ mantenía una nueva reunión con el Ministerio de Fomento para ultimar la cesión de unos terrenos adyacentes a la base militar para dar cabida a los jóvenes que puedan presentarse sin inscripción previa.
«Hemos levantado absolutamente todo el terreno para crear 48 campos de fútbol que permitan separar a los peregrinos con viales internos de seguridad y crear a partir de ahí un plan hiperdetallado de seguridad y emergencia que permita gestionar el acto sin problemas y poder evacuar de forma cómoda cuando todo termine», explica Hernández. Estas zonas acotadas permitirán además que el paso del Papamóvil para que los jóvenes puedan ver de cerca a Benedicto XVI, sea más organizado. Y salvo momentos puntuales, durante el día y la noche, los peregrinos podrán moverse libremente por esta multitudinaria acampada que contará con zona de bares, más de 2.500 sanitarios y 2.000 grifos para poder plantarle cara al calor de agosto.
«Hemos encargado que el sol sea benévolo para esas fechas», bromea Javier Cremades, director de los actos centrales de la JMJ, que confirma que «estamos trabajando de noche, de día y de madrugada para la gran fiesta que se vivirá en Cuatro Vientos». Así, los peregrinos comenzarán a llegar en torno a las doce de la mañana, hora prevista para la apertura de puertas del recinto. Poco después dará inicio el festival de la juventud previo a la llegada del Papa en el que presentadores de diferentes lenguas darán la bienvenida a los jóvenes. La música será el hilo común de las actuaciones que se celebrarán hasta la llegada del Santo Padre al atardecer, después de que visite el Instituto Fundación San Juan de Dios para discapacitados.
Benedicto XVI presidirá la vigilia en la que cinco jóvenes de los diferentes continentes le mostrarán sus inquietudes y dudas. Tras la lectura del Evangelio, el Papa responderá a sus preguntas. «El momento central será la Adoración Eucarística. Al ser una celebración especial, nos han prestado la Custodia de Toledo del siglo XVI que procesiona el día del Corpus», recuerda Cremades. Tras la oración nocturna, los jóvenes que lo deseen podrán continuar rezando en las 17 carpas permitrales que harán la función de capilla durante una noche que se espera sea corta.
Cremades comenta que «el millón y medio de peregrinos previstos pasarán la noche allí, lo que no está claro es que todos vayan a dormir». Y es que, a la mañana siguiente, en torno a las nueve y media, el Santo Padre oficiará la eucaristía de clausura del encuentro, y anunciará la que será la próxima JMJ. Aunque hasta ese momento no se hará oficial, se da por hecho que Brasil será la sede elegida. Pero antes de desvelar la incógnita, habrá que pasar la noche en vela en Cuatro Vientos.
Nueve de cada diez peregrinos consideran que la JMJ ha cambiado o está cambiando su vida y más de un 90 por ciento afirma que su motivo para asistir a la JMJ de Madrid es tener una nueva experiencia y difundir el mensaje de Cristo, según una encuesta del Gabinete de Análisis Demoscópico entre los suscriptores de la newsletter de la Jornada. Asimismo, los resultados revelan que más de un 60 por ciento de los peregrinos esperan de la JMJ de Madrid que fortalezca su compromiso con la Iglesia.