El biógrafo papal George Weigel rebatió las críticas contra la velocidad del proceso de canonización de Juan Pablo II y consideró que las acusaciones de quienes señalan al Papa como responsable por los escándalos sexuales que ocurrieron durante su pontificado son absolutamente infundadas.
En declaraciones a ACI Prensa el 25 de abril, Weigel afirmó que la investigación sobre la vida de Juan Pablo II ha sido muy profunda y los resultados llenan cuatro volúmenes.
Weigel señaló que el mismo Papa retiró el periodo de cinco años de espera usualmente prescrito entre la muerte de alguien y la apertura oficial de un proceso de beatificación en el caso de la Madre Teresa, otra ocasión en la que había una gran convicción popular sobre la santidad de la fallecida.
Al refutar las acusaciones de encubrimiento de Juan Pablo II a casos de pederastia, el biógrafo papal explicó que tanto en los Estados Unidos como en otras partes, la mayoría de abusos no sucedieron durante el pontificado de Juan Pablo II, aunque las revelaciones de esos casos sí.
Juan Pablo II fue un gran reformador del sacerdocio y el ministerio ordenado de la Iglesia está en mucha mejor forma hoy, gracias a él, de lo que estaba en 1978.
El biógrafo reconoció a ACI Prensa que ciertos despachos vaticanos, especialmente la Congregación para el Clero fueron más lentos de lo que debían haber sido en reconocer la naturaleza del problema en los Estados Unidos y en elaborar remedios apropiados.
Sin embargo, precisó, una vez que estaba claro, en abril de 2002, que esto no podía ser manejado por los obispos estadounidenses solos y que una intervención papal era necesaria, él (Juan Pablo II) intervino y dejó inequívocamente claro que no hay lugar en el sacerdocio para aquellos que dañan a los jóvenes.
Al referirse a la relación del Papa con el P. Marcial Maciel, Weigel afirmó que Juan Pablo II fue engañado por él al igual que mucha, mucha gente.
El discipulado cristiano radical de Juan Pablo II y su notable capacidad de hacer brillar el compromiso a través de sus palabras y sus actos, hizo al Cristianismo interesante e irresistible otra vez en un mundo que pensó que ya había superado su necesidad de fe religiosa, agregó.
Juan Pablo II, afirmó Weigel, fue un hombre de coraje extraordinario, pues levantó la dignidad de la persona humana y proclamó la universalidad de los derechos humanos en una manera que ayudó a traerse abajo la más grande tiranía en la historia de la humanidad.
Si éste es un fracaso papal, no sé cómo luce un éxito papal, finalizó.