El presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, ha reivindicado que se puede ser cristiano y socialista y ha criticado que «en muchos ámbitos o se es de derechas o parece que no se puede ser un buen cristiano».
 
Así lo manifestó este lunes durante la conferencia «Cristianismo, política y sociedad», que ha impartido dentro de los cursos de verano de la Universidad Complutense de Madrid en El Escorial.
 
Al respecto, insistió en que «hay muchos millones de españoles que son cristianos y votan al PSOE» y argumentó que «hoy hay demasiada gente dispuesta a predicar que es imposible ser cristiano y socialista».
 
«Aunque yo haya tendido reproches públicos, me encuentro cómodo en el PSOE y en la Iglesia», confesó.
 
Más adelante, el líder socialista reconoció la dificultad que encuentra en compaginar sus ideas con sus creencias en la vida pública y consideró que, en muchos casos, los dogmas religiosos también impiden llegar a la sociedad con mensajes claros y se calificó a sí mismo de socialista moderado que intenta escuchar al que discrepa.
 
«A veces me he encontrado con pastores que me hubieran preferido ateo a cristiano con disidencias», lamentó.
 
 
En desacuerdo con el Estado pluriconfesional
«Yo no estoy de acuerdo con que el Estado se definiera como pluriconfesional porque debe seguir siendo aconfesional», señaló el presidente del Congreso. Así, dijo que «siendo lo religioso un elemento importante, el Estado debe facilitar la dimensión religiosa a las personas». Hay que «respetar» la historia, «reconocer la verdad», ya que España es «un país cuya historia lleva implícita el ingrediente religioso», añadió.
 
«La Iglesia Católica presta unos servicios a la comunidad que no pueden despreciarse y sería una mezquindad que el Estado aconfesional no reconozca los servicios que prestan muchos religiosos», apostilló.
 
Además, ha señalado que no sabe «si tiene mérito ser disidente» pero que lo que sí lo tiene, a su juicio, es «ser autónomo y poder decir lo que se piensa, aunque hay mucha tendencia en la política a perder la autonomía» porque, desde su punto de vista, es «difícil ser autónomo del partido que te defiende todos los días».
 
«La autonomía es un valor que he procurado ejercer con más o menos tino y he encontrado satisfacción en decir lo que pienso, aunque lo que pienso no guste algunos cargos de mi partido», resaltó.
 
Finalmente, en relación con la financiación de la Iglesia, Bono ha señalado que «tenemos unas reglas con la Santa Sede y tenemos que cumplirlas», pero ha confesado que le gustaría que «la Iglesia no tuviera financiación por parte del Estado».